Aragón rebaja la alerta por la crecida pero mantiene la prevención por el posible deshielo

La Unidad Militar de Emergencia seretira de los pueblos de la ribera tras reducirse la emergencia. Las localidades afectadas empiezan a recuperar la normalidad tras las graves inundaciones.

Un operario del ADIF, ayer, evaluando los daños que la avenida del Ebro ha causado en la línea ferroviaria Zaragoza-Reus.
Un operario del ADIF, ayer, evaluando los daños que la avenida del Ebro ha causado en la línea ferroviaria Zaragoza-Reus.
Guillermo Mestre

Aragón podría desactivar este jueves mismo la alerta por la crecida extraordinaria del Ebro. Este martes rebajó la emergencia (del nivel dos sobre tres al uno) con la retirada de los efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME) de las localidades de la ribera. A partir de ahora, la Comunidad hará frente a la situación con medios propios, con efectivos de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y con la colaboración de los municipios. La decisión, adoptada por el Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi), evidencia que, como explicó el consejero de Presidencia, Vicente Guillén, "lo peor ha pasado ya". No obstante,la Comunidad se mantiene "prevenida" ante el riesgo de deshielo.

El nivel del Ebro ha bajado hasta 75 centímetros en las últimas horas, motivo por el que, según Guillén, la población puede actuar ya "con absoluta normalidad". En Zaragoza, por ejemplo, se situaba por debajo de los 1.490 metros cúbicos por segundo al cierre de esta edición. El Ejecutivo autonómico prevé que el nivel uno del Plan Territorial de Protección Civil se mantenga al menos 24 horas más. El consejero confirmó que el río apenas provocó incidencias aguas abajo de Quinto. "Solo las ha habido en Sástago y en Velilla, donde se inundó el colegio", apuntó.

El río llega a la urbanización El Tollo, en Villafranca

Tampoco se preveían "nuevas alteraciones" en la ribera baja, donde la jornada de este martes, tanto en Pina de Ebro como en Quinto, se desarrolló con normalidad, tras la situación de alarma que se vivió la jornada del lunes, con una alerta real de desalojo, que en Pina motivó la organización de dos simulacros de evacuación.

Los vecinos de Pina de Ebro están pendientes de la reapertura de la carretera A-1107, que une la localidad con la N-232 y que está cortada desde el domingo. Según explicó Miguel Ángel Clavero, jefe del servicio de Seguridad y Protección Civil del Gobierno de Aragón, es previsible que la restricción en la vía se levante entre este jueves y el viernes.

Las labores de limpieza y reparación se prevén frenéticas en esta zona durante los próximos días. "Mañana (por este miércoles) empezaremos a evaluar qué defensas se pueden quitar para que el agua que ha anegado la huerta vuelva al cauce", comentó Jesús Morales, alcalde de Quinto. El primer edil dijo que estas tareas se iban a llevar a cabo "con calma" porque el agua se tiene que achicar rompiendo las defensas que se han construido estos días en los alrededores de la población ribereña, que ha quedado en situación de "catástrofe económica", según el alcalde.

"Unos 300 vecinos viven directamente de la agricultura y han perdido la cosecha. Si ellos no trabajan en el campo, tampoco lo hacen los talleres que arreglan la maquinaria ni quienes venden abonos, semillas, etc.", lamentó Jesús Morales. El número de hectáreas afectadas por la avenida extraordinaria en toda la Comunidad será "en torno a un 10% menor" que en 2015, según confirmó Guillén. Aunque aseguró que aún es "muy pronto" para aventurar cifras, las organizaciones agrarias hablan ya de pérdidas millonarias y de más de 15.000 hectáreas dañadas.

La previsión es que los vecinos evacuados, residentes en urbanizaciones de Zaragoza y varios vecinos de Pina de Ebro con movilidad reducida, puedan volver a sus casas en las próximas horas. La de Torre Urzáiz (Movera), no obstante, seguía este martes con más de medio metro de agua, según informaron desde Bomberos.

La situación también podría comenzar a normalizarse de inmediato en las explotaciones ganaderas. Según datos del Gobierno de Aragón, en estos días ha sido necesario evacuar a 46.895 animales: 23.115 cerdos, 20.985 ovejas y corderos, 2.500 terneros y 295 vacas de carne. En estos casos serán los responsables quienes deban hacerse cargo del traslado una vez que reciban el permiso correspondiente.

Se mantiene la vigilancia

Pese a que el caudal del Ebro se mantiene estable, el Ejecutivo autonómico reconoce que las temperaturas y las precipitaciones que se prevén de cara al fin de semana obligan a mantener "un cierto nivel de prevención" ante el riesgo de un deshielo acelerado. Guillén defendió que las labores de vaciado realizadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro hará que los embalses tengan "suficiente capacidad" para afrontar la situación.

El Ejecutivo, en todo caso, mantendrá la vigilancia "para evitar que se produzcan nuevos daños", ya que todavía quedan en toda la cuenca del Ebro 2.948 hectómetros cúbicos equivalentes en forma sólida (alrededor de un 60% pueden transformarse en agua).

Esta cantidad es 2,5 veces superior a la medida de los últimos cinco años. Las subcuencas pirenaicas, con 1.619, almacenan casi el 55%. En algunos casos casi triplican las cantidades tanto del año pasado como del último lustro. Donde más reserva nival hay actualmente es en el río Cinca (317 hectómetros equivalentes), una cantidad con la que se podrían llenar casi tres cuartas partes del embalse de Mediano. Le siguen las subcuencas del Ésera (305) y del Aragón (293).

Los meteorólogos advierten de que el deshielo se va a acelerar en los próximos días y que se notará en los ríos, cuando Aragón todavía está sufriendo la crecida del Ebro. Según la Aemet, se va a producir un fuerte aumento de las temperaturas durante toda la semana. El deshielo cogerá a los embalses del Pirineo, los primeros que reciben las avenidas, prácticamente llenos tras las intensas lluvias. Yesa, en la cuenca del río Aragón, se encuentra al 86% de su capacidad, pero los del Cinca, Mediano y El Grado, están al 94% y 97%, respectivamente. Barasona, en el Ésera, alcanza ya el 96%.

En todo caso, fuentes de la CHE precisaron que "la fusión nival sola, sin lluvia, no tiene suficiente magnitud para producir un incremento de caudal reseñable de los afluentes de la margen izquierda, donde se acumula principalmente la nieve, ni en el Eje del Ebro".

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