Los agricultores han trasladado ya a sus seguros daños en unas 1.500 hectáreas

La carretera A-1107, que une Pina con la N-232, podría no abrir al tráfico hasta la próxima semana, según la DGA.

Un agricultor trabajando este miércoles en una finca de la ribera baja.
Un agricultor trabajando este miércoles en una finca de la ribera baja.
Guillermo Mestre

Los agricultores y ganaderos afectados por la crecida extraordinaria del Ebro han comenzado a dar parte a sus seguros para intentar recuperar parte de la inversión realizada en sus cosechas. Agroseguro confirma que en las últimas horas se han recibido declaraciones de siniestro de unas 3.000 hectáreas de cultivo de Aragón, La Rioja y Navarra.

Unas 1.450, prácticamente la mitad de la superficie de la que se ha dado parte, corresponden a territorio aragonés, según explicaron ayer fuentes de la compañía. Las afecciones se centran en cultivos de cereales de invierno, alfalfa y algunas frutas y hortalizas. De momento, Agroseguro no ha registrado partes de granjas aragonesas.

Aunque es pronto para evaluar el impacto total de la avenida (hay que tener en cuenta que muchos terrenos siguen anegados y aún no se ha podido examinar su estado), los responsables de la aseguradora ya tienen claro que las indemnizaciones a las que tendrán que hacer frente "serán millonarias".

Los peritos de la firma están a la espera de que descienda el nivel del agua y puedan acceder a las parcelas para acometer las labores de valoración de daños. Como es lógico, solo los agricultores con seguro en vigor podrán cobrar. En todo caso, será una cantidad que no se corresponderá con la inversión realizada en la cosecha, ya que este tipo de pólizas tienen una franquicia del 30%, como recordaron esta semana varios agricultores de Quinto, una de las localidades más afectadas por la riada.

Ayer, la situación que ha dejado la avenida se estudió en la reunión semanal de la Comisión de Secretarios y Subsecretarios de Estado, un órgano de trabajo que preside Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno. La comisión elaboró un informe que será elevado al Consejo de Ministros de mañana. El objetivo es que el Ejecutivo central determine el plan de actuación en las zonas afectadas por la crecida, una intervención que Javier Lambán también solicitó en persona ayer a Mariano Rajoy en La Moncloa.

Mientras, los municipios de ribera siguen tratando de recuperar la normalidad. En Villafranca, más de una docena de vecinos se volcaron para evacuar a 950 cerdos que habían quedado atrapados en una explotación situada en plena huerta (en zona no inundable). Aunque en un principio se pensó que podrían haber muerto ahogados, ayer se demostró que estaban vivos y en buenas condiciones. "Hasta el viernes sacamos 1.600, pero el sábado, el nivel del agua hizo que no se pudiera continuar", explicaron los allí presentes.

El operativo, supervisado por miembros de la Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental y del Seprona, tendría que haber comenzado a las 6.00, pero los primeros cerdos no salieron hasta las 12.00. Fue así por la cantidad de agua acumulada en los alrededores de la explotación, a la que apenas podían acceder los camiones (en el interior llegó a haber un metro de agua y en el exterior, 1,60). Esto hizo que durante las primeras horas se tuviera que echar mano de uno perteneciente a una ganadería de lidia local. La previsión era que los trabajos se prolongasen hasta bien entrada la noche.

En Pina se esperaba que las 25 personas con movilidad reducida evacuadas el domingo volvieran a sus casas entre ayer y hoy. Allí, el mayor problema sigue estando en la A-1107, que permanece parcialmente inundada y podría seguir cerrada al menos hasta la próxima semana. Así lo confirmaron los técnicos del Gobierno de Aragón que acudieron a la localidad para comprobar el estado del firme.

La punta pasó por Mequinenza

El caudal máximo de este episodio extraordinario de avenida llegó ayer a Mequinenza "con normalidad" y sin provocar "ningún tipo de percance", según comentó la alcaldesa de la localidad, Magda Godia. El paso de la crecida pudo controlarse gracias a las maniobras de desembalse que se están realizando en el pantano desde la semana pasada, cuando se decidió abrir varias compuertas para dar salida al agua y aplicar un efecto de laminación en la avenida.

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