Belmonte de San José (Teruel) será sede fue sede, el pasado sábado 27 de junio, de la segunda edición de la Feria de la Trufa de Verano, organizada por el Ayuntamiento y la Asociación Turismo del Bajo Aragón.

Después de una exitosa primera edición, el año pasado por estas mismas fechas, los organizadores volvieron a la carga "con una ilusión renovada para consolidar un espacio que sirva como punto de encuentro para dar a la trufa de verano el lugar que se merece". Hoy en día, no hay carta en los restaurantes galardonados con estrellas de todo el mundo que no cuenten con esta trufa en alguno de sus platos, "y algunos la prefieren a la trufa de invierno que con tanto olor lo enmascara todo", dicen desde Belmonte.

En todo caso, hay que mostrar al público gourmet que puede disponer durante todo el año de trufas frescas, de diferentes variedades, que hay que conocer y degustar. En la cena de gala de la boda del entonces príncipe Felipe de Borbón se sirvió por parte de Ferran Adrià y Juan Mari Arzak un plato con trufa de verano.

Todas las actividades de la feria tuvieron lugar en una jornada para favorecer la asistencia de público y de profesionales. La fecha escogida está justificada porque es ahora cuando esta trufa está en su momento óptimo de maduración, con todo su sabor y aroma.

La feria contó con la presencia de distribuidores de trufa, viveristas truferos, embutidos trufados, mermeladas trufadas, aceite del Bajo Aragón, quesos, vinos, pan o arroz, productos todos ellos excelentes compañeros de la trufa en los platos que se pueden preparar con este hongo.

"La experiencia nos señala que hay que amplificar la parte lúdica de la trufa de verano y especialmente en el apartado gastronómico, por lo que vamos a potenciar el 'showcooking' para poder disfrutar en directo de los tratamientos de la trufa por los buenos cocineros del Bajo Aragón", informan desde la organización. Se sirvieron tapas en un 'foodtruck' de nueva construcción por primera vez en el Bajo Aragón.

También habrá un concurso de tapas con los mejores bares y restaurantes de la comarca, que se someterán al dictamen de un jurado. Y se dedicará un espacio al vino, en el que se maridarán las tapas creadas con los vinos de la tierra.

Por otro lado, un concurso de perros truferos mostró como trabajan de bien y rápido los canes y sus amos. Se convocó a escritores aragoneses para que describieran el ambiente que percibieron durante una hora, por turnos, en el recinto ferial, con el fin de recuperar la figura del cronista. También hubo un concurso para premiar la trufa más grande, que se subastó posteriormente y la recaudación se donó a una entidad sin ánimo de lucro.

Hubo además premios para las mejores elaboraciones caseras de vinos, licores, mermeladas, quesos y otros productos que están de moda en el universo gastronómico.

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