Lluvia de estrellas de las Gemínidas 2022: cuándo verlas en todo su esplendor
Las Gemínidas, según indicó la NASA en 1983, vienen del asteroide Faetón, del que se considera que podría ser un híbrido entre asteroide y cometa.
Esta semana llueven estrellas sobre el cielo español. El aragonés suele estar entre los privilegiados para disfrutar de este fenómeno; las Perseidas, también llamadas Lágrimas de San Lorenzo, alegran a los corazones sensibles cada mes de agosto alrededor de los días en los que Huesca celebra a su santo patrón. No obstante, hay varios momentos en el año y varias familias de estrellas (se les llama así, aunque realmente son meteoros) que deciden darse un paseo por el cielo y brillar de manera especial por unos segundos, dando a quienes las miran la oportunidad de pedir un deseo. Pueden ser cosas inmateriales o románticas, por supuesto, pero a tan pocos días del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, tampoco está mal pedirle a los cielos un poco de suerte ese día.
Las Gemínidas de diciembre de 2022
En diciembre le toca el turno a las Gemínidas, que forman parte de la nobleza en el mundo de las lluvias de estrellas junto a las citadas Perseidas y las Leónidas. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) augura para estos días una media de 120 meteoros por hora, que viajan a una velocidad aproximada de 35 kilómetros por segundo. Comenzaron a divisarse la pasada semana, pero será en la noche del miércoles 14 al jueves 15 cuando alcancen su punto álgido, antes de irse alejando de nuestra vista hasta el final de esta semana. En la noche del martes 13 al miércoles 14 también han tenido una visibilidad máxima.
Las Gemínidas, según indicó la NASA en 1983, vienen del asteroide Faetón, del que se considera que podría ser un híbrido entre asteroide y cometa. La meteorología y la fase lunar actual complican la visibilidad de las Gemínidas este año; la luna llena fue el día 8 y se llega al cuarto menguante exacto el viernes 16. Se recomienda, como siempre, alejarse de los núcleos urbanos y buscar lugares en alto, para evitar al máximo la contaminación lumínica del cielo estrellado.
