Temporales en Aragón

Los temporales del último año han dejado un muerto y 90 millones en daños

Las lluvias, granizadas y vientos huracanados que la semana pasada afectaron a buena parte de Aragón suponen el último golpe de un año negro que comenzó en octubre de 2012 con las riadas que arrasaron las Cinco Villas y la Jacetania.

El río Ésera, a su paso por Benasque en junio
Los temporales del último año han dejado un muerto y 90 millones en daños
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Lluvias, granizadas, riadas e incluso vientos huracanados. Durante el último año, Aragón ha sufrido temporales de todo tipo que dejaron un fallecido en la localidad turolense de Oliete y que han ocasionado cuantiosos daños materiales a lo largo y ancho de casi toda la comunidad. Desde octubre de 2012, cuando las riadas arrasaron numerosas localidades de las Cinco Villas y la Jacetania, los diferentes temporales que han afectado a Aragón han supuesto un coste de alrededor de 90 millones en afecciones en cultivos y explotaciones ganaderas, infraestructuras de todo tipo y bienes privados, así como limpieza de cauces y otros daños ambientales.


Aunque los daños del último temporal, que la semana pasada dejó fuertes lluvias, granizadas y vientos que llegaron a ser huracanados y que afectaron a zonas de las tres provincias aragonesas, todavía no han sido cuantificados, los avisos por afecciones en propiedades y cultivos ya son numerosas y podrían hacer aumentar unos costes que ya son numerosos. Desde el pasado octubre se han producido riadas importantes en el Valle del Ebro, las Cinco Villas, la Jacetania, la Ribargorza y la provincia de Teruel, y este verano el granizo ha hecho estragos en cultivos de casi toda la comunidad.


De hecho, según la la Agrupación Española de Entidades de Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro), Aragón ha sido la región española más castigada por las tormentas este año. Solo a lo largo de este verano, las granizadas han causado daños en los campos de la comunidad valorados en más de 24 millones de euros, muy por encima del resto de zonas más afectadas: Castilla y León, con 15 millones de euros, Castilla-La Mancha, con 11,7, o Cataluña, con 10,4 millones en daños.


Pero si los daños ocasionados por el granizo han sido importantes, todavía han sido mayores las afecciones de las riadas que se han producido en el último año. La última importante, la que arrasó el pasado mes de agosto varias localidades de Teruel, fue la que dejó el golpe más importante: la muerte de un vecino de Oliete, Carlos Trallero, que fue arrastrado por la corriente y cuyo cadáver no apareció hasta nueve días después, a dos kilómetros de donde fue visto por última vez. Además, la crecida de los ríos Seco y Martín causó daños materiales por valor de alrededor de 1,5 millones de euros en las infraestructuras de localidades como Oliete, La Hoz de la Vieja, Josa y Ariño.


Apenas un mes antes fueron los habitantes de la comarca de La Ribagorza quienes sufrieron en sus propias carnes los efectos de las crecidas, en este caso la del Esera. Las fuertes lluvias que se produjeron en el Pirineo a finales del mes de junio causaron el desbordamiento del río, que se saldó con daños muy importantes en Benasque, Castejón de Sos y otras localidades del valle. En total, las afecciones supusieron más de 10 millones de euros en reparación de infraestructuras y en limpieza de los destrozos del desbordamiento, así como otros cinco en bienes privados, según la valoración que entonces realizó el Consorcio de Compensación de Seguros.


Más de 45 millones el pasado octubre

Pero, sin duda, el temporal que más daños materiales dejó fue el que se produjo hace justo un año, en octubre de 2012, y que arrasó varios pueblos tanto de la Jacetania como de las Cinco Villas, dejando una serie de imágenes imborrables, como el colegio de Sádaba destruido o el río Aragón derribando una casa en Castiello de Jaca. En aquella ocasión, las afecciones a bienes privados alcanzaron los 12 millones de euros, a los que habría que sumar los alrededor de 30 con los que tuvo que contribuir el Gobierno autonómico -24 millones para daños ambientales y agrarios, 4,5 para reparar la red de carreteras y casi un millón para el colegio de Sádaba- y los 3,5 que puso la CHE.


Y, aunque fueron menos espectaculares y destructivas, las crecidas que se produjeron en el Ebro durante la primera mitad del año también ocasionaron importantes trastornos, sobre todo para los agricultores de la zona. La de enero costó hasta 5,5 millones de euros, según los técnicos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de la DGA, que en la riada que se produjo en junio redujeron la cifra a alrededor de 600.000, pues consideraron que esta segunda fue mucho menos dañina.


Menos incendios

En cambio, este verano se han registrado en Aragón 80 incendios forestales que han quemado 36,44 hectáreas. Estas cifras, tanto por el número de siniestros como por los daños que provocaron, se encuentran entre las más bajas de las registradas durante los últimos diez años durante el periodo estival, considerado como el de mayor riesgo para que se produzcan fuegos.


Según datos facilitados de la Dirección General de Gestión Forestal del Gobierno de Aragón, si la estadística se amplía a todo lo que llevamos de año (hasta el mes de septiembre), desde el 1 de enero se han registrado en la Comunidad 153 incendios, que afectaron a 210,93 hectáreas de terreno. Nada que ver con los 449 siniestros que se produjeron el año pasado en idéntico periodo de tiempo, que arrasaron 3.707 hectáreas.