Heraldo del Campo

Una apuesta por las judías 'de toda la vida'

El CITA está desarrollando un estudio para la recuperación y posterior puesta en valor de los cultivares hortícolas tradicionales de la provincia de Teruel.

La investigadora Cristina Mallor en la sede del CITA.
La investigadora Cristina Mallor en la sede del CITA.
A. Gil

Su delicioso sabor y la textura del grano, que destaca por su mantecosidad y consistencia blanda. Estas son dos de las razones que impulsaron al Centro de Investigación y de Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) a incluir el estudio de la judía de Muniesa, que prácticamente estaba en periodo de desaparición, dentro del proyecto HuertaTE I+D Platea FITE 2017 ‘Valorización de cultivares hortícolas tradicionales de Teruel’, cofinanciado por la Unión Europea y el Gobierno de Aragón.

Una propuesta con la que se pretende conocer, potenciar y recuperar productos hortícolas de la provincia más septentrional de Aragón. Para ello, los responsables de la investigación eligieron la judía de Muniesa entre las 281 muestras hortícolas, procedentes de 25 cultivos diferentes, que hay registradas en el Banco de Germoplasma de Especies Hortícolas del CITA.

«Seleccionamos esta legumbre por sus excepcionales características organolépticas y también porque es un cultivo que se lleva a cabo en tierras de secano. Además, todavía había dos agricultores de la zona que la seguían cultivando para autoconsumo y con los que podríamos poner en marcha los ensayos necesarios para evidenciar las características diferenciadoras de esta variedad. También lo hicimos por su potencial, tanto para el consumidor como para el propio agricultor que se decida a cultivarla si se demuestra que puede ser un producto rentable», matiza Cristina Mallor, investigadora del CITA y responsable de este proyecto.

Hace unos días, se celebró una primera jornada de estudio con investigadores del proyecto HuertaTe, con colaboradores expertos en el análisis sensorial de productos alimentarios de otras entidades y con colaboradores locales del proyecto en Muniesa. Todos ellos participaron en una cata de esta judía blanca dirigida por Amparo Llamazares, del Centro de Transferencia Agroalimentaria del Gobierno de Aragón, y los resultados obtenidos mostraron unanimidad al destacar sus cualidades.

«En concreto, se valoró muy positivamente la piel, que apenas se aprecia al comerla, ya que se deshace en la boca. Además de que es una judía muy sabrosa», recuerda Mallor, quien también participó en una degustación con cata que fue cocinada por Teresa Lou, conocedora de la receta tradicional de este guiso.

Preparación del ensayo

En breve, el próximo día 19 de abril, los responsables del ensayo se reunirán con los dos agricultores que van a participar en el mismo, Víctor Yus y Jesús Blanco, naturales de la localidad de Muniesa, con el fin de cerrar el tema administrativo y comenzar a preparar las parcelas, que en este caso serán dos, para los futuros ensayos.

«Después plantaremos las judías, entre San Juan y San Pedro, en el mes de junio, y esperaremos para ver los resultados de los ensayos. En mi caso particular, estoy encantado de que se pueda recuperar esta variedad que, en mi casa, gracias a mi padre, no hemos dejado nunca de cultivar, tanto por tradición como por lo rica que nos ha parecido siempre a la hora de cocinarla», señala Víctor Yus.

En un principio, está previsto realizar dos tipos de ensayos en fincas diferentes, para examinar, por una parte, los rendimientos en función de las densidades de siembra y la preparación de los terrenos; y, por otra, para ver los métodos de recolección y su rendimiento en el caso de que pudiera introducirse maquinaria para realizar este paso.

«Hasta la fecha, la recogida de este tipo de producto siempre ha sido manual, pero con este ensayo vamos a ver cuánto cuesta y si es posible mecanizar esta tarea, porque coger las judías manualmente es muy costoso y, además, cada vez hay menos mano de obra en estos pueblos», indica Yus.

En el estudio también se abordarán estrategias para la recuperación del cultivo y comercialización de esta judía, a través del análisis de su rentabilidad financiera y el estudio de estrategias para su comercialización y marquetin.

Estos trabajos implicarán a un equipo multidisciplinar del CITA, formado por investigadores de la Unidad de Hortofruticultura, y de la Economía Agraria y los Recursos Naturales.

Todo ello con el fin de recuperar una judías que solo con recordar su sabor ya se hace la boca agua.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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