La comarca del Bajo Aragón ha sido tradicionalmente un terreno muy propicio para los vinos de garnacha, tanto los tintos como los blancos. Lo que ocurre es que hasta hace unos años los métodos de elaboración no favorecían precisamente la obtención de vinos de calidad. En el caso de la blanca, por ejemplo, se destinaba a la elaboración de mistelas y claretes y eran viñas viejas de secano que soportaban las duras condiciones de veranos muy secos que conducían, muchos años, a la práctica pasificación de las uvas, por lo que resultaba casi imposible elaborar blancos frescos y aromáticos.

Con estos antecedentes, en Bodegas Tempore, ubicada en Lécera y acogida a la IGP Vinos de la Tierra del Bajo Aragón, hace unos siete años apostaron por una nueva plantación de garnacha blanca, en espaldera y con riego por goteo, con el fin de tener bien aireado el fruto y poder regarlo hasta el mismo día de la vendimia, manteniendo hidratado el fruto durante todo el verano y evitando una masiva evaporación de agua y una excesiva concentración de azúcares. Ahora, la bodega acaba de poner en el mercado la primera añada, la 2018, del blanco resultante de esta apuesta.

Este blanco, que lleva el marchamo de ecológico, ha sido elaborado con la mínima intervención posible, dando como resultado un rico vino honesto y auténtico, que expresa las bondades de esta uva en un territorio en donde es autóctona.

Tiene notas frutales y florales de intensidad media-alta, muy agradables, con predominio de toques cítricos y frutas blancas, como pera y melocotón, sobre un tenue fondo de tostados que le llega de sus cuatro meses de crianza en barricas de roble francés. En la boca es muy fresco, con algunos tonos herbáceos, cítricos y minerales propios de la variedad. El precio de venta al público recomendado es de 10 euros.