Las bases del vegetarianismo

Las tendencias actuales son el veganismo estricto y el ovo-lacto-vegetarianismo, con huevos y leche.

Vegetarianos protestando en Montevideo, capital de Uruguay, uno de los países más carnívoros del mundo
Vegetarianos protestando en Montevideo, capital de Uruguay, uno de los países más carnívoros del mundo

En publicaciones divulgativas culinarias, la cocina vegetariana es un recurso dietético propio de enfermos y convalecientes. Por ejemplo, el folleto clásico 'Minutas escogidas' (1945), de 64 páginas de texto, ocupa recetas detalladas vegetarianas en dos páginas finales y cuatro minutas completas; ya se ve el valor que le dan en la culinaria popular a lo vegetariano: comida de enfermo. Sin embargo, el vegetarianismo es mucho más que una dieta, un modo de entender la relación vital con la naturaleza y con los semejantes, de fuerte componente ideológico. ¿Podemos hablar, así, de una auténtica cocina vegetariana, de gastronomía vegetariana?

Las raíces

A partir de teorías vestidas de hallazgos paleontológicos incompletos, se llega a la conclusión de que el hombre primitivo se nutría fundamentalmente de frutos y otros productos vegetales y que no admitía en su dieta los de origen animal. A ello se unía la consideración de larga raigambre esotérica e iniciática, de que siendo todos los seres vivos 'hermanos' en la naturaleza, no es adecuado sacrificar a ninguna especie para alimentar a otra. El respeto de la vida animal y el fomento de la bondad y no agresión son fijados por la obra de gran impacto 'El vegetarianismo', de Carlos Brandt (1909), que olvida de un plumazo la presencia de los 'hermanos' animales omnívoros, carnívoros y carroñeros, representantes de tantas especies de la naturaleza, lo que resulta absurdo sin cometer una deliberada omisión para probar una teoría preconcebida, un prejuicio en pocas palabras.


A principios del siglo XX, toma cuerpo el vegetarianismo español, que se edifica sobre bases previas menos estructuradas de vegetarianos diversos, utópicos de toda condición y naturistas de fuerte raíz ideológica y habitualmente insertos en medios culturales altos. La inicial tendencia, centrada en Cataluña y País Valenciano, rápidamente se extiende a otras zonas del estado y tiene como cabeza visible ante los movimientos vegetariano-naturistas extranjeros al doctor Ruiz Ibarra, pero sus personajes son muchos más. Ya en 1907, Santiveri, junto con los doctores Falp, Collet, Comer y Badía, entre otros, a partir de un movimiento médico ultranaturista, se organizan en forma de asociación vegetariana y proclaman su fe (porque es más una fe que otra cosa) naturista. Con la cooperación del señor Puig, se celebra el primer banquete vegetariano notorio, en el hotel Palace de Barcelona, en el que participan más de 500 comensales. En 1908 se funda la primera sociedad vegetariana española en Barcelona, con el nombre de Lliga Vegetariana de Catalunya, que asume la publicación de la 'Revista Vegetariana Naturalista'. Como en toda sociedad fuertemente ideologizada, naciente y entusiasta, pronto surgen disensiones internas y los doctores Collet y Daltabuit, junto con Llobet y Santiveri, abandonan la sociedad y fundan una nueva, con su revista propia: Credo Naturalista. Jaime Santiveri monta junto con el doctor Falp el segundo comercio naturista vegetariano; el primero había sido levantado por Jaime Santiveri de Piniés en 1893, con el nombre de Farmacia Kneipp.


A partir de 1912, Daltabuilt, Comet, Fargas y Santiveri refundan la asociación Natura y la revista 'Credo Naturalista' pasa a llamarse también 'Natura'. El doctor Vander pone en circulación en 1919 su revista 'La Salud', un mensual naturista, dependiente de la Sociedad Vegetariano-Naturista de Cataluña. Un eclesiástico, el padre Angelats, se une en 1920 a los entusiasmos naturistas y vegetarianos del ambiente, publicando su libro 'Naturoterapia', un canto al veganismo más estricto, junto con la hidroterapia y la fitoterapia; Angelats, por cierto, fue asesinado en una cheka de Barcelona en 1938, a manos de compañeros de quienes defendían sus mismas ideas en salud y dieta. La patente asociación ideológica de los principales impulsores del movimiento naturista-vegetariano, con las corrientes opuestas a la forma de vida propugnada como correcta por el Movimiento Nacional, hace que el retículo naturista-vegetariano quede desmantelado tras la guerra Civil Española.

Vegetarianismo y naturismo

A partir de 1961, sobre la base del trabajo del doctor J. Cervera, se refunda la Asociación Vegetariana de Barcelona; se organiza en junio de 1963 el 17º Congreso de la Unión Vegetariana Internacional, también en Barcelona, bajo la presidencia de Cervera y la vicepresidencia del doctor Ferrándiz. A partir de ese momento, como fecha de referencia, aunque las actividades ya eran previas, se reestructuran las sociedades vegetarianas catalanas, levantinas, madrileñas y nacionales. Es preciso recalcar que el vegetarianismo, ya en esta nueva época, va mucho más unido al naturismo médico que en los períodos precedentes, en los que la asociación, si bien era estrecha con criterios y directrices médicas, tenía un sustento básico socialmente mucho más amplio, e implicaba un cambio radical de la concepción de la sociedad en general y de las relaciones interpersonales y con la naturaleza muy especialmente. Aunque ahora el vegetarianismo encuentra su asiento fundamental en círculos alternativos y en consultas médicas de las denominadas 'medicinas complementarias', su relevancia gastronómica puede considerarse discutible, a diferencia de lo que ocurría en el primer tercio del siglo XX, en el que todas las utopías y tendencias sociales alternativas tenían factores comunes, como el cambio social, la unión con la naturaleza, el vegetarianismo, el esperantismo, el cambio de modelos productivo, de estructura de la propiedad y de gustos estéticos y alimentarios.

La 'regeneración' del hombre

Los ejes sobre los que se movió el naturismo español, del que el vegetarianismo es una simple faceta, son la creencia en la existencia de un orden natural dinámico, no providencialista, la necesidad de estar en armonía con tal orden natural y la 'regeneración' del individuo para acceder a su reintegración en el orden natural, pisoteado por las estructuras sociales, el régimen de trabajo, las diversiones públicas y la alimentación no vegetariana. La síntesis sería que el conjunto de las leyes que rigen el orden natural debe ser acatado por la sociedad entera y los individuos, viviendo en perfecta armonía con la naturaleza, que tiene su propio impulso vital y estructura interna. Tres de los caminos para alcanzar la reintegración con la armonía natural serían el desnudismo físico, paso previo para el naturalista desnudismo psicológico e intelectual, y el vegetarianismo, respetuoso con la naturaleza (parece que las plantas no son seres vivos).


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