El Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza es una ruina: así estudian 670 niños y jóvenes

El centro lleva tres décadas sobresaturado y esperando soluciones que no acaban de llegar

Las escaleras de la primera planta del centro, improvisada sala de ensayo ante la falta de cabinas de estudio.
Las escaleras de la primera planta del centro, improvisada sala de ensayo ante la falta de cabinas de estudio.
Heraldo.es

Clases en aulas sin ventilación y ensayos en pasillos, escaleras o aseos. Menores que, con un instrumento al hombro, tienen que salir a la calle, dar un paseo de ocho minutos y tomar clase en las aulas de un instituto sin condiciones acústicas de ningún tipo. A menudo solos.

Esta es la realidad, el día a día, de los 670 jóvenes zaragozanos que estudian en el Conservatorio Profesional. Una situación que se arrastra desde hace 30 años, que ya ha dado pie a cinco resoluciones del Justicia de Aragón pero que de momento sigue sin solución clara: el pasado 21 de febrero la Mesa de Cultura de las Cortes de Aragón escuchó a representantes de los profesores, alumnos y padres, y todos los grupos manifestaron su disponibilidad para ayudar a que el problema se resuelva lo antes posible. Aquella mañana los comparecientes se ayudaron de un powerpoint con las imágenes que acompañan este artículo, algunas de ellas sangrantes. 

Al término de la comparecencia, la consejera de Educación, Claudia Pérez Forniés, aseguraba: “Sé que necesitan unas instalaciones diferentes, y en este tema estamos trabajando y veremos qué podemos hacer, siempre de la mano de los profesores y las familias”.

El Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza se 'acomodó' en 1993 en el edificio de un antiguo colegio en la calle de San Vicente de Paúl, 39. Era entonces una solución provisional, por cuanto el inmueble era a todas luces inadecuado. Además, al estar catalogado, no se pudieron hacer en el edificio modificaciones que eran necesarias. Las persianas fijas exteriores no se pueden abrir, en la mayor parte de las aulas la iluminación es artificial, e incluso en los últimos años ha habido goteras.

En el Conservatorio Profesional se ofertan 25 especialidades vocales e instrumentales y es el conservatorio que alberga mayor número de alumnos (670, el doble de lo previsto) y profesores (82) de todo Aragón. El conservatorio dispone de 43 aulas y la mayor parte de las clases son vespertinas, solo se pueden impartir cuando niños y jóvenes han terminado su jornada de estudios obligatorios.

Hace ahora 26 años se le asignaron al conservatorio de forma provisional ocho aulas del IES Pedro de Luna de forma provisional. Como la demanda ha sido creciente (Zaragoza, por volumen de población debería tener al menos dos conservatorios profesionales), el número ha crecido hasta las 20 aulas actuales. Son espacios que no están preparados para enseñanzas musicales y carecen de insonorización.

El auditorio Pilar Bayona del conservatorio tiene tan solo 139 butacas (se necesitaría al menos un auditorio con capacidad para 500 personas, con un escenario diseñado para poder acoger la actuación de una orquesta sinfónica). Pero, además, se utiliza prioritariamente como aula de la asignatura de Orquesta/Banda ya que el centro no dispone de un aula con tamaño adecuado.

El conservatorio dispone tan solo de nueve cabinas de estudio, habitáculos de entre seis y nueve metros cuadrados, de los que solo dos tienen ventilación. Como el número es claramente insuficiente, algunos alumnos usan pasillos, escaleras y cuartos de baño a modo de aulas.

El centro dispone tan solo de dos almacenes de tres y seis metros cuadrados cada uno para guardar instrumentos. Desde hace años, profesores, alumnos y padres, con el lema de 'No cabemos' han realizado todo tipo de acciones, incluso dar conciertos bajo un puente del Ebro, para llamar la atención sobre su situación.

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