El impuesto de sociedades se desplomó en 2013: casi 800 millones menos que en 2007

La crisis se ha cebado en Aragón con este impuesto que grava los beneficios empresariales.

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, en una imagen reciente
Hacienda reclama al menos 3.000 euros a familias que se acogieron a la dación en pago

Si el impuesto de sociedades es el mejor termómetro de la actividad empresarial, tal y como sostienen algunos economistas, la crisis ha hecho que la temperatura de las empresas aragonesas haya bajado unos cuantos grados centígrados. Los datos de la Agencia Tributaria revelan que los años de crisis económica han diezmado la recaudación de este impuesto, que grava los beneficios empresariales.


El Estado recaudó el año pasado 378,7 millones de euros en Aragón a través de este impuesto, lo que supone 766 millones menos de lo que se registró en 2007: 1.145,7 millones de euros. El comportamiento de este impuesto a lo largo de los años de crisis no ha sido homogéneo (en 2012 creció un 17% con respecto a 2011) pero hay un denominador común a todos los ejercicios económicos: la recaudación previa a la crisis no se ha vuelto registrar, ni tan siquiera a rozar.


Con respecto ha 2007, las caídas anuales de los ingresos del Estado bajo este concepto se sitúan en torno al 50%, aunque el año pasado fue récord al registrarse un descenso del 67%. Las claves del descalabro residen en varios factores, muchos relacionados con la crisis económica. Desde la caída del consumo generalizada, que acarrea el lógicio descenso de los beneficios de las empresas hasta el cierre de muchas organizaciones, que en el primer trimestre de 2014 ya ha alcanzado a 262 sociedades aragonesas


"El descenso de la recaudación del impuesto de sociedades durante la crisis es un reflejo de las dificultades que atraviesan las empresas", valora Fernando Callizo, presidente de la Confederación de Empresarios de Aragón (CREA), quien señala que Aragón tiene hoy alrededor de 7.500 empresas menos que al inicio de la crisis.


Por ello, continúa Callizo, "pese a que se ha aumentado mucho la presión fiscal sobre las empresas en estos años, la recaudación baja y más alzas de impuestos ahogarían la actividad económica y la incipiente recuperación".


Pero no solo la crisis ha afectado al impuesto de sociedades. Muchas voces, como la CEOE, han pedido en varias ocasiones la reforma de este tributo. Y parece ser que sus reivindicaciones no han caído en saco roto porque los expertos que asesoran al Gobierno para elaborar la próxima reforma fiscal se mostraron partidarios de rebajar el tributo desde el 30% al 25%, un guante que ya ha recogido el Ministerio de Hacienda, según anunció Cristóbal Montoro. 


El presidente de la CREA explica que desde la CEOE son partidarios de reducir el tipo nominal del Impuesto de Sociedades "para acercarlo al efectivo y simplificar deducciones".


Callizo apuesta además por "avanzar en la simplificación normativa y en mayor coordinación entre administraciones y mejorar el régimen de empresas exportadoras, entre otras medidas".


"Camino de la irrelevancia"

A nivel nacional la recaudación se ha comportado de forma muy similar. En 2007 el total de comunidades autónomas recaudaron 44.823 millones de euros por los 19.945 millones que se ingresaron entre enero y diciembre de 2013. Una caída superior al 50%.


Un informe elaborado por la Fundación Primero de Mayo de Comisiones Obreras en 2012 analiza la particular travesía del desierto del impuesto de sociedades entre 2006 y el mencionado año. El estudio afirma, sin reparos, que este impuesto ha vivido y vive una situación tal, "que va camino de la irrelevancia".


"La crisis económica tiene consecuencias negativas sobre las bases imponibles de todos los impuestos porque caen la actividad, las ventas, el consumo, el empleo, los salarios y, obviamente, los beneficios empresariales", valora el economista Manuel Lago, autor del estudio.


El impuesto de sociedades es una parte considerable de los ingresos fiscales del Estado y las CC.AAEn 2006 de cada 100 euros recaudados, 23 lo eran a través de este impuesto. En 2011 ese porcentaje bajó a ocho euros. Es por ello que la Fundación Primero de Mayo señala a este impuesto como "el principal responsable de la crisis fiscal española" que tildan de "auténtico desastre".


"Caen los recursos para financiar las políticas públicas al tiempo que la carga fiscal recae cada vez más sobre los asalariados y los consumidores", afirma Lago.