Examen y disfrute de la elegancia y finura de la garnacha en Amontillado

Expertos sumilleres y enólogos coinciden en la gran calidad de los monovarietales que se elaboran en Aragón.

Norrel Robertson y su pareja, junto a los propietarios de Amontillado.
Norrel Robertson y su pareja, junto a los propietarios de Amontillado.
Alejandro Toquero

La Garnacha Week que organiza Amontillado Winebar (c/ Hermanos García Mercadal. Local 5) celebra su tercera edición entre el 6 y el 21 de marzo. Este establecimiento fue reconocido como mejor bar de vinos alternativo de 2022 en España, así que sus propuestas tienen el peso y el reconocimiento de ser uno de los mejores locales especializados en vinos.

Durante estos días, Natalia Martínez y Rubén Martín le están dedicando toda su atención a la variedad garnacha, tan vinculada a Aragón. Rubén lo tiene claro: “Mientras no se demuestre lo contrario, la garnacha surge en Zaragoza, y fue la Corona de Aragón la que expandió esta variedad por el mundo entre los siglos XII y XVII”.

Norrel Robertson, con el vino parcelario Mataquemada.
Norrel Robertson, con el vino parcelario Mataquemada.
Alejandro Toquero

Por lo tanto, esta cita es una buena oportunidad para tomarle el pulso y conocer los vinos del presente y del futuro que tienen como protagonista a la garnacha. Los 'máster of wine' aragoneses Fernando Mora y Norrel Robertson, y Pilar Cavero, crítica de vinos de ABC y mejor sumiller de España 2013, protagonizan las tres catas maridadas que se han organizado para conocer algunos de los más singulares.

En la primera, celebrada el 6 de marzo, participó Norrel Robertson, más conocido como el escocés volante, que no es aragonés, pero como si lo fuera, ya que lleva 21 años afincado en Calatayud, donde se enamoró de los viñedos de altura de la comarca.

Los asistentes a la primera cata de la Garnacha Week.
Los asistentes a la primera cata de la Garnacha Week.
Alejandro Toquero

Durante la cata se probaron sus nuevos vinos parcelarios y se habló mucho de la variedad, así que los asistentes, además de disfrutar de la bebida y la comida, recibieron una clase magistral de mucho nivel.

Las impresiones de Norrel se centraron bastante en Calatayud, pero sirven para otras zonas de Aragón donde se cultiva la garnacha. “Lo que más me gusta es la combinación de concentración y frescura que se consigue en los vinos, por los bajos rendimientos de las viñas viejas y la oscilación térmica de hasta 20 grados, que permiten un ciclo muy largo para hacer una buena garnacha”.

Cata del vino Manga del Brujo 2022.
Cata del vino Manga del Brujo 2022.
Alejandro Toquero

Hasta el 21 de marzo se pueden probar en Amontillado 30 referencias por copas de esta variedad, no solo de Aragón, sino también de Madrid, Cataluña, La Rioja, Castilla y León, Francia y Sudáfrica. “Del país africano solo tenemos una botella, así que a ver lo que dura”, comenta Natalia.

Ella misma describe que “desde hace muchos años se están elaborando grandes vinos, que hoy en día han llegado a niveles de excelencia gracias a la interpretación de los suelos y a los cambios que se han producido la hora de trabajar la uva”.

Rubén Martín, sirviendo un vino a los participantes en la cata.
Rubén Martín, sirviendo un vino a los participantes en la cata.
Alejandro Toquero

Durante la cata, Norrel Robertson pone el acento en la variedad de estilos que ofrecen las distintas garnachas del mundo, pero en el caso de Aragón, sugiere que “se ha pasado de elaborar unos vinos fuertes y a veces cabezones, a hacerlos con mucha finura y elegancia, poniendo más el foco en el trabajo del campo y en la bodega”.

Para el autor de El Cismático o Mataquemada, “en Aragón partimos de una materia prima excepcional, algo que no sucede tanto en Francia donde es más normal que la garnacha vaya acompañada de otras variedades como moristel o syrah, pero aquí somos capaces de hacer monovarietales muy interesantes y longevos solo con ella”.

Natalia Martínez, junto a Norrel Robertson.
Natalia Martínez, junto a Norrel Robertson.
Alejandro Toquero

Lo dicho. Todavía hay tiempo hasta el 21 de marzo para acercarse a Amontillado a disfrutar de más de 30 vinos de la variedad más aragonesa, entre ellos pequeñas joyas como las que elabora Jorge Olivera en Coscojuela de Sobrarbe (Huesca).

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