Huye de la Policía y se tira al Ebro para escapar, pero no lo consigue

El hombre ha tenido que ser rescatado por los buceadores del Cuerpo de Bomberos de Zaragoza y ha sido trasladado al hospital en calidad de detenido. 

Efectivos de Bomberos y Policía buscaban esta tarde al menor desaparecido en el Ebro
Imagen de archivo de un dispositivo de búsqueda en el Ebro, en Zaragoza, de bomberos, Policía Nacional y Policía Local.
Heraldo.es

Pensó que la mejor manera de escapar era meterse en el Ebro, pero ha resultado ser una mala idea. Un individuo al que una patrulla de la Policía Nacional trataba de detener como presunto autor de un delito de hurto se ha echado a correr para eludir el arresto y no se le ha ocurrido otra cosa que hacerlo a través del caudaloso cauce del río a su paso por el barrio de La Almozara. 

El hombre, de 45 años, se ha metido al río por la margen derecha, Los agentes que lo perseguían, previendo el riesgo que corría, han pedido el apoyo de los Bomberos, que ha enviado el equipo de buceo con una embarcación neumática y una moto de agua.

Según han informado desde el Ayuntamiento de Zaragoza, después de un rato de búsqueda entre la maleza, que era inaccesible desde la orilla, los buceadores lo han localizado y tras negociar con él, se ha dejado ayudar y han logrado llevarlo hasta la orilla. La UVI de Bomberos lo ha atendido y ha sido trasladado a un centro hospitalario para ser examinado por precaución y permanece allí en calidad de detenido con custodia policial. En principio, no presenta lesiones aparentes y solo síntomas de hipotermia. 

Posteriormente, será trasladado a dependencias policiales y puesto a disposición judicial por un presunto delito de hurto que supuestamente había cometido poco antes en una carnicería de la calle de Predicadores. Desde el establecimiento han llamdado la sala del 091 para informar de que un individuo había sustraído una cantidad de dinero. Cuando los agentes han llegado, el sospechoso ha salido huyendo a la carrera en dirección al barrio de La Almozara y, al verse acorralado, se ha tirado al río con el resultado ya relatado. 

Esta no es la primera vez que un delincuente mira al río como una posible vía de fuga, pero algunos han tenido más éxito que otros. En 2018, Benito Ortiz Perea, a sus 60 años y con un amplio historial delictivo a sus espaldas, se fugó de la cárcel de Zuera y, tras llegar andando hasta el río Gállego, usó un neumático para bajar sus aguas hasta la desembocadura del Ebro. 

En este punto fue donde encontró más problemas, ya que trató de cruzarlo a nado y, como él mismo contó luego, casi se ahoga porque bajaba bastante crecido. Benito Ortiz logró su propósito, llegó a La Cartuja y luego al barrio de Torrero, donde estuvo varios días escondido hasta que fue arrestado de nuevo por la Policía en la estación de Delicias cuando iba a coger un autobús. 

 

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