CÓMICS. POESÍA ESPAÑOLA. OCIO Y CULTURA

"Lorca mentía mucho. Sus mentiras eran una maravilla. Creación pura", decía Pepín Bello

Lumen publica el cómic ‘Federico’ de Ilu Ros, sobre el poeta, con la presencia constante del oscense y del cineasta Luis Buñuel

Un cómic muy completo sobre García Lorca.
Ilu Ros retrata así a Federico García Lorca y a Luis Buñuel.
Ilu Ros / Lumen.

ZARAGOZA. ‘Federico’ es Federico García Lorca (Granada, 1898-1936), un hombre único, incomparable, legendario, capaz de hacer una y mil cosas: tocar el piano y la guitarra, cantar cante jondo, "imitar con la voz el tambor africano y recitar poesía ladrada", como decía Pedro Salinas, escribir poesía y teatro, y adecuar la temperatura del ambiente a su encanto. "Cuando estaba él, no hacía frío ni calor, solo hacía Federico", dijo Jorge Guillén.

La ilustradora Ilu Ros (Murcia, 1985) acaba de publicar en Lumen un deslumbrante cómic, ‘Federico’, sobre el autor de ‘Poeta en Nueva York’ y ‘Bodas de sangre’, donde está casi al completo el universo del artista: la familia, la infancia, los sueños, sus nodrizas, su rareza y su condición de mal alumno, sus viajes, sus obras, sus amigos y sus amores (Dalí, Emilio Aladrén, Philip Cummings y Rafael Rodríguez Rapún, ‘las tres Erres’), y su muerte, documentadísima, paso a paso, con testimonios. Ilu Ros, residente en Londres, ha concebido su obra como una auténtica obra teatral, en tres actos y varios cuadros, precedidos de preludio y prólogo. El prólogo, dicho sea de paso, es una curiosa entrevista de Ernesto Giménez Caballero: Lorca se quita un año, confiesa que "yo no soy gitano" y acepta con humor que su interlocutor le llame "diamante invaluable, porvenir sin tiempo, eternidad actual, ciprés horóscopo, motor y peineta, salsa de seguidilla y triunfo del rey de bastos, Hércules de nieve y moro".

Lorca se quita un año, confiesa que "yo no soy gitano" y acepta con humor que su interlocutor le llame "diamante invaluable, porvenir sin tiempo, eternidad actual, ciprés horóscopo, motor y peineta, salsa de seguidilla y triunfo del rey de bastos, Hércules de nieve y moro"

El niño, el rayo, el fabulador

A lo largo de las páginas es más que obvia y recurrente la presencia de dos aragoneses, Luis Buñuel y Pepín Bello, que tienen varias páginas dedicadas a cada uno de ellos, y aparecen fugazmente Pilar Bayona y otros como Honorio García Condoy. Lorca fue un espectáculo desde niño, un muchacho especial que establecía toda suerte de complicidades.

Su padre se quedó viudo en 1897, se casó con la maestra Vicenta Lorca y Federico –hermano mayor de Isabel, Concha y Francisco– ya vino al mundo en 1898. Tuvo nodriza, aprendía de todos, adoraba los caracoles, le gustaba muchísimo que su madre le leyese ‘Hernani’ de Victor Hugo; fue atravesado por un rayo y se salvó. Recibió clases de piano e inventó un juego, ‘La desesperación de Espronceda’, que consistía "en dramatizar algo con mucho aspaviento hasta que los demás adivinasen lo que era", tal como contó su hermana Isabel. Compartió ‘Los sueños de su prima Aurelia’, que dan título a un obra inconclusa.

Ya en la Residencia de Estudiantes, el mal estudiante que era se convirtió en alguien fascinante. El oscense José Bello Lasierra, Pepín Bello, lo retrata así en el bocadillo de una ilustración: "Federico, sin embargo, mentía mucho. Mucho y con gusto. Lo hacía muy bien. Pero sus mentiras eran una maravilla, creación pura. Eran poesía. Cuando él hablaba, todo el mundo se callaba". Ilu Ros también recuerda que Bello era el secretario de la Orden de Toledo y "amigo íntimo de Federico. Compartieron habitación".

"Vivo en la preciosa Huerta de San Vicente, llena de jazmines y rosales. Un aragonés no puede nunca saber del ‘dolor de cabeza’ producido por las flores en la noche andaluza. Del jardín sube a mi cuarto un aire divinamente irrespirable", le escribe Lorca a Pepín Bello

En un volumen lleno de cartas y de citas, la autora reproduce una misiva del poeta a Bello, de agosto de 1926: "Vivo en la preciosa Huerta de San Vicente, llena de jazmines y rosales. Un aragonés no puede nunca saber del ‘dolor de cabeza’ producido por las flores en la noche andaluza. Del jardín sube a mi cuarto un aire divinamente irrespirable". De Luis Buñuel se recuerda que era "condestable de la Orden", que "se duchaba con agua helada" y que le atraían "los cuerpos en descomposición".

Poco más adelante, se reproduce un diálogo entre el poeta y el futuro cineasta, donde este le pregunta por el ‘burdo rumor’: "¿Es verdad que eres maricón?". Lorca le dice, indignado: "Tú y yo hemos terminado". La autora recuerda que esa misma noche, "Federico volvió a hablarle como si nada hubiese pasado". Ese asunto reaparece, de modo indirecto, en otra doble página donde vemos a Buñuel como boxeador amateur y como destinatario de la ‘Canción del mariquita’. Dice: "El mariquita se adorna / con un jazmín sinvergüenza". Lorca le robó un novio a la pintora Maruja Mallo: Emilio Aladrén.

Un cómic muy completo sobre García Lorca.
Salvador Dalí, Federico García Lorca y Pepín Bello en los días de la Residencia de Estudiantes.
Ilus Ros / Lumen.

Buñuel y Bello reaparecen al final: el realizador conservaba una foto con Lorca tomada en las ferias en 1924 y recordaba: "Yo le aconsejé que se quedase en Madrid. Todos le dijimos lo mismo". A Bello le escribió Encarnación López, ‘La Argentinita’, y le confirmó la muerte del poeta en clave: "Los solares se habían vendido", le decía en una carta. Todo eso y mucho más aparece en este completo cómic -lleno de testimonios, de cartas, de fragmentos, de concepción muy teatral- que recorre la existencia del poeta, su obra y sus temas, y dedica páginas muy bellas de ilustración a 'Bodas de sangre', 'Yerma', 'La casa de Bernarda Alba', a su estancia en Nueva York, y se reproduce numerosos textos, entre ellos el 'Soneto de la dulce queja' de los 'Sonetos del amor oscuro'. 

"Federico, sin embargo, mentía mucho. Mucho y con gusto. Lo hacía muy bien. Pero sus mentiras eran una maravilla, creación pura. Eran poesía. Cuando él hablaba, todo el mundo se callaba"

Elvira Lindo lo define así: "Un fino y riguroso trabajo documental que ilustra [Ilu Ros] con su trazo libre, evocador, personalísimo. Una joya". Y Luis García Montero dice que Ilu Ros "propone una cita con García Lorca que es un diálogo generacional, una mirada del presente al pasado y del pasado al presente. La palabra lleva hoy en su interior un mundo ilustrado".

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