La tienda que ha abierto un jardín secreto en el corazón de Doctor Cerrada en Zaragoza

Marta Pérez regenta en Marat Floral un espacio singular dedicado a una de sus pasiones.

Marat Floral, una nueva floristería en Zaragoza.
Marta Pérez, en Marat Floral, una nueva floristería en Zaragoza.
Toni Galan

La de Marta Pérez es desde hace unos meses una nueva vida. Un giro profesional y personal que se escenifica en un amplio espacio lleno de plantas y flores en la calle de Doctor Cerrada de Zaragoza. Es Marat Floral un lugar que sorprende a la clientela nada más entrar al haber 'descubierto' un curioso rincón de la ciudad antes vedado a la vista del público.

Situado en el número 10 de la céntrica vía, Marat Floral es un local alargado en el que al fondo destaca un patio aterrazado que asoma a una vista diferente de Zaragoza. "Es lo que más llama la atención a la gente cuando entra", explica Marta de esa zona que ahora funciona como una extensión de la tienda, como una especie de jardín a la inglesa donde se mezclan plantas con pequeños arbustos y muy pronto lucirá una espectacular pérgola metálica.

"Este rincón al aire libre fue lo que me decidió a quedarme este local", explica Marta, que tiene muchas ideas para desarrollar en él, como talleres.

El nombre de la tienda, Marat, tiene una doble explicación. Por un lado, de un error que esta zaragozana cometía a menudo al escribir su propio nombre cambiando la a por la t. Por otro, de su formación como historiadora del arte y un cuadro que siempre le ha impactado enormemente: 'La muerte de Marat', de Jean Louis David.

El arte, claro, es una de sus pasiones, pero también la floristería y la jardinería. "Quería que si emprendía un nuevo camino profesional me identificara con él", cuenta Marta. Por eso eligió el mundo de las plantas y formarse durante un año en la prestigiosa Madrid Flower School.

En Marat se le da a todo: desde flores y plantas artificiales hasta objetos de decoración (con especial atención a los jarrones), también se vende mucha planta verde y flor cortada. En Marat, además, su dueña las dispone de manera especial: en modo de autoservicio. El cliente puede encargar a Marta que le haga un ramo con las flores que tenga ese día, pero también da la posibilidad de que cada uno se haga el suyo o se lleve flores sueltas al gusto.

Marat viene a dar un toque de color y delicadeza a la calle, un empeño al que pronto se sumará otro proyecto que se antoja complementario: Appétit Cerámics. Se trata de la cuarta puerta abierta de un proyecto personal, el de la vallisoletana Ana Crespo, que tiene ya otras tres sedes: en su ciudad natal, Madrid y Sevilla.

Crespo promete un entorno "cuidado" -a apenas unos metros de Marat Floral-, en el que la decoración cuenta para convertirlo en un lugar "ordenado, agradable y acogedor". No en vano, para ella, acudir a Appétit es como hacerlo "a un refugio, donde uno puede olvidarse de los problemas, desconectar". 

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