Aragón

Gran éxito del XV Descenso de Navatas por el río Gállego

El numeroso  público presente pudo vivir la emoción del descenso de estas naves por las aguas rápidas del Gállego, que bajaba crecido de caudal gracias al deshielo.

Numeroso público asistió al XV Descenso de Navatas por el río Gállego.
Asociación de nabateros d´a Galliguera

El pasado fin de semana se celebró la gran fiesta del descenso de las navatas por las aguas del río Gállego. Numeroso público presenció el domingo 23 el recorrido de estas naves artesanas, desde la salida, en la playa de Murillo, hasta el puente de hierro de Santa Eulalia de Gállego.

El sol acompañó durante una mañana que comenzó fresca y finalizó calurosa. Antes de la salida, el numeroso público concentrado pudo conocer, en una charla junto a las navatas, la historia de estas plataformas flotantes cuya navegación por el río Gállego está documentada desde la Edad Media. A la vez, pudo ver de ver de cerca el trabajo realizado con los ‘berdugos’, barreros, remeras, acopladeras y trampos. Las navatas acabaron de construirse el día anterior, sábado 22, rematando los trabajos realizados durante los fines de semana previos.

Dos navatas, una de dos ‘trampos’ y otra de tres, realizaron un descenso rápido, facilitado por el gran caudal que llevaba el Gállego gracias al deshielo, y en el que brilló la habilidad y pericia de los 14 navateros participantes.

Partía primera la navata de tres 'trampos', a las once en punto de la mañana, y diez minutos después lo hacía la de dos 'trampos'.

El peso de los 'trampos', casi una tonelada, jugaba una mala pasada a la navata mayor, haciendo que se hundiera excesivamente la parte central, lo que puso a prueba la habilidad y el equilibrio de los navateros. El numeroso público que presenciaba la salida, pudo así sentir de cerca el riesgo y la emoción que conlleva esta práctica.

Las dos tripulaciones mostraron también su habilidad en los otros dos tramos más complicados del descenso: debajo del puente de Murillo, sorteado con pericia pese a la gran velocidad del cauce al concentrarse la corriente por un canal estrecho de agua que se forma entre la cimentación del puente; y el segundo paso conocido como ‘la lavadora’, complicado por el trazado del río con curvas y bloques de piedra. La parada final en la playa aguas abajo del puente también exigió gran pericia para frenar.

La organización se felicitó por el éxito de la jornada. “Posiblemente la salida de la playa ha sido la más numerosa de la historia y en la llegada en el Puente de Hierro mucho público de tal forma que los coches han llenado toda la carretera y las playas para verlas pasar desde diferentes perspectivas”, afirmaron desde la Asociación de nabateros d´a Galliguera y la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos, responsables de la celebración.

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