El Leganés, un visitante amable
Los madrileños solo han sumado 5 puntos de los 30 que han disputado lejos de Butarque. Solo Tenerife y Sabadell, con 4, son peores.
Pero el Leganés es uno en su campo y otro bien diferente a domicilio. Fuera de Butarque es decir, en el papel que va a desarrollar mañana en La Romareda los madrileños tienen un comportamiento deficiente. Sus números son de suspenso global. Han perdido 7 de los 10 partidos que han disputado en esta primera mitad del campeonato como visitantes y se han quedado sin marcar, con el cero en su guarismo, en 6 de esos 10 duelos. Sus réditos lejos de su feudo se reducen a dos empates (1-1 en Soria y 0-0 en Lugo) y un único triunfo (1-2 en Sabadell).
Es decir, este Leganés que mañana regresa a Zaragoza por segunda vez en la historia (el único precedente se dio en la campaña 2002-03, con empate a dos final) solo han logrado cosechar 5 de los 30 puntos que han dirimido lejos de Butarque. Números de suspenso que solo superan el Tenerife y el Sabadell, 16º y 20º clasificados respectivamente, que apenas han arañado 4 puntos fuera (curiosamente, ambos puntuaron en Zaragoza).
Con esta escasa solvencia a domicilio, los hombres que entrena Asier Garitano (natural de Vergara, Guipúzcoa, nada que ver con el ex zaragocista Ander ni con su sobrino Gaizka) han logrado llegar holgados en la clasificación al ecuador de la liga gracias a la excelente rentabilidad que obtienen cada vez que juegan como locales en su coqueto estadio del sur de Madrid. Allí, como anfitriones, logran compensar de sobras su fragilidad como invitados y, con 21 puntos (los mismos que el puntero Sporting) se han convertido en un hueso duro de roer.
Este Leganés de blancos y negros, sin grises, ha perdido sin dar muestras de ser un equipo cuajado para la Segunda División en los campos de los dos últimos (2-0 en Llagostera, 1-0 en Albacete). Pero, por el contrario, ha sido capaz de tumbar en su terreno de juego a dos grandes favoritos, Betis y Valladolid, a ambos por 1-0.
El Zaragoza va a jugarse, pues, esta bala crucial para su reacción en un momento delicado ante un contrincante difícil de evaluar. Al que se aguarda con el ansia de que prosiga con su negativo caminar como visitante pero con el temor de que (como ya hiciera en su momento el Tenerife en La Romareda) saque de la chistera parte de la sustancia positiva que utiliza como local el día menos esperado.
A priori, es una evidencia que los números dan por absoluto favorito al Real Zaragoza. De arriba a abajo, de este a oeste, en todos los prismas. Un rival que solo ha sido capaz de marcar 5 goles fuera de casa en la mitad del torneo no debería causar demasiados temores a un conjunto como el zaragocista, que ha sumado 17 de sus 33 goles en La Romareda y que presume de poseer una de las más potentes pegadas de la categoría. Pero las dudas que acucian esta semana a los aragoneses disuelven esta visión apriorística como un azucarillo y la ponen en cuarentena.
Popovic, eso sí, remata su pronóstico con optimismo. "Espero 90 minutos trabados, pero con un buen final para nosotros", apunta.