Tartas con vida
Denisse Salamanca sublima la técnica de las tartas buttercream. Desde Zaragoza, es pionera en España.
Importada de Estados Unidos y sublimada recientemente en Corea del Sur, la pastelería con flores de mantequilla se mueve entre la sofisticación y el reto artístico. Es una disciplina que combina el recetario pastelero tradicional con conocimientos más propios de la pintura, sustituyendo los pinceles por la manga pastelera.
Las buttercream, cuya espectacularidad arrasa en las redes sociales, son algo todavía muy desconocido en España. Pero resulta que tienen una de sus primeras picas en Zaragoza, donde hace 13 años que vive la chef mexicana Denisse Salamanca. Formada en la escuela Cordon Bleu de París y especializada en pastelería, Denisse, a través de su marca, Marron Chocolate, es una de las pocas expertas en España en esta clase de repostería, que ella ha perfeccionado con los mejores en Seúl.
Denisse explica que estas tartas (que no hay que confundir con las de fondant) se han refinado enormemente en los últimos años: «La crema que se hacía en Estados Unidos era azúcar glas y manteca vegetal, pero los coreanos la han mejorado, hacíendola mucho más rica y suave, con merengue italiano». En su caso, además, añade vainilla y esencia de algodón de azúcar. Las flores van sobre un bizcocho, normalmente de zanahoria y nueces.
"La idea -cuenta Denisse- es construir cada flor teniendo un gran conocimiento previo de cómo es en la realidad, para poder reproducirla con sus colores, sus pétalos, el movimiento, la caida... Es importante que las flores parezca que tengan vida". Para ello usa con destreza una manga con boquillas planas, algunas heredadas de su madre, también repostera, y de gran valor sentimental para Denisse. Como sus tartas, poseedoras como son de una inusual belleza, que llega al corazón antes que al paladar.