Los negocios de la calle Manifestación de Zaragoza se hartan de las obras y piden ayudas más allá de las rebajas en IBI e IAE

Los comerciantes aseguran que hay momentos que "no se puede trabajar con el ruido" y redoblan sus críticas al diseño del proyecto.

Estado actual de la calle de la Manifestación
Estado actual de la calle de la Manifestación
Francisco Jiménez

Acaban de empezar, pero las obras de la calle de la Manifestación ya se les están atragantando a vecinos y comerciantes. En la última semana, el número de clientes ha caído drásticamente, y atender a los que conservan no está siendo fácil por el ruido. A esto se une el descontento existente con el proyecto, que elimina el doble sentido desde el bar El Picadillo hasta las murallas. Desde el Ayuntamiento recuerdan que el diseño tuvo su correspondiente periodo de alegaciones. Los afectados, no obstante, prometen de dar la batalla hasta el final para revertir lo que consideran “un sinsentido”.

Los comerciantes van incluso más allá y piden ayudas adicionales a las bonificaciones en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) que contempla la ley. Según la normativa actual, los locales afectados por obras en la vía pública podrán ver rebajado hasta un 25% su IBI por reformas de hasta tres meses, mientras que aquellas que duren de tres a seis podrán traducirse en reducciones de cuota de un 50%. En el caso del IAE, la rebaja sería del 10% en obras de entre tres y seis meses de duración y del 15% si se demorasen entre seis meses y un año. Los establecimientos afectados instan al Consistorio a impulsar más ayudas, poniendo como ejemplo el ‘Volveremos especial obras’ que se lanzó entre octubre y noviembre de 2022 en Reina Fabiola, Salamero, Predicadores o la calle de San Miguel.

Muchos tienen ya marcado en el calendario el 8 de octubre, día en el que podría inaugurarse la nueva calle de la Manifestación. “No entendemos que, estando como estamos, este lunes no hayan trabajado los obreros. Los negocios estábamos abiertos y las obras, paradas”, lamenta Rebeca Olmos, de la agencia de viajes RO Travel & Services. En su caso, las obras les han pillado “en plena temporada alta”. “Nos hemos tenido que reorganizar a la hora de quedar con los clientes porque, muchas veces, con el ruido ni siquiera se puede trabajar. Esperamos que no nos quite ventas, pero hay comercios que están muy afectados. Hay tiendas a las que están entrando una media de tres personas al día”, explica.

También critica el escaso margen con el que se les ha avisado. “Nos dijeron que empezaban con una semana de tiempo. Por mucho que digan que las obras estaban publicadas en la página del Ayuntamiento desde no sé qué fecha, nosotros no estamos a todas horas mirando la web”, añade.

Como vecina y comerciante se muestra muy disgustada con la supresión del doble sentido entre El Picadillo y las murallas. “Hablamos de una calle en la que hay farmacias, bares y más de 300 plazas de garaje. Van a obligar tanto a transportistas como a residentes a cruzar por la calle Mayor, Espoz y Mina, San Vicente de Paúl y la calle de Alfonso I. Vamos a movernos todo lo posible para evitarlo o para que, al menos, pongan un semáforo que permita el doble sentido”, dice.

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