LETRAS ESPAÑOLAS. 'ARTES & LETRAS'

Universo Delibes: un paseo por su vida

Jesús Marchamalo recrea el carisma y la obra del autor (1920-2010) en un libro que conmemora el centenario del autor del 'El camino'

Centenario de Miguel Delibes.
Miguel Delibes en su estudio, con la foto de su esposa Ángeles al fondo.
Efe/Heraldo.

En 2020 se cumple el centenario del nacimiento de Delibes y el periodista Jesús Marchamalo se ha ocupado de que el aniversario no pase inadvertido: empezó el año con una de sus geniales biografías ilustradas que firma a medias con Antonio Santos para Nórdica Libros; continuó comisariando la gran exposición sobre el escritor que puede verse estos días en la Biblioteca Nacional; y coincidiendo con el que hubiera sido su cumpleaños número cien, ha sido editor de ‘El libro de Miguel Delibes. Vida y obra de un escritor’ que su editorial de siempre, Destino, acaba de publicar con una edición primorosa.

Organizado en seis grandes bloques, el libro pasea por la vida del autor vallisoletano y nos habla de su infancia, de sus inicios profesionales, de su noviazgo y boda con Ángeles de Castro, de su carrera de escritor, de su amor por la naturaleza y sus grandes aficiones –la caza, la pesca, los paseos por el campo–, de la repercusión de su obra y los reconocimientos recibidos.

Marchamalo ha conseguido con habilidad esconderse detrás de una cortina y que su presencia en la obra resulte casi invisible, pues acertadamente se ha encargado de que todo el espacio lo ocupe su protagonista. Su trabajo ha consistido en estructurar y ordenar, seleccionar aquello que muestra mejor los distintos ángulos de la vida del autor y ofrecer unas notas biográficas que la ponen en contexto. Tras esas notas, Marchamalo deja hablar a Delibes y es el propio escritor, a través de textos cuidadosamente seleccionados, quien se erige como narrador de su vida.

El libro está lleno de información que quizá los estudiosos del autor ya conocieran pero que el lector no experto en Delibes agradece descubrir: su infancia como niño solitario –aunque debía ser difícil siendo el tercero de ocho hermanos–, que organizaba sus libros según «la cantidad de oxígeno que encerraban» y los dividía entre «libros de ciudad» y «libros de campo»; el «préstamo sobre el honor» que pide a la Caja de Ahorros de Salamanca para ir a la Universidad; sus inicios en ‘El Norte de Castilla’, al que entró como caricaturista y acabó dirigiendo, en una época en la que uno podía trabajar toda la vida en la misma empresa y ascender desde abajo; la rareza que suponía que llegara a dar clase en bicicleta a la Escuela de Comercio, una excentricidad para todo un catedrático en la cerrada Valladolid de la época; sus primeros pasos en la escritura, la inesperada recepción del Premio Nadal –preciosa la imagen de cómo se entera de que es finalista una noche que, en el periódico, ve llegar letra a letra su nombre en un teletipo– y el descubrimiento posterior del tono y el lenguaje que serían suyos; la censura que sufrió tanto en sus libros –es bonita la anécdota sobre ‘El príncipe destronado’, donde se prohibió una frase cuando ya estaba impreso y hubo que retirar una página y encolar la nueva a mano en toda la edición– como en el periódico, forzando su dimisión; su rechazo a la oferta de dirigir ‘El País’… Todo ello da muestra de la fuerte personalidad del escritor y de su particular mirada sobre la vida y la literatura.

Amor al paisaje y a Ángeles

El libro está vertebrado por dos temas tan presentes en su vida que se infiltran en todas las páginas: por un lado, el amor por la naturaleza, por la caza y por Castilla, esa tierra de campos tan ligada a él. Por otro, el amor por su mujer, Ángeles de Castro, y la enorme importancia que tuvo en su vida –compañera ejemplar y madre de sus siete hijos– y en su carrera, indispensable para que Delibes llegara a ser quien fue: ella lo convirtió en lector, contagiándole su amor por la lectura desde el inicio de su noviazgo, iniciándolo en la lectura de los clásicos y empujándolo a abandonar los libros de aventuras que había leído hasta entonces; y lo convirtió también en escritor, regalándole por su boda esa máquina de escribir con la que le decía que creía en él y apoyándolo durante toda su vida. Cuando falleció, Delibes declaró que había muerto «la mejor mitad» de sí mismo.

El libro está lleno de anécdotas curiosas, de fotos, de reproducciones de sus manuscritos, de portadas de sus libros, etc., y en él se reúnen el hombre que se enfrentó a la censura, el escritor comprometido que dio voz a quienes no la tenían, el que disfrutaba viendo cómo cambian de color las hojas de los árboles, el que reclamó atención para la España vacía antes que nadie, el que nunca quiso ser protagonista ni terminó de creerse su importancia… Un hermoso homenaje para quien fue uno de los mejores y más destacados escritores españoles.

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