Este martes, 10 de abril, comienza el juicio por el atropello mortal que causó una gran conmoción en la capital aragonesa, porque aunque el siniestro se registró en Tudela, la víctima fue Carlos Pellejero, un joven de 20 años del barrio zaragozano de La Almozara. La muerte de este estudiante de Enfermería se produjo el 18 de abril de 2017, fecha en la que se celebraba una popular romería en la ciudad navarra. Como muchas otras personas, después de comer en el campo, el zaragozano regresaba a Tudela por un camino. Allí fue embestido por el vehículo que conducía bajo los efectos de las drogas el joven Abel Las Peñas Calvo. Dos amigas del fallecido resultaron también heridas.

La Fiscalía y la acusación particular, que ejerce la letrada Carmen Cifuentes en nombre de los padres de la víctima, solicitan penas de prisión que van de los siete años y medio a los nueve, amén de multas de hasta 7.200 euros e indemnizaciones por casi 200.000. La defensa, por su parte, solicita la absolución.

Cuando declaró en el juzgado, el conductor dijo que no se dio cuenta de que había atropellado a tres personas. Pero le resultará complicado convencer de ello al magistrado que lo juzga, puesto que los dos jóvenes que iban en el coche del acusado han declarado que le advirtieron de lo ocurrido y le solicitaron insistentemente que se detuviera. «Joder, que me han visto», parece que llegó a contestarles.

Pero no fueron estos testigos los únicos que hablaron a la instructora de la alarmante forma de circular del conductor navarro. En la curva previa al atropello , el acusado estuvo a punto de arrollar a otro joven. Y si no lo hizo, declaró este viandante, fue porque se tiró a un lado del camino.

El juicio por la muerte del joven zaragozano coincide con un notable repunte de los atropellos mortales en las carreteras aragonesas.