Corredoras de montaña

La participación femenina en carreras de montaña crece de año en año, y aunque en algunas pruebas ronda el 50%, la presencia de mujeres sigue siendo anecdótica en distancias largas.

La zaragozana Isabel Tamara, del club Trail Running Zaragoza, entrando a meta en Torla, donde quedó segunda en la maratón de Tendeñera.
La zaragozana Isabel Tamara, del club Trail Running Zaragoza, entrando a meta en Torla, donde quedó segunda en la maratón de Tendeñera.
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Isabel Tamara empezó a correr por asfalto hace diez años, mientras preparaba oposiciones. Necesitaba un deporte que le permitiera desconectar un rato en sus tardes de estudio y poco a poco se fue aficionando al mundo del ‘running’. Hace apenas dos años dio el salto a las carreras de montaña y hoy es una de las corredoras veteranas que hacen podio tras subir algún ‘tresmil’ en el Pirineo y recorrer 103 kilómetros en Guara.  

"Yo a las carreras voy a divertirme y darlo todo. Para mí la esencia es disfrutar de la montaña, compartirla con los amigos y desconectar el fin de semana. A veces llego a los podios y pienso que es porque hay pocas chicas o no han venido las buenas… Soy muy sencilla; creo que hay que probar todas", cuenta entusiasmada.

La participación femenina en carreras de montaña no ha dejado de crecer en los últimos años y en algunas de las pruebas celebradas en Aragón la presencia de mujeres iguala ya a la de hombres. "Cada mujer que prueba esta disciplina se engancha de una manera alucinante y aunque el miedo en ciertos aspectos -por la dureza de las pruebas, las condiciones orográficas o el clima- puede frenar a dar el salto, lo cierto es que la presencia femenina por montaña está teniendo cada vez más auge", comenta Sergio Morales, presidente del club Mundo 080 y director del evento Os Foratos de Lomenas, que organiza pruebas como la recién estrenada Maratón de Tendeñera.

A juicio de este bombero, la participación de mujeres en estas carreras va aumentando poco a poco, y aunque no se logra todavía equiparar alcanza el 30% -y hasta el 45%- en algunas carreras. "En las pruebas de 14 y 22 kilómetros las corredoras coparon el 50% de la participación en Torla. Ha habido un ‘boom’ en el tema femenino que no es frecuente en otras carreras de montaña”, comenta sorprendido.

Isabel Tamara fue una de las corredoras que lograron hacer podio en la maratón de Tendeñera tras correr 103 kilómetros hace un mes en Guara, pero ella le resta importancia a su ejemplo. Cree que el mérito de estas carreras está en afrontarlas y lo tiene todo aquel que se pone en la línea de meta, sin importar los tiempos. "Hay que tomárselo como algo para disfrutar. Yo hice la de 103 y repetir otra vez lo veo difícil, pero animo a hacer distancias largas porque recorres más montaña, ves más paisaje. La maratón de Añón, la de Boltaña, la 4K del Valle de Tena, subir un 3.000 en una carrera. Son sensaciones muy bonitas y cada valle tiene su encanto. Al final todas las carreras te sorprenden por igual. No estás con el reloj a ver cuánto haces, sino que en la montaña vas trotando, subes andando y bajas como buenamente puedes. La cuestión es disfrutar del entorno, y es mucho más variado y divertido para el cerebro tomártelo como un juego de ir a la montaña. Te sientes más libre y motiva mucho", cuenta entre risas esta corredora.

Aunque la participación femenina va cada vez a más en las carreras de montaña, cuando se trata de distancias largas la presencia de mujeres sigue siendo anecdótica. Así, en la maratón de Tendeñera, disputada el pasado fin de semana en Torla, apenas corrieron seis mujeres de 106 participantes. Sucede lo mismo en la Gran Trail Aneto-Posets de Benasque o en la maratón O Viento Rondador de Boltaña, donde participaron ocho mujeres entre casi un centenar de participantes. A juicio de Nano Sarrablo, organizador de esta última, son pruebas exigentes que para disfrutarlas hay que estar muy preparado porque requieren un esfuerzo continuo de más de una hora en la menor de las distancias. "En las más largas no ha habido ese 'boom' de corredoras, pero desde que empezamos hasta ahora sí se nota mucho incremento en distancias cortas. Ahora tenemos muchísima presencia femenina y es algo muy bueno", subraya Sarrablo.

Para Manolo Bara, director de la Gran Trail Aneto-Posets, que haya un 'boom' de corredoras en las ultra trails es "cuestión de tiempo", pues las estadísticas reflejan que en distancias cortas ya hay un claro predominio femenino que va aumentando poquito a poco en el resto de pruebas. "Este año -comenta- en las cinco carreras que tenemos en la Gran Trail, las mujeres suponen un 24% de los inscritos frente al 22% de hace dos años", detalla. En la mayor de las carreras (105 kilómetros) representan el 5% de la participación; alcanzan el 10% en la Vuelta al Aneto (55 km); el 17% en la maratón (42 km) y en la Vuelta al Pico Cerler (25 km) son un 31% mujeres. "Conforme va bajando la distancia va aumentando el número de corredoras, que en la de 9 kilómetros (La Vuelta al Molino) es casi el 65% frente a un 35% de hombres", señala Bara.

Corredoras de montaña

A Marimar Duerto, como a Isabel y otras muchas mujeres, le picó el gusanillo de hacer carreras de montaña siendo ya madre de dos adolescentes. "La naturaleza siempre me ha encantado. He sido toda la vida del club Peña Guara, hasta que me casé y me vine a vivir a Zaragoza, y a mis hijos les he inculcado esa pasión desde pequeñitos. Para mí correr por la ciudad es divertido porque además de entrenar te juntas, hablas, quedas con los amigos para desayunar un domingo... Yo he encontrado en el 'trail running' otra salida diferente", cuenta con una sonrisa.

Aunque su pasión por la montaña es algo que le viene de niña, su afición a las carreras comenzó hace un par de años, tras correr por asfalto la media maratón de París, aprovechando que estaba allí su hija de Erasmus, y hacer después la de Zaragoza. El año pasado, en su primera trail de 14 kilómetros en Torla, quedó segunda en la categoría de veteranas. "Me llevé una sorpresa porque lo mío nunca ha sido competir, sino disfrutar de la montaña", confiesa. Este mes de octubre completó la Vuelta al Cebollar (de 24 km) y su próximo reto mira hacia Benasque y una distancia más larga.

"Estuve a punto de animarme a la maratón este año, pero quiero ir poco a poco. Me dio mucha envidia ver la Gran Trail de Benasque, en la que mi madre, con 77 años, corrió la corta. Yo la acompañé sin dorsal, para que se sintiera bien, pero mis hermanas hicieron la maratón de las Tucas y la próxima que voy a hacer es esa", afirma decidida a sus 50 recién cumplidos.

La edad- asegura- no es un impedimento, y anima a otras corredoras a ir progresivamente en este deporte; a ponerse objetivos, que es siempre algo "importante" en la vida y a seguir buscando la igualdad en todos los aspectos. "Las mujeres somos más perseverantes y más fuertes psicológicamente hablando. Nos ponemos retos y los tenemos que conseguir; y en esta disciplina, más allá de la fuerza, hay una cuestión psicológica importante por el hecho de intentar superarnos cada día. Mi madre, con 77 años, hizo su primera trail en Benasque y no se puede imaginar nadie lo contenta y agradecida que estuvo. Si te pones un reto, al final lo consigues", concluye.

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