La DGA deja declara desierto el concurso para nombrar gerente de la Orquesta Sinfónica de Aragón
El proyecto, iniciado en la anterior legislatura, está en proceso de reelaboración por parte de la DGA
Una prueba más de que el proyecto de crear la Orquesta Sinfónica de Aragón está de momento en vía muerta. El secretario de la FUSA, la fundación que se creó en la pasada legislatura para la puesta en marcha del proyecto, ha enviado una carta a los candidatos presentados al concurso para elegir a un gerente en la que les comunica que se declaró desierto en su día. El concurso se convocó en junio pasado a toda prisa, con la legislatura a punto de terminar, y poco tiempo después la oposición pidió que se paralizara, al igual que el convocado para elegir a la orquesta que iba a protagonizar el proyecto. Ambos procesos fueron 'congelados' poco después, cuando el PP relevó al PSOE al frente del Gobierno regional. Al parecer, a la plaza de gerente se habían presentado media docena de candidaturas. Se convocó también una plaza de administrativo, que es de suponer que haya quedado también desierta.
Sobre el proyecto pesan actualmente más dudas que certezas. Nada se sabe sobre el proceso de elección de orquesta. Cabe pensar que pudiera haber sido declarado desierto, aunque algunas fuentes señalan que no fue así. En cualquier caso, la nueva consejera de Presidencia, Interior y Cultura, Tomasa Hernández, aseguró al poco de ocupar el cargo que Aragón tendrá orquesta sinfónica, aunque dio a entender que el modelo sería distinto al planteado por sus predecesores. "Vamos a estudiarlo y vamos a hacer algo -dijo en respuesta a una pregunta parlamentaria-. Si no es en 2024, será en 2025, pero usted va a oír música de una orquesta sinfónica de Aragón". En los presupuestos de 2024 hay una partida de 100.000 euros para la puesta en marcha de la orquesta, menos de la décima parte de lo previsto por el anterior Gobierno.
De momento sigue en vigor la fundación, aunque con distinta composición de la original puesto que en ella había varios sillones dependientes directamente del Pignatelli. La sede de la fundación era el Museo Pablo Serrano y se pretendía radicar la orquesta en el Palacio de Congresos de Zaragoza, cuyo edificio precisaba unas obras mínimas de acondicionamiento, poco más de 100.000 euros.
La idea original era elegir una orquesta privada ya existente para, convenientemente dotada, disolverla y dar lugar a la Sinfónica de Aragón, lo que reducía las candidaturas a dos, la Orquesta Reino de Aragón y la Orquesta Sinfónica Ciudad de Zaragoza. Esta anunció que no se presentaba a la selección y que impugnaba todo el proceso. El Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón acabó desestimando su recurso.
