Jason Fernández: "No somos conscientes de lo que afecta una simple palabra a una persona LGTBIQ+"

El actor protagoniza este miércoles por la noche en Cosmos el corto ‘Elefante’, donde se aborda la discriminación laboral que sufre un homosexual en el trabajo.

Jason Fernández, en una escena del corto ‘Elefante’.
Jason Fernández, en una escena del corto ‘Elefante’.
Cosmo

Con la resaca del éxito tras haber participado en ‘Extraña forma de vida’, el último trabajo del cineasta Pedro Almodóvar, el actor Jason Fernández (Madrid, 28 años) es uno de los protagonistas de ‘Elefante’, el corto que la cadena temática Cosmo estrena esta noche a las 23.00 coincidiendo con el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+. El proyecto se centra en la discriminación laboral que sufre un homosexual en el trabajo. Cuenta la historia de Mario (interpretado por Javier Pereira), un abogado con una brillante trayectoria que comienza a trabajar para un reconocido y prestigioso bufete. Allí se reencuentra con su amigo de la infancia, Jaime (Jason Fernández), a quien no veía desde hace más de 20 años. El ambiente de la oficina, extremadamente competitivo y conservador, no es el mejor lugar para que afloren sus recuerdos de niños ni otras cuestiones que afectan a su vida personal.

-¿Conocía los datos de discriminación laboral en el colectivo LGTBIQ+?

-Pensaba que como sociedad habíamos avanzado muchísimo y ya no ocurrían estas formas de discriminación laboral. Sin embargo, al estar preparando el cortometraje, hablando con las directoras, nos estuvieron informando. Tuvimos la suerte de hablar con gente que trabaja en la abogacía, que no son del entorno artístico como yo, y tener de primera mano testimonios de lo que ellos han oído y visto, y que saben que esto sigue ocurriendo. La verdad es que es bastante sorprendente y preocupante a la vez que esto siga pasando.

-No en todas las profesiones el ambiente es tan abierto.

-En este corto tratamos la abogacía, pero estoy segurísimo de que ocurre en muchísimos más ámbitos laborales, en los que estas personas no tienen una voz pública. En la cultura o el deporte, por ejemplo, estamos expuestos al público. Sin embargo, hay otras profesiones que están en su mundo, en su oficina y un poco con las puertas cerradas.

-¿Le hizo reflexionar el corto?

-Un arte, al fin y al cabo, tiene la capacidad de educar y tratar de direccionar a la sociedad. En este corto que hemos hecho, además de usarlo como medio de entretenimiento, es un modo educativo bastante potente. Aunque no quiera educar de una forma directa, sí que puede concienciar o dar un poco de atención a la gente. Y, en mi caso, me ha hecho pensar el proceso desde que, de verdad, seguimos teniendo que esconder nuestra orientación sexual en el ámbito laboral. Todavía estamos tan atrasados… Al final, lo que se vende, y sobre todo en el trabajo, es que ya hay igualdad.

-¿Ha sido testigo de algún comentario homófobo a su alrededor? ¿Cómo ha actuado?

-Al final nosotros no somos consciente de lo que puede llegar a afectar a otra persona una simple palabra. Uno de mis mejores amigos salió del armario en su casa y desde ese día su padre no le habla. Creo que desde pequeños sí que hemos podido ser más de la parte de hacer oídos sordos. Lo hemos hecho todos. Tengo 28 años y la generación que viene después de la mía está mucho más avanzada en todo lo que trata de igualdad, y eso se nota en el ámbito del colegio.

-¿Teme que pueda haber un retroceso en derechos?

-Temo que cuando hay situaciones de crisis económicas, la gente se tire a la radicalidad y pueda sacrificar todo lo que hemos construido como sociedad. Queda un montón de camino que recorrer para tratar de tener una igualdad con la mujer y en la orientación sexual. Sin embargo, hace cinco o diez años atrás, o la generación de nuestros padres, era muchísimo peor. Ahora no tenemos que perder lo que ya hemos construido.

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