El mágico pueblo de Huesca que esconde una de las cascadas más impresionantes del Pirineo

Este encantador municipio aragonés, atravesado por un río y enclavado en un idílico paisaje, se encuentra en la falda del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Este precioso pueblo de Huesca está enclavado en un entorno de ensueño
Este precioso pueblo de Huesca está enclavado en un entorno de ensueño
Laura Uranga

Bien teñidos de blanco por las nevadas o bajo mantos de hojas amarillas y marrones caídas en otoño, los pueblos de Aragón brillan con luz propia todo el año, pero muchos de ellos lo hacen todavía más en las épocas de otoño e invierno. Y es que la cantidad de rincones especiales que tenemos en Zaragoza, Huesca y Teruel parece no tener final. Tan encantadores como pintorescos, muchos municipios podrían estar sacados de un cuento. Eso sí, hay que ir bien abrigado, porque algunos de ellos por estas fechas alcanzan temperaturas que te dejarán helado. No obstante, no dejan de ser muy atractivos para una escapada en estas fechas.

Qué ver en Broto, un pueblo de cuento en Huesca

Esta pequeña población pertenece a la Comarca del Sobrarbe y se sitúa en un enclave idílico: la falda del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en pleno corazón de los Pirineos. Está bañado por el río Ara, que lo atraviesa y divide en dos barrios unidos por un puente gótico. 

Además del paisaje en el que se encuentra, este precioso pueblo pirenaico cuenta con otros atractivos dignos de una visita. Uno de ellos es la Iglesia de San Pedro Apóstol, ubicada en la parte más elevada de Broto, que data del siglo XVI, y sorprende con su sólida estructura, como si de un castillo se tratara, y su descomunal tamaño. Al igual que su gran torre almenada, coronada por un bonito campanario. La portada del templo es digna de admirar: cuenta con cinco arquivoltas situadas en el retablo barroco de su altar mayor y en sus bóvedas de crucería.

Entre las otras construcciones destacas encontramos la Casa del Valle, con su torre defensiva del siglo XVI, que sirvió de cárcel durante varios siglos. Está formada por dos edificios: la torre de la cárcel y la propia Casa del Valle. 

El espectacular entorno de Broto: la cascada de Sorrosal

Pero, sin duda, el mayor interés de este encantador pueblo es su entorno. Sus alrededores nos ofrecen excursiones tan bonitas como la que nos lleva a la espectacular cascada de Sorrosal. Llegar a este paisaje natural es muy fácil desde el casco urbano de Broto, ya que se encuentra a apenas cinco minutos y hay un cómodo sendero. Su impresionante caída de agua, especialmente si se visita en época de lluvias, goza de una belleza espectacular.

Además, se puede realizar la Vía Ferrata de Sorrosal, que comienza en la cascada y es un plan excelente para realizar en el Pirineo. Está junto al Parque Nacional Ordesa y Monte Perdido y discurre junto al barranco de Sorrosal. El trayecto, de dos kilómetros, dura unas dos o tres horas y tiene una dificultad media.

Aunque un factor importante para realizar esta excursión es el de no tener vértigo, ya que el camino tiene grapas en zonas verticales, puentes, pasamanos, cadenas, escaleras de varios tipos, un túnel y una pequeña cueva, además de estar jalonada por cascadas.

Dónde comer en Broto, Huesca

El restaurante Casa Vallés, en la avenida Ordesa, 12, es ideal para comer en Broto. Abre todos los días en horario de 8.00 a 23.00.

Cómo llegar a Broto, en el Pirineo aragonés

Para llegar a Broto desde Huesca hay que tomar la A-23 y la N-260 en un trayecto de poco más de una hora en coche. Por otro lado, para llegar desde Zaragoza hay que hacerlo por la A-23 en una hora y 50 minutos en coche, aproximadamente.

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