Semana santa
Lágrimas y abrazos tras la suspensión de la procesión de Jesús Nazareno en Zaragoza
El interior de la iglesia de San Miguel de los Navarros se aguardó durante horas la decisión final ante la lluvia de este Lunes Santo.
No llovía y la calle de San Miguel de Zaragoza era un desfile de hermanos de la cofradía de Jesús Nazareno que se dirigían a su cita del Lunes Santo. Los paraguas se llevaban cerrados, pero los charcos delataban la lluviosa jornada. Esa ventana que se abrió en el cielo fue, en realidad, una trampa.
En el interior de San Miguel de los Navarros la preocupación parecía vestir también el hábito morado y llevar un cíngulo amarillo. Caras serias, entradas y salidas a la calle para ver si llovía y el móvil en la mano, mirando una y otra vez la predicción en las aplicaciones del tiempo. Los minutos pasaban y la incertidumbre no se disipaba. Tampoco las nubes en el cielo, que eran aparentes incluso en la noche.
Los hermanos cetros y otros responsables de la cofradía se reunieron en un capítulo extraordinario en una de las dependencias de la parroquia para aclarar una determinación sobre la procesión. "Entre la misa y las estaciones del viacrucis tomaremos la decisión final", comentó a HERALDO el cetro general. Así, el recorrido se acortaba bastante y se estimaba que sobre las 22.00 estuvieran en la calle si no llovía.
Una comitiva con el guión y los consiliarios fue el inicio de la misa de hermandad en la que impusieron y bendijeron los cíngulos de los nuevos cofrades. En los bancos, continuaba la incertidumbre sentada. Justo en ese momento comenzó a jarrear y la noticia llegó dentro. Pasaba de boca en boca con disimulo.
"¿Llueve?", preguntó un hermano cetro sin salir de San Miguel. El gesto de asentimiento de su interlocutor no gustó. Pedro Hernández, hermano mayor de la cofradía de Jesús Nazareno, informó que se retiraban a deliberar una decisión final. En ese momento, el murmullo se apoderó de la iglesia. Un hermano flanqueaba la puerta para que nadie se enterase.
La decisión final
Pocos minutos después salió otro hermano centro -con el pinganillo en la oreja- y se hizo el silencio de nuevo. Se dirigió a un grupo de cofrades y les cuchicheó algo tan bajo que, ante el mutismo del templo, parecía ser un grito. Y, tras él, Hernández subió al atril del altar para comunicar la noticia: "Está literalmente diluviando por lo que el debate ha sido rápido. Viendo las previsiones meteorológicas es imposible que hoy procedamos a llevar los pasos a San Cayetano".
En ese momento, comenzaron a aflorar humildes abrazos, algunos ojos se enmudecieron y el mensaje corrió de grupo en grupo. Algunos, se giraron para mirar a Jesús Nazareno, que este año cumple ocho décadas en San Miguel y lucía su aureola de madera.
No había procesión, pero sí estaciones. "Os ruego que permanezcáis para participar en el viacrucis que iba a ser por las calles", continuó Hernández. En ese momento, todos los cofrades recibieron a través de una lista de difusión un mensaje con el 'plan B' en caso de lluvia.
"Es una decisión difícil, pero lo primero es nuestro patrimonio humano, espiritual y material, además de la seguridad de todos nosotros", recalcó el hermano mayor.
"Totalmente". "Han hecho muy bien porque está cayendo la del pulpo". Eran las palabras que se escucharon entre hermanos y feligreses como respuesta a la decisión. Está previsto, si la logística del resto de procesiones y el tiempo lo permite, que Jesús Nazareno y el paso de la conversión de Santa María Magdalena sean trasladados en la mañana del Viernes Santo.
