Opinión

Pagar facturas

Llega el Deportivo de La Coruña a La Romareda –este sábado, a partir de las 20.00- en una muy comprometida situación tras el embargodecretado por Hacienda, que pone contra las cuerdas a la entidad de Lendoiro. Resulta llamativo descubrir al dirigente gallego en semejante tesitura, cuando él arremetía contra aquellas entidades que, en momentos similares, habían de refugiarse en la ley concursal.


No es fácil afrontar semejante periodo de oscuridad. Lo acaba de vivir el Real Zaragoza y supuso la trayectoria por un túnel oscuro tanto en el ámbito institucional como en el deportivo y en el social. Es verdad que logró salir de la intervención en un tiempo récord y en unas condiciones que garantizaban, al menos, su supervivencia. Pero queda el daño del prestigio herido y las dificultades de una campaña aciaga, resuelta en el último instante gracias a la fe de Manolo Jiménez.


Dice José Luis Oltra, el técnico del Deportivo, que no ha visto al grupo “descentrado, nervioso o preocupado”. Sin embargo, no cabe duda de que un problema de semejante magnitud se va filtrando a todas las instancias del club y no deja indiferente al vestuario.


Como ya le ocurrió al Granada –enfrascado también en batallas de carácter institucional-, el Deportivo de La Coruña llega a Zaragoza anímicamente tocado. Es una circunstancia que puede marcar el devenir del partido, de lo que el rival no va a sustraerse, pero que de lo que el Real Zaragoza no debe fiarse. La experiencia del equipo aragonés resultó dolorosa. Y puede pasarle también factura a la escuadra gallega. Sin embargo, nadie debe fiarse. Porque tal vez herido, el Deportivo muestre garras más poderosas.


Mantener la línea de los últimos partidos y saber aprovechar la ventaja de jugar en casa, en La Romareda, serán los argumentos sobre los que deba construirse una necesaria victoria del Real Zaragoza este próximo sábado.