Aragón conserva casi 7.000 cafés, bares y restaurantes, pero aún hay más cierres que aperturas

Se trabaja más, pero todavía se destruyen más negocios de los que se crean. Los últimos datos del Directorio Central de Empresas revelan que en Aragón se siguen cerrando más bares, cafeterías y restaurantes de los que se abren. Actualmente son 6.842, cuando en 2016 había 6.871 y en 2013, 7.105. Esto, en todo caso, no quiere decir que en este periodo solo hayan bajado la persiana 263. "Ha habido mucha fluctuación. La destrucción de negocios ha sido bastante acusada, es un sector muy atomizado", asegura Luis Femia, gerente de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares de Zaragoza.

A nivel nacional sí se abren más establecimientos de los que se cierran. No obstante, pese al actual cambio de tendencia (el primero desde 2013) aún no se han alcanzado las cifras previas a la crisis. El número de empresas de comidas y bebidas, epígrafe en el que se enmarcan estos negocios, alcanza ya las 253.344, dato que contrasta con las 251.390 de 2016 y las 258.850 de 2013. El global se ha visto impulsado, sobre todo, por el auge del turismo en destinos de costa, de ahí que Aragón no logre los mismos resultados que otras comunidades.

Se cree, en todo caso, que también podría seguir este camino "a finales de año o principios de 2018". "Actualmente se aprecia un descenso en el cierre de empresas y una cierta tendencia a la estabilización", añadió Femia. En Zaragoza, según un reciente estudio de Coca-Cola, hay 2,71 bares por cada 1.000 habitantes. En Huesca son 2,54 y en Teruel, 2,11. Solo en la capital aragonesa hay registrados 1.792 bares. "En Zaragoza, la situación discurre pareja a la de la Comunidad. Los negocios se abren, sobre todo, en el centro. Las zonas periféricas son las que registran más cierres", indicó.

En su opinión, las perspectivas de futuro "son buenas". "El sector de la hostelería es uno de los más importantes de la economía española. Los indicadores de actividad se han incrementado en torno a un 10% entre 2013 y 2017 y ya aporta más del 11% del Producto Interior Bruto y alrededor del 13% del empleo del país. Ha sido uno de los pilares de la recuperación en los últimos años", aseveró.

A muchos hosteleros veteranos no les ha quedado más remedio que aguantar hasta poder jubilarse, de ahí que haya locales que sigan abiertos pese a llegar con dificultades a final de mes. Tampoco ayuda el precio de los alquileres, que sigue resultando excesivo para muchos empresarios.

Nuevas fórmulas de negocio

La crisis ha propiciado un cierto reciclaje del sector. "Al reformular los perfiles de negocio también se ha forzado un relevo generacional", afirma el gerente de Cafés y Bares. Señala, por otra parte, que "cada vez cobra más importancia el entorno y la simbiosis con el medio". También los negocios de café-bar, que tienen una marcada influencia europea. "Se caracterizan por ofrecer una oferta variada, transversal y polivalente y apostar por espacios diáfanos y luminosos", agrega.

Con esto quiere decir que "se generan diferentes ambientes en un mismo espacio en función del momento del día". "En ellos se puede desayunar, tomar vermú, cenar y hasta tomar un combinado nocturno", indica Femia. A su parecer, negocios de este tipo "están sirviendo de revulsivo para poner en valor zonas como San Pablo, la plaza de los Sitios o la calle de Zurita", entre otras.

Muchos de estos negocios son regentados por apenas dos o tres personas. "Hay mucho matrimonio, aunque también te puedes encontrar con plantillas de diez o más personas", afirma. Lo importante es que "ha aumentado el gasto por turista". "En Aragón se está notando, aunque no al nivel de otras comunidades", dijo.

Femia recuerda que la hostelería tardó más que otros sectores en verse afectada por la crisis, de ahí que su salida vaya a ser "más lenta". Citas como las fiestas del Pilar determinarán si la tendencia negativa de estos últimos años llega o no a revertirse.