Los atropellos mortales se disparan y superan en poco más de tres meses los de todo 2017
A las cuatro muertes en carretera se suman las tres registradas en la capital aragonesa, dos de ellas de viandantes arrollados por el tranvía.
El atropello mortal registrado este lunes junto al barrio zaragozano de Casetas ha disparado las alarmas, porque son dos las personas que han perdido la vida arrolladas por un vehículo en menos de una semana y hasta cuatro los viandantes fallecidos en carretera en este trágico comienzo de año en Aragón. El balance es aún peor si a los muertos en vías interurbanas se suman los tres siniestros registrados en la calles de la capital aragonesa: dos en las vías del tranvía y uno en la travesía de Montañana.
Atendiendo exclusivamente a las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT), la comparativa con 2017 es bastante mala. De hecho, a comienzos de abril se superan las tres víctimas mortales registradas a lo largo de todo el año pasado en la red viaria aragonesa. El repunte de transeúntes fallecidos ha contribuido también a romper la buena tendencia general, dado que los accidentes de tráfico se han cobrado ya un total de 13 vidas en lo que va de 2018, seis más que en el mismo periodo de 2017.
Se da la circunstancia de que los cuatro peatones fallecidos en carretera este año eran varones. A falta de practicar la autopsia e identificar oficialmente a la última víctima, sus edades oscilan entre los 23 años del joven ghanés arrollado el pasado 27 de marzo junto al polígono industrial de Ejea de los Caballeros, y los 70 del hombre atropellado el 19 de marzo en el municipio turolense de Binaced. Salvo el último, que se produjo este lunes en la autovía de Logroño (A-68), todos los siniestros de este 2017 se produjeron en vías de la red autonómica: A-223 (Alcorisa), A-1234 (Binaced) y A-125 (Ejea).
Dos atropellos con fuga en solo dos días
El hallazgo de un cadáver en la cuneta de la carretera que une Tudela con Ejea sobresaltó a todos la mañana del Martes Santo. Sobre todo, porque el conductor que había arrollado a esta persona no se había detenido a prestarle ayuda y se encontraba en paradero desconocido. Como después averiguaría la Guardia Civil, la víctima era un joven de origen africano y la persona que lo atropelló, un repartidor con domicilio en Zaragoza, al que se detuvo al día siguiente por homicidio imprudente y omisión de socorro. Cuando declaró en el juzgado de guardia, el hombre dijo que notó un fuerte golpe y se detuvo. Pero como todavía era de noche, añadió, no vio nada y pensó que había golpeado a algún animal. Tras pasar una semana en prisión provisional, la jueza de Ejea que instruye el caso lo dejó en libertad.
El día 28 de marzo se produjo un segundo atropello con fuga en Épila, aunque en esta ocasión no hubo fallecido sino un herido con lesiones graves. Las pesquisas posteriores permitieron localizar al conductor huido también al día siguiente en la capital aragonesa y descubrir que este había arrollado al lesionado después de que este le disparara previamente con una pistola. El atropellado lo negó, pero una jueza decretó su ingreso en prisión por tentativa de asesinato.
Este martes, 10 de abril, comienza también el juicio por otro atropello mortal que causó una gran conmoción en la capital aragonesa, porque aunque el siniestro se registró en Tudela, la víctima fue Carlos Pellejero, un joven de 20 años del barrio zaragozano de La Almozara
