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En el siglo XXI, la igualdad real de las mujeres sigue siendo la gran asignatura pendiente

El Objetivo 5 de la Agenda 2030 hace alusión a la ‘Igualdad de Género’ y aboga por acabar con todo tipo de discriminación.

Las mujeres de todo el mundo todavía tienen que hacer frente a numerosos obstáculos personales, sociales y laborales
Las mujeres de todo el mundo todavía tienen que hacer frente a numerosos obstáculos personales, sociales y laborales.
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"La igualdad de las mujeres debe ser un componente central en cualquier intento para resolver los problemas sociales, económicos y políticos". Kofi Annan, ex-secretario de la ONU, es el autor de esta frase que resume a la perfección los pilares sobre los que se asienta el Objetivo 5 de Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que hace alusión a la ‘Igualdad de Género’.

Poner fin a la discriminación social, laboral, económica y cultural contra las mujeres y las niñas no es una tarea fácil y demanda el esfuerzo y la implicación de millones de personas en todo el mundo, pero, sobre todo, en los países menos desarrollados, donde esta lucha es más necesaria que nunca.

"Una niña que nace en un hogar pobre y es forzada a un matrimonio precoz, por ejemplo, tiene más probabilidades de abandonar la escuela, dar a luz a temprana edad, sufrir complicaciones durante el parto y padecer violencia –situaciones que se busca erradicar a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)– que una niña que crezca en un hogar con mayores ingresos". Así se recoge en el informe elaborado por la ONU después de la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y donde se analizan los avances alcanzados en materia de igualdad de género, así como los desafíos todavía pendientes.

Unos progresos insuficientes que provocan que el concepto de igualdad de género sea, a fecha de hoy, una meta inalcanzable. Millones de mujeres en todo el mundo, tanto en países desarrollados como no desarrollados, tienen que hacer frente a muchos obstáculos para poder alcanzar una igualdad real y efectiva en muchos sentidos y en diversos ámbitos, tanto en el plano personal como laboral y social.

El primer artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, firmada en 1945, enunciaba que todos los seres humanos nacemos "libres, e iguales en dignidad y derechos…", pero, décadas después, y a pesar de los avances que se han conseguido, todavía queda mucho por mejorar.

Por este motivo, entre los retos del Objetivo 5 se aboga por poner fin a la discriminación contras las mujeres y las niñas. Y, también insta a eliminar toda la violencia contras las mujeres, en los ámbitos público y privado, haciendo especial alusión a la trata y explotación sexual.

En España, a día de hoy y desde 2003, fecha en la que empezaron a computar los asesinatos relacionados con la violencia de género, un total de 1.069 mujeres han perdido la vida asesinadas por sus parejas o exparejas. Y si hablamos del resto del mundo, en el último informe presentado por Naciones Unidas, con fecha de 2019, un total de 20.000 mujeres fueron asesinadas en todo el planeta en esos 365 días, 3.000 de ellas en Europa.

Uniones forzadas

Junto a este tipo de violencia, la mujer también tiene que hacer frente a otras prácticas nocivas, como la mutilación genital o el matrimonio infantil, precoz y forzado, que es muy habitual en algunos lugares menos desarrollados y que condena a estas niñas a una vida sesgada desde su más tierna infancia.

Según la organización Save the Children, anualmente, más de 12 millones de niñas menores de 18 años son forzadas a casarse, sobre todo en países de Asia del Sur, África Occidental y Central y América Latina. Una cifra que, como resultado del impacto económico de la pandemia de la covid-19, podría incrementarse debido a la inseguridad económica y alimentaria de sus familias, que creen que forzar a sus hijas a casarse con un hombre mayor es su única salida.

Por todas estas razones, los expertos insisten en la importancia de que tengan acceso a la educación desde muy pequeñas, porque es la mejor manera de salir adelante en un mundo donde la mujer, a fecha de hoy, sigue en inferioridad de condiciones. 

El Departamento de Desarrollo Rural ha puesto en marcha medidas en materia de igualdad. En la imagen, una mujer podando.

Techo de cristal, ¿por qué los salarios son diferentes?

El techo de cristal es una realidad que afecta mujeres de todo el mundo. En España, y aunque el Estatuto de los trabajadores publicado en el Boletín Oficial del Estado el 14 de marzo de 1980 recoge que "tanto las mujeres como los hombres tienen derecho a la igualdad de salarios", lo cierto es que, en algunos puestos de trabajo, sobre todo en el caso de directivos de grandes empresas, los hombres cobran de media un 22% más que las mujeres. Como término medio y según datos oficiales, la diferencia salarial media entre unos y otros es de 5.941 euros, en perjuicio de las féminas. Una cifra que hace pensar que todavía quedan muchas cosas por hacer en materia de igualdad laboral y salarial, máxime si se tiene en cuenta que, según la Encuesta de Población Activa (EPA), hay cerca de 8,9 millones de mujeres trabajando y de ellas, una cuarta parte son asalariadas con un contrato temporal.

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