La crisis alimenta el fenómeno del falso autónomo en Aragón y se estiman al menos 4.500 casos

Pagan su cuota de la seguridad social y no disfrutan de bajas, vacaciones ni pagas extra.

Las clínicas dentales cobijan cada vez a más falsos autónomos
La crisis alimenta el fenómeno del falso autónomo en Aragón y se estiman al menos 4.500 casos
Efe

Cumplen con puntualidad sus horarios, comparten oficina con el resto de los compañeros de la empresa y despachan la carga de trabajo que se estima normal para un puesto como el suyo. Solo los diferencia un importante detalle: ellos mismos se encargan de pagar su cuota de la Seguridad Social. Son los falsos autónomos, un fenómeno que ha crecido en los últimos años al calor de las reformas laborales y de la alta tasa de paro.


Las estimaciones de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) hablan de al menos 160.000 profesionales en estas condiciones en toda España en la segunda mitad del año pasado. Según sus cálculos, basados en los datos de la última Encuesta de Población Activa y del registro del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, en Aragón hay más de 4.500 profesionales que, a pesar de tener dedicación exclusiva con una sociedad y valerse de los recursos de la empresa (maquinaria, ordenadores...) no tienen una vinculación laboral directa.


La discriminación hacia quienes responden a este perfil es clara. Además del evidente inconveniente económico de hacerse cargo de la cotización, los falsos autónomos se ven privados de una serie de derechos laborales naturales de los que sí gozan el resto de trabajadores de la empresa: vacaciones pagadas, bajas por enfermedad, pagas extra... Tampoco tienen derecho al Fogasa.


El verdadero problema de esta práctica es que, a pesar de resultar poco ética, no está claramente reprobada por las leyes. "La jurisprudencia ha apreciado que estas condiciones son en cierto modo legales", lamenta Álvaro Bajén, presidente de UPTA en Aragón. "Nosotros animamos a denunciar estas prácticas cuando se ve que se infringe el derecho laboral, aunque luego los juicios tienen lugar a un año vista y esto deja al trabajador en una situación complicada".


Bajén, que ha notado cómo "la figura del falso autónomo ha crecido notablemente durante la crisis", critica también que hay empresas que despiden a trabajadores para luego 'readmitirlos' siempre y cuando sean ellos quienes sufraguen la cuota de la seguridad social.


A lo largo de los últimos años se ha venido observando un desplazamiento en los sectores en los que esta figura tiene especial relevancia. Si antes de la crisis los sectores de la construcción y las reformas daban cobijo a autónomos con dedicación exclusiva, ahora son el sector servicios y el transporte, y también otros ámbitos como las aseguradoras, despachos de arquitectura y clínicas dentales, los que más falsos autónomos contemplan.


"Autofacturo a una sociedad unipersonal"


Javier es una zaragozano de 31 años que trabaja para una aseguradora. Tiene su propio espacio dentro de la empresa y desarrolla la misma actividad que sus colegas de oficina, pero no cobra directamente de ella. "Para empezar a trabajar tuve que crear una sociedad unipersonal a la que autofacturo como autónomo, y la empresa para la que trabajo factura a su vez a ésta", explica.


La tarifa plana de 50 euros para los seis primeros meses fue un acicate para Javier, que ahora tiene que abonar 180 euros independientemente de su volumen de facturación. "Pero a estos gastos fijos hay que sumar otros como la gestoría, la contabilidad trimestral y anual, gastos fiscales...", abunda.