¿Qué alternativas existen frente al carbón?

Si hay un hecho en el que coinciden la mayoría de los expertos climáticos es en la necesidad de descarbonizar la economía, lo que significa cambiar el modelo productivo y energético, porque el actual está basado en el uso de combustibles fósiles, y dirigirlo hacia otro modelo que evite el máximo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que provocan el calentamiento de la Tierra.

El marco europeo, bajo el paraguas del Acuerdo de París para combatir el cambio climático, ha señalado que el reto pasa por lograr que, en 2050, el 100% del total del consumo final de energía se cubra con renovables.

A nivel nacional, el Gobierno ha aprobado la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP 2050), que permitirá reducir un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de cara a 2050 con respecto a la situación de 1990. Además, la nueva ley de cambio climático y transición energética recoge que, con la vista puesta en 2030, deberá alcanzarse una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de, al menos, un 42%.

Para asumir con éxito estos datos, los expertos insisten en que la transformación energética pasa por la descarbonización. Y para lograrlo hay que actuar sobre el transporte, la movilidad, la edificación, los sectores agrícolas y ganaderos y la industria.

Hace tiempo que las miras están puestas en la la energía solar fotovoltaica y la eólica, que se han convertido en la mejor opción para descarbonizar la economía y vislumbrar un 2050 en el que podamos hablar de una energía eléctrica 100% no emisora de gases de efecto invernadero.

Otras energías

En la agenda de todos está el objetivo de reducir el consuno de hidrocarburos naturales, que serán sustituidos por hidrocarburos sintéticos o gases limpios, como el hidrógeno, cuando éstos alcancen precios competitivos. De hecho, el hidrógeno renovable se está haciendo hueco como uno de los grandes vectores energéticos a largo plazo, debido a que no genera emisiones contaminantes.

Pero, a fecha de hoy, durante las horas en las que la demanda de electricidad no puede cubrirse con energía renovable y nuclear por falta de viento o de sol, hay que recurrir a la producción de electricidad con gas natural. De ahí que el uno de los grandes retos a medio plazo sea sustituir el gas por sistemas de almacenamiento de este tipo de energía. Todo ello para lograr un planeta más sano para las generaciones venideras.

En cifras

Inversiones billonarias. Según la consultora McKinse, lograr las emisiones netas cero en 2050 costará al mundo más de 8,1 billones de euros al año. El 7,5% de la riqueza del planeta. 
Empleo. De cara al año 2050, los expertos indican que se podrían crear unos 200 millones de puestos de trabajo derivados de las renovables. Se perderán 185 millones, sobre todo en la industria fósil.​
Gases efecto invernadero. El primer y gran objetivo actual es que España reduzca, antes de 2050, sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% con respecto al año 1990.​

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