El pueblo pequeño de Aragón con 87 habitantes en un precioso valle escondido del Pirineo

Este municipio oscense es uno de los núcleos mejor conservados de la zona de la Jacetania y está rodeado de impresionantes paisajes montañosos del Valle de Borau.

Este pueblo oscense se encuentra en un valle que forma parte de la reserva natural más importante del Pirineo aragonés.
Este pueblo oscense se encuentra en un valle que forma parte de la reserva natural más importante del Pirineo aragonés.
Laura Uranga

Lo mismo te da que te da lo mismo. Da igual Huesca que Teruel o Zaragoza si lo que quieres es disfrutar del turismo rural. Aunque si hablamos de paisajes las dos primeras se llevan la palma, sobre todo, por los enclaves que esconden, en Aragón hay diversidad de pueblos con mucho encanto por descubrir. Y algunos de ellos son increíblemente pequeños (no superan ni siquiera los 100 habitantes), algo que, quizás, los hace más llamativos a la hora de visitarlos, tanto para aragoneses como para foráneos que van en busca de ríos, monumentos, valles, montes, rutas de senderismo... para un fin de semana o una escapada.

Este encantador pueblo de Huesca es uno de esos que destaca por el maravilloso entorno en el que se encuentra enclavado, pero también por su núcleo urbano.

Qué ver en Borau, un pueblo entre impresionantes paisajes del Pirineo

Este municipio oscense de la Comarca de La Jacetania se encuentra en el Valle del Aragón, sobre el cauce del río Lubierre, afluente del Aragón, y es todo un paraíso para el turismo rural. Tiene 87 habitantes y es uno de los pueblos mejor conservados de la zona, por lo que sobran motivos para visitarlo.

Su núcleo urbano está compuesto de calles angostas y empedradas y casas de piedra tradicionales, con tejados de pizarra y chimeneas troncocónicas típicas de La Jacetania. Destaca la Iglesia Parroquial de Santa Eulalia de Borau, que data del XVI y vigila el casco urbano desde lo alto de la localidad. 

Además, en la entrada del pueblo se levanta el edificio de las antiguas escuelas, construido en los años 30, que es un insólito exponente de arquitectura civil en el Pirineo.

En el entorno más cercano de Borau se levanta la preciosa ermita de San Adrián de Sásabe, de origen visigótico. Se trata del último vestigio de un monasterio de mayores dimensiones que fue sede de la Diócesis de Huesca mientras la ciudad estuvo bajo dominio musulmán. Según la leyenda, este monasterio fue una de las ubicaciones del Santo Grial en el Pirineo en su viaje a San Juan de la Peña y posteriormente a la Catedral de Valencia.

Este pueblo de Huesca, rodeado de impresionantes paisajes montañosos y ubicado en el Valle de Borau, es un excelente mirador de los valles pirenaicos, ideal también para los amantes de la naturalezaAdemás, aquí se puede practicar deportes de aventura como la escalada, el barranquismo, el rafting, el piragüismo y el senderismo, gracias a su ubicación y su característico terreno.

Se sitúa a escasos kilómetros de Jaca y de las estaciones de esquí de Astún, Candanchú y Le Somport, así como ofrece una extensa red de senderos señalizados: perfecto para acceder a puntos fantásticos del macizo de los Pirineos.

Dónde comer en Borau

Una buena opción para comer en Borau es el Bar Restaurante Lubierre, que ofrece comida casera, tapas, platos combinados y mucho más. El teléfono del establecimiento es 636 93 17 49.

Cómo llegar a Borau, en Huesca

Para llegar a Borau desde Huesca capital hay que tomar la A-23 en un trayecto de una hora en coche. Por otro lado, para llegar desde Zaragoza hay que tomar la misma vía, pero se tarda una hora más en llegar.

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