El caudal del Ebro sigue descendiendo y la punta de la crecida ya se encuentra en Mequinenza

La alcaldesa ha confirmado que la riada ha llegado a Mequinenza "con normalidad" y "muy controlada" gracias a las maniobras de desembalse realizadas.

El caudal del Ebro sigue descendiendo y la punta de la crecida ya se encuentra en Mequinenza
El caudal del Ebro sigue descendiendo y la punta de la crecida ya se encuentra en Mequinenza
José Miguel Marco

El caudal del río Ebro sigue descendiendo a su paso por la provincia de Zaragoza y la punta de la crecida extraordinaria ya ha llegado a Mequinenza, donde el pantano se encuentra desembalsando agua con cuatro compuertas abiertas desde el pasado sábado.

Según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Ebro, el río circula con un caudal de 926 metros cúbicos por segundo en Castejón (Navarra) y una altura de 5,18 metros; y alcanza los 4,12 metros a su paso por Zaragoza, con un caudal de 1.412,48 metros cúbicos por segundo; en ambos casos con tendencia descendente.

Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) han explicado a Europa Press que desde los primeros episodios de lluvias del pasado 4 de abril los embalses de Mequinenza, Ribarroja y Flix se encuentran desembalsando agua, "con vertidos que han ido incrementándose en volumen", hasta situarse en los 1.800 metros cúbicos por segundo en Mequinenza, favoreciendo un efecto de laminación de la avenida.

La alcaldesa de Mequinenza, Magda Godia, ha confirmado que la riada ha llegado a Mequinenza "con normalidad" y "muy controlada" gracias a las maniobras de desembalse realizadas. Ha detallado, en declaraciones a Europa Press, que estas labores se iniciaron con dos y tres compuertas abiertas "y ahora, desde el sábado, funcionan cuatro compuertas" para dar salida al agua.

 "No tenemos constancia de que haya habido ninguna afección ni ningún tipo de percance", ha comentado, agregando que "con el Ebro no tenemos problemas". "El único problema que tenemos es en la desembocadura del Segre y el Cinca, cuando en riadas normales los depósitos que arrastra el río se quedan en Mequinenza al perder velocidad y se depositan ramas, troncos y árboles que acaban modificando y alterando la lámina de agua limpia", ha manifestado.

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