Infraestructuras Abandonadas

El edificio de premio de Zaragoza que acabó abandonado, vandalizado y derribado

En la avenida de Cataluña se levantó un concesionario que recibió el premio de arquitectura Ricardo Magdalena. Nadie imaginaba su futuro: tras dos años de cerrar, fue totalmente destrozado.

MOTOR: Instalaciones del concesionario Opel Iglesias de la Avenida de Cataluña 243 en Zaragoza. Autor: PARDOS, JAVIER Fecha: 19/11/2007 Propietario: Gabesa Id: 2007-159761 [[[HA ARCHIVO]]]
Instalaciones del concesionario Opel Iglesias de la avenida de Cataluña 243 en Zaragoza, en una imagen de archivo.
Javier Pardos

En la avenida de Cataluña de Zaragoza, donde ahora tan solo hay una infraestructura de forma triangular y un montón de maleza, antes se erigía un edificio que se alzó con un premio que alababa su elegancia y sencillez en las formas. Tan solo dos años y medio después de cerrar, este inmueble se encontraba en total estado de abandono, vandalizado, destrozado e incluso desmontado. Fue finalmente derribado y el solar vallado para acabar con su historia.

El caso que nos ocupa es el tan sonado concesionario Opel Iglesias, que se ubicaba a la altura 243 de la hoy renacida avenida de Cataluña. Fue en 2007 cuando esta infraestructura, que fue propiedad de Zavisa (más conocida como Auto Alsay) hasta su cierre en 2013, consiguió el premio a la mejor obra en Zaragoza del año 2007 en el Ricardo Magdalena y el tercer accésit del premio García Mercadal al mejor edificio de Aragón. Cualquiera lo diría, viendo su estado tan solo un año después de su cierre: cristales en todas partes, el suelo levantado y con boquetes, saqueos, vandalismos, incendios... ¿Qué le ocurrió a este edificio?

Este peculiar y bello inmueble se levantó en 2007. Fue propiedad, como su nombre indicaba, del Grupo Iglesias, hasta que le vendió la propiedad Auto Alsay en 2011. Era entonces el concesionario de Opel más grande de Zaragoza. Dos años más tarde, con una fuerte caída de compraventas de coches en Aragón, la empresa se vio obligada a cerrarlo y mantener solo uno de sus talleres abiertos en la capital aragonesa. Debían reducir la capacidad y el personal para ajustarse a la demanda real, por lo que la infraestructura de la avenida de Cataluña quedaría para el recuerdo y se anunció un ERE de 30 trabajadores.

Ya en 2014, en las páginas de HERALDO se podía leer un artículo que denunciaba el estado de "preocupante" abandono de la infraestructura. Lo que antes eran oficinas e instalaciones, en ese momento era un escenario lleno de suciedad, cristales rotos y, especialmente, víctima de saqueos constantes, lo que deterioró con mucha celeridad el emplazamiento, ubicado en una calle que se denominó 'callejón Cataluña' por la desidia que sufrían los solares colindantes. Incluso, se produjeron varios incendios en la zona agravados por la basura y algún suceso.

Los vecinos de la zona reclamaron por activa y por pasiva que se cerrase el sitio para evitar que el vandalismo fuese a más, sin mucho éxito. El edificio acristalado donde se encontraba el concesionario presentaba decenas de pintadas, cristales rotos, cables arrancados... No obstante, era la parte de las naves la que se encontraba en peor estado. Los saqueadores no dejaron ni una sola puerta de entrada. El desmantelamiento de estas y del techo cubrió el suelo de plásticos, material aislante y suciedad. El tejado también preocupaba mucho a los vecinos de alrededor, ya que muchas de las chapas metálicas que cubrían la nave estaban sueltas y las rachas fuertes de viento podían hacerlas caer.

MOTOR: Instalaciones del concesionario Opel Iglesias de la Avenida de Cataluña 243 en Zaragoza.  Autor: PARDOS,  JAVIER Fecha: 19/11/2007 Propietario: Gabesa Id: 2007-159758 [[[HA ARCHIVO]]]
Las instalaciones de Opel Iglesias, en el año 2007, tras su inauguración.

Llegó un punto, pasados los dos años, que ni siquiera quedaba algo que saquear entre las enormes cristaleras rotas del edificio del concesionario. El lugar era frecuentado por 'okupas' y drogadictos que pasaban la noche en un pequeño recinto tapado. Había problemas de seguridad, ya que nadie podía prometer que la estructura del inmueble fuese a aguantar mucho más tiempo de pie. Los vándalos arrancaron, incluso, los escalones de la preciosa escalera de caracol que en su día hizo a este edificio merecedor de un galardón de arquitectura. No quedaban farolas, las vallas de acceso habían sido forzadas y el lugar se había convertido en escombreras, lo que acrecentaba la insalubridad. 

Intervención subsidiaria del Ayuntamiento

No fue hasta el año 2016 cuando el Ayuntamiento de Zaragoza intervino en el solar de forma subsidiaria ante el abandono de la propietaria de los suelos, Santander. El Consistorio, entonces, derrumbó parcialmente las naves del antiguo concesionario, y conservó la estructura de hormigón de la nave más reciente de forma triangular para su posible reutilización, aunque también acabó abandonada.

En el momento de la intervención, de las naves más antiguas solo quedaban en pie los muros de fábrica de ladrillo y la estructura interior de hormigón armado en forma de pilares y vigas, cuyas cubiertas habían desaparecido a causa de la sustracción de los elementos metálicos, según explicó el Ayuntamiento en una nota de prensa de ese año. La totalidad de la parcela fue vallada y limpiada para evitar la acumulación de suciedad.

A no muchos metros de esta parcela hay, hoy en día, otra vida totalmente diferente para la avenida de Cataluña. Tras el impulso del Ayuntamiento y después de muchos años de reivindicaciones de los vecinos, el tramo de carretera ha sido renovado (a falta de concluir la segunda fase) y la parte más cercana a la Ronda de la Hispanidad vive un renacer inmobiliario que traerá a la zona a más de 10.000 vecinos. Las historias de la desidia y del resurgir concentradas en la misma carretera zaragozana.

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