El PSOE contiene la tensión interna por las candidaturas a la espera del 23-J

Sánchez obvia el malestar en el comité federal mientras Pagey Lambán se ausentan y Puig y Tudanca anteponen la unidad

Los asistentes al comité federal del PSOE aplauden a Pedro Sánchez.
Los asistentes al comité federal del PSOE aplauden a Pedro Sánchez.
EVA ERCOLANESE

El resultado de las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo ha abierto una fisura en la balsa de aceite en la que se había convertido el PSOE desde que Pedro Sánchez venció a Susana Díaz, y con ella a todos los barones críticos, en las primarias de 2017. La manera en la que desde varios territorios se explicitó el viernes el malestar generado por los cambios orquestados desde la dirección del partido en las listas para las generales del 23 de julio dieron buena muestra de ello. Y el discurso con el que la presidenta del comité federal, Milagros Tolón, abrió este sábado la reunión para ratificar las candidaturas, con una llamada a «estar unidos como una piña y no prestarse a ser el tonto útil de la derecha», también.

El clima se percibía enrarecido este sábado en Ferraz, aunque finalmente los principales agraviados optaran cada uno a su manera, por hacer de tripas corazón para no tirar piedras contra el tejado del partido a las puertas de una contienda que se presenta muy cuesta arriba para la izquierda en su conjunto. Emiliano García-Page, hoy por hoy el dirigente territorial de mayor peso, optó por no acudir a la cita, como ha hecho otras muchas veces durante estos años en los que no ha ocultado su distanciamiento con Pedro Sánchez. Y tampoco lo hizo el aragonés Javier Lambán.

Desde el entorno de Page se trató de disfrazar el desplante como una decisión puramente pragmática, después de haber conseguido el viernes que Ferraz respetara su criterio y no situara precisamente a Tolón, alcaldesa en funciones de Toledo, como número uno de la candidatura por su provincia. Pero la dirección del partido en Aragón sí quiso dejar constancia por escrito de que la ausencia de Lambán, junto a la de los secretarios generales de Zaragoza y Teruel, Juan Antonio Sánchez Quero y Mayte Pérez, se debía a su «disconconformidad» con los cambios realizados en las candidaturas al Congreso y al Senado en esas circunscripciones.

Sin bronca en la reunión

En cualquier caso, ninguno de ellos trasladó la bronca a la reunión y tampoco lo hicieron los otros dos barones enfadados por los tejemanejes de la dirección federal. El secretario general de los socialistas castellanoleoneses, Luis Tundanca, sí dejó claro, tanto a su llegada al encuentro ante los medios como dentro, ante el principal órgano socialista, su «indignación» y «enorme decepción» por modificaciones realizadas sobre unas listas, la de Valladolid al Senado y la de Ávila al Congreso, que habían sido aprobadas por unanimidad. Pero también aseguró que ahora se dejará «la piel» para que el PSOE gane las elecciones. «España se juega muchísimo y si alguien lo sabe bien, somos los que llevamos un año sufriendo un Gobierno del Partido Popular y de Vox», alegó.

Ximo Puig ni siquiera dejó entrever su malestar por unos movimientos de Ferraz que, dicen desde su entorno más próximo, le «deslegitiman» como líder del partido en la Comunidad Valenciana y alientan las aspiraciones sucesorias del secretario general del partido en Valencia, Carlos Fernández Bielsa. Aunque aprovechó la ocasión para reivindicarse y recordar que el pasado 28-M consiguió el mejor resultado en 16 años y que la suya fue la comunidad en la que más creció el PSOE, también expresó su apoyo al Gobierno. «Lo fundamental es que el proyecto que lidera Pedro Sánchez tenga el mayor apoyo posible para que continúe la prosperidad social y el avance», dijo.

Las candidaturas fueron ratificadas en última instancia por unanimidad. Y el comité federal decidió delegar en la comisión de listas los nombramientos que habrá que realizar en sustitución de los componentes de las listas de Ávila, Zaragoza y Teruel que ya el viernes comunicaron su renuncia. A nadie se le oculta aun así, ni en Ferraz ni en los territorios, que la tregua escenificada este sábado puede devenir en una nueva guerra interna después del 23 de julio. Pese al discurso oficial de que es posible ganar, lo que dejan traslucir las conversaciones informales con los cuadros del partido es que pocos tienen fe en la remontada.

Otro síntoma de que la del sábado puede ser la calma que antecede a la tormenta es la interpretación que fuentes de la dirección dieron a una ausencia más a la que hace meses nadie habría dado ninguna importancia: la que el presidente asturiano, Adrián Barbón, justificó por su asistencia a una boda: «Tiene coartada, pero tampoco quería retratarse aquí en un cierre de filas con Pedro Sánchez», adujeron.

Su tesis es que, junto a la exvicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, el barón asturiano, uno de los pocos que aparentemente va a lograr sobrevivir a la escabechina del 28-M y mantener el Gobierno autonómico, prepara ya el ‘postsanchismo’.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión