La recogida de la fruta en Aragón llega marcada por la incertidumbre del clima y la mano de obra

Ya han comenzado a recolectarse las cerezas más tempranas en una campaña que se prevé «buena» en producción. Preocupa la dificultad para disponer de los 20.000 trabajadores que serán necesarios.

La recogida de la cereza marca el inicio de la campaña de fruta dulce en Aragón.
La recogida de la cereza marca el inicio de la campaña de fruta dulce en Aragón.
A. N.

Ya han comenzado a llegar al mercado las cerezas más tempranas de España. Son las que se recogen en las explotaciones de Caspe y Mequinenza en el Bajo Aragón Histórico, una recolección con la que se da el pistoletazo de salida a la campaña de la fruta dulce en Aragón, producción en la que la Comunidad ocupa las primeras posiciones del ranquin nacional.

Este año se espera una producción "normal". Se reeditarán las cifras de la pasada campaña, alrededor de 700.000 toneladas de fruta de hueso (cereza, albaricoque, paraguayo, nectarina, ciruela y melocotón) a las que habrá que sumar cerca de 250.000 toneladas de pepita (manzana y pera). Pero habrá una diferencia, la fruta recuperará el calibre que perdió la pasada campaña por la extrema sequía.

No hay, sin embargo, total tranquilidad entre los fruticultores aragoneses. La recolección de la fruta ha comenzado a dar sus primeros pasos rodeada de incertidumbres. La primera la trae el clima. Hasta ahora el tiempo ha dado un respiro. Ha habido suficientes horas de frío para que los árboles pudieran hacer la adecuada floración y han acompañado las lluvias, que han salvado muchos secanos y han permitido que los embalses hayan mejorado notablemente sus reservas. Pero el sector está demasiado acostumbrado a temer lo que llegue del cielo mientras se realiza la cosecha, porque cada vez son más habituales y dañinas las tormentas de granizo y las lluvias torrenciales de verano o las constantes y asfixiantes olas de calor.

Preocupa que los precios en origen no sean suficientes para cubrir unos costes de producción que se han disparado en los últimos años. E inquieta el comportamiento del mercado y un consumo –muy marcado por las temperaturas– que lleva varias campañas a la baja.

Pero lo que mayor incertidumbre añade a la campaña de fruta dulce en Aragón es la disponibilidad de mano de obra. En UAGA calculan que serán necesarios "entre 15.000 y 20.000 trabajadores", recuerda Vicente López, responsable de Relaciones Laborales de esta organización agraria, que reconoce que muchos agricultores van a comenzar la recolección sin tener claro si dispondrán de la suficientes manos para hacerla.

Condicionados por la vivienda

De estas dificultades hablan también las empresas de trabajo temporal (ETT), una de las opciones a las que con más frecuencia están acudiendo los fruticultores desde hace unos años para cubrir sus necesidades de mano de obra. "Este año hay muchas ofertas de trabajo, pero también muchas dificultades a la hora de encontrar trabajadores, porque el agro no es un sector en el que la gente quiera trabajar y aunque hay mucha demanda de mano de obra cuesta ajustar el perfil", señala Herminia Lombarte, directora regional de Adecco en Aragón.

Lombarte reconoce que no solo es el trabajo duro o los salarios del campo los que condicionan la predisposición de los trabajadores a emplearse en la recolección de la fruta. Asegura que la disponibilidad de viviendas juega un papel esencial. "Hay gente que se podría mover porque le gusta este tipo de trabajo al aire libre, pero se topa con el tema de vivienda, que no es suficiente ni adecuada ni adaptada para toda la mano de obra que hay que movilizar durante la campaña", señala.

Aunque no se aventura a concretar la cifra, la responsable en Aragón de compañía especializada en Recursos Humanos destaca que son "numerosas" las ofertas de trabajo que se rechazan por esta cuestión. "Puede que el trabajador esté interesado en el empleo pero si ve que no va a disponer de alojamiento termina por desechar el puesto de trabajo", explica Lombarte, que detalla que no resulta complicado dar respuesta laboral a esas empresas que disponen de alojamientos en sus propias fincas. Una tarea que parece casi imposible cuando hay que buscar vivienda libre en el municipio, bien porque no existe, bien porque "sus propietarios no las quieren alquilar ya que se trata de inquilinos que van a estar de manera temporal, uno o dos meses y no lo consideran rentable".

Para cubrir esta falta de alojamiento, empresas como Adecco ponen a disposición de los temporeros autobuses con los que los trabajadores pueden desplazarse hasta las zonas de recolección. Sin embargo, como señala Lombarte, esta alternativa no soluciona todo el problema, porque no se puede cubrir la totalidad de las rutas y, además, resulta complicado disponer de vehículos porque en plena época vacacional las flotas tienen sus servicios ya comprometidos.

Como han reiterado en numerosas ocasiones las organizaciones agrarias, es la mano de obra extranjera la que, a pesar de todas las dificultades, permite que pueda realizarse la recolección de la fruta en Aragón. 

Lo corrobora Lombarte, que asegura que "son los extranjeros los que optan por este tipo de trabajo, ya hay escaso interés por estas ofertas entre la mano de obra nacional". De hecho, afirma que prácticamente un 80% de las personas que responden a las ofertas de trabajo que Adecco anuncia para la campaña de fruta "son cubiertas por perfiles extranjeros, fundamentalmente del norte de áfrica, de países del Este europeo y de Sudamérica, a los que se han sumado en los últimos años muchos paquistaníes".

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