La verdadera historia del 'Cabezón' de los Premios Goya: cuánto pesa y quién la hizo

La estatuilla que se entrega a los triunfadores en la gala del cine español, inspirada por Benlliure, ha evolucionado mucho a lo largo de los años

La estatuilla de los premios Goya, en su diseño anterior y actual.
La estatuilla de los premios Goya, en su diseño anterior y actual.
Heraldo

Popularmente, en el mundo del cine, se le conoce como 'El Cabezón'. Se trata de la estatuilla de los premios Goya, un conocido busto del pintor aragonés que se entrega a todos los que triunfan en la gala del cine español. La pieza, con diseño del famoso escultor Mariano Benlliure, tiene mucha más historia de la que parece.

De entrada, ¿por qué premios Goya, que era un pintor, y no Luis Buñuel, que quizá sea el cineasta español más universal? Para responder a esta pregunta hay que remontarse al año 1985, cuando se estaba 'cocinando' la organización de los premios y aún se debatía su diseño y estructura. El nombre de Buñuel fue uno de los que se manejó, aunque también se consideraron otros, como el de Lumière, o incluso 'Soles' (se pretendía que la estatuilla fuera un sol). Finalmente los académico, decidieron llamarlos Goya, al parecer por ser un artista muy representativo de la cultura española, por tener un nombre corto y por similitud con premios como los norteamericanos Oscar y los franceses César.

Pero en la elección desempeñó un papel decisivo un aragonés, el cineasta Carlos Saura. Sus palabras durante el debate convencieron a los académicos: "No tengo la menor duda de que si Goya viviera hoy sería un cineasta -dijo-. Hombre preocupado por su tiempo, observador implacable de la realidad, apasionado por la vida y por un trabajo que era, al mismo tiempo, necesidad expresiva y crónica de su propia vida. Era un cineasta creativo y poderoso antes de inventarse el cine. Por ello nada más acertado que llamar Goya a los premios de nuestra Academia de Cine". 

Elegido ya el motivo de la estatuilla, se encargó al escultor malagueño Miguel Ortiz Berrocal que diseñara la estatuilla. Fue utilizada en las ediciones de 1987, 1988 y 1989, y en total se realizaron 63 estatuillas numeradas (21 por edición). El trofeo consistía en una cabeza de Goya, a partir de un calco de Mariano Benlliure, era transformable, móvil y articulado. En su interior llevaba un dispositivo mecánico que se desplegaba y aparecía por la parte superior de la cabeza, consistía en un mapa de la península Ibérica con dos ruedas de celuloide sobre ella, en uno de los laterales del mapa se podía ver la cabeza de la Dama de Elche.  Pero el trofeo era poco manejable: medía 43 por 14 por 13 centímetros y pesaba más de 14 kilos.  

El cineasta aragonés Gaizka Urresti, con sus dos estatuillas. Aunque ambas son del diseño moderno, la pátina final es diferente.
El cineasta aragonés Gaizka Urresti, con sus dos estatuillas. Aunque ambas son del diseño moderno, la pátina final es diferente.
Oliver Duch

La actual estatuilla de los Premios Goya es una reproducción basada en un molde original del busto realizado por Mariano Benlliure en 1902. Su origen hay que buscarlo a principios del siglo XX, cuando el Ayuntamiento de Madrid quiso celebrar la mayoría de edad de rey Alfonso XIII y encargó varios monumentos a los artistas más destacados de la época. El escultor valenciano Mariano Benlliure recibió el encargo de hacer uno dedicado a Goya, que se inauguró en 1902 en el parque del Retiro. Hoy, está ubicado ante la fachada norte del Museo del Prado. 

Evolución de la estatuilla en su proceso de fabricación.
Evolución de la estatuilla en su proceso de fabricación.
Alberto Ortega/Academia de Cine

El escultor, también en 1902, presentó el busto de Goya como obra independiente, detallándola más, y posteriormente hizo dos versiones en mármol y varias piezas en bronce, en las que fue introduciendo mejoras. Una de esas piezas en bronce fue cedida por la familia Benlliure al Museo del Prado, donde se expone actualmente, y de ella se ha sacado la estatuilla que se entrega actualmente, que pesa menos de tres kilogramos y mide 33 por 18,5 centímetros. 

Los trofeos se realizan cada año en un taller especializado, la Fundición Codina, ubicada en Paracuellos del Jarama, Madrid. El trabajo comienza con una reducción en resina de la obra original de Mariano Benlliure, a partir de la cual se crean los moldes de silicona con los que se hacen todas las estatuillas. El proceso se realiza con la técnica 'de la cera perdida', y cada estatuilla pemanece en un horno durante dos días a 730 grados de temperatura. Posteriormente se le da una pátina a cada trofeo. 

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