De la riojitis a la verdejitis

Sirviendo una copa de vino blanco.
Sirviendo una copa de vino blanco.
Heraldo.es

No quedan tan lejos aquellos tiempos en los que, a pesar de la gran cantidad de bodegas que elaboran excelentes productos en alguna de las zonas vitivinícolas aragonesas, entrabas a algunos establecimientos de hostelería de Zaragoza y solo había Rioja o Rioja. Para los anales de la endofobia aragonesa ha quedado ya aquella entrega del programa televisivo ‘Un país para comérselo’ en la que los actores Juan Echanove e Imanol Arias recorrían varios locales de Zaragoza y en algunos de ellos eran obsequiados con vinos y patatas riojanas por mucho que fuesen perseguidos incansablemente por una tópica rondalla jotera.

Pues de un tiempo a esta parte, estamos pasando a marchas forzadas de la riojitis a la verdejitis, aunque todavía quedan establecimientos en los que lo primero que te ponen, si no especificas una marca o una variedad de uva, es un vino tinto de la vecina comunidad autónoma. A ver, no digo yo que seamos tan poco cortos de miras que solo haya referencias aragonesas en las cartas o vitrinas de bares y restaurantes. Pero lo que es indefendible es que llegues a una taberna, pidas un blanco, preguntes por las opciones y te contesten que solo tienen verdejo foráneo. Eso me ha ocurrido en dos locales de vermuteo de la capital aragonesa en las últimas semanas.

En uno de ellos, le transmití mi estupefacción a la propietaria y opté por tomarme una cerveza. En el otro, al que acudí junto a una persona que estaba de visita en nuestra ciudad, directamente abandoné el local tras expresarle mi protesta al gerente, que se me quedó mirando con una cara tan expresiva que no hicieron falta palabras de despedida.

Está muy bien que haya verdejo para quien guste de estos vinos tan aromáticos y tan de moda últimamente. Pero, ¡venga!, ofrezcan también alguno de los numerosos y ricos blancos que se están haciendo en esta tierra. Por ejemplo, en Somontano, que se está revelando como una de las zonas más aventajadas de España en este segmento, con sus vinos de chardonnay y gewürztraminer.

O tengan alguna de esas ricas garnachas blancas o macabeos fermentados en barrica o en sus propias lías que elaboran en las denominaciones de origen Calatayud y Cariñena o en el Bajo Aragón, sin ir más lejos. Si me apuran, hasta verdejos de Aragón están haciendo también en alguna bodega de la D. O. Campo de Borja, que pueden complementar con los de otras variedades ya apuntadas.

Así que ya lo saben, queridos hosteleros y taberneros: voy a seguir siendo un consumidor activo con todas las de la ley. Se acabaron los paños calientes: no me van a tener como cliente si no me ofrecen productos atractivos, variados, y que, en igualdad de condiciones, posibiliten que se cree riqueza en nuestro querido Aragón.

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