La Universidad de Zaragoza lleva varios años luchando por aumentar los ingresos por patentes, algo que parece estar logrando en los últimos tiempos. Si hace cuatro años, el campus público solo generaba 55.000 euros anuales gracias a las patentes realizadas por sus grupos de investigación, en la actualidad esta cantidad asciende hasta los 226.063. “Ahora está empezando a dar resultados la técnica que implantamos en 2010. De este modo, se ha conseguido que en un solo año se haya incrementado casi un 60% y se supere el 90% si se contabilizan los dos anteriores”, explica Pilar Zaragoza, vicerrectora de Transferencia e Innovación Tecnológica.

Más que una nueva técnica se trata de un cambio de filosofía. Si antes se realizaban muchas patentes sin ningún tipo de criterio, ahora la Universidad de Zaragoza elabora, a través de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), un estudio de mercado que permite conocer cuáles son las investigaciones que tendrán una aceptación empresarial. “Todo lo que se patenta es porque detrás se encuentra una empresa, ya no hay patentes curriculares como antes”, sostiene Zaragoza.

De este modo, se patentan menos inventos pero son más eficaces y dan mejores resultados económicos. “Así es mucho más fácil que se vendan y tengan éxito tanto en España como internacionalmente”, recalca Zaragoza. Además, las compañías buscan proyectos que estén en una fase avanzada, puesto que lo que necesitan son resultados a corto plazo. “Por ello, es más complicado obtener recursos para temas biotecnológicos, ya que desde que se empieza a trabajar en algo hasta que se consigue que llegue al ser humano pasa mucho tiempo”, recuerda. Este intervalo es una de las áreas en las que se está trabajando.

Helio y tuberculosis, las más rentables

En la actualidad la Universidad de Zaragoza cuenta con casi 200 patentes vivas, es decir, que están funcionando y en su mayoría están generando recursos económicos. Los casos de más éxito son los de la tecnología que permite recuperar el helio y la vacuna de la tuberculosis, aunque también hay otros de importancia como el tratamiento contra el ELA y la vacuna del Alzhéimer.

Hace tres años, los investigadores del CSIC y la Universidad de Zaragoza dieron a conocer un sistema pionero que permite recuperar el 100% del helio utilizado en la refrigeración de equipos médicos y científicos y que, gracias a su “sencilla” infraestructura puede instalarse en cualquier centro. En la actualidad Quantum Design comercializa estos equipos que se utilizan en los hospitales “para realizar resonancias magnéticas”.

Por su parte, la vacuna de la tuberculosis sigue haciendo avances día a día. Nació hace dos décadas y el pasado mes recibió un importante respaldo: los resultados de las pruebas clínicas realizados en Suiza con 36 adultos sanos demuestran que ofrece una seguridad “excelente” y una fuerte memoria inmunológica. En estos momentos, está en marcha la fase 1B, en la que se va a vacunar a 36 niños recién nacidos en Sudáfrica.

El futuro, marcado por la política

La vicerrectora de Transferencia e Innovación Tecnológica espera que el crecimiento que están teniendo los ingresos por patentes siga al alza en los próximos años. No obstante, puntualiza que todo depende de la situación económica y política. “Con la crisis muchas empresas se han dado cuenta de que la innovación es un valor muy importante, por lo que desean apostar en I+D+i. Sin embargo, algunas no pueden o solo lo hacen en cantidades muy pequeñas”, recuerda Zaragoza.

Asimismo, señala que todavía existe un problema de mentalización, por ejemplo en Estados Unidos la inversión de las empresa en innovación es muy alta y “nadie se plantea la opción de no hacerlo”. Por su parte, a nivel político tampoco hay muchos incentivos. “El Ministerio no ayuda demasiado a que las empresas se animen, les piden muchos avales y les ofrecen préstamos con un alto interés”, señala.