zaragoza

Bomberos forestales de Aragón, contra las pruebas excluyentes: "Es una espada de Damocles sobre el trabajador"

Son el único servicio de Emergencias obligado a pasar anualmente un test físico que pone a prueba su valía y lo consideran "injusto". Tragsa niega que sean excluyentes para el personal fijo de la BRIF. 

INCENDIO FORESTAL EN EL MONCAYO, AFECTA A LAS ZONAS DE AÑÓN, CALCENA, TRASOBARES, TALAMANTES, AMBEL Y TABUENCA. Varios trabajadores de la cuadrilla helitransportada de Brea de Aragón se retiran de una zona en llamas Autor: MESTRE, GUILLERMO Fecha: 28/08/2012 Propietario: Heraldo de Aragón Id: 2012-1176437 [[[HA ARCHIVO]]]
Cristina Pérez Yus y varios trabajadores de la cuadrilla helitransportada de Brea de Aragón se retiran de una zona en llamas, en una imagen de archivo.
Guillermo Mestre

Todos los años, y a diferencia de otros colectivos, los bomberos forestales de Aragón deben pasar unas pruebas físicas y médicas que cuestionan su valía y estancia en el cuerpo, al menos así lo consideran ellos. Se trata de la denominada prueba de la mochila o pack test, contra la que lleva ya dos años protestando la BRIF de Daroca para pedir que se reconsidere esa prueba o, en su defecto, que no suponga una amenaza de despido. 

"Podría entender que hay que coger a los mejores aspirantes, pero actualmente, teniendo en cuenta la evolución positiva que han tenido los bomberos forestales, qué sentido tiene realizar una prueba anualmente a personas que trabajamos en Emergencias y que podamos ser despedidos por no pasar la prueba de la mochila", se queja Jorge Farled, bombero forestal en Daroca, donde esta semana se han realizado estas pruebas.

Actualmente, en Aragón, trabajan en el cuerpo 50 personas repartidas en tres brigadas forestales que se componen de 15 bomberos, dos capataces y un técnico forestal. "El preparador físico cada tres meses nos hace una prueba de esfuerzo para medir nuestra forma física, pero excluirnos del trabajo por no llegar a unos mínimos, ¿dónde se ha visto eso? En todos los demás servicios de Emergencias, para nada se hace esto. Tienen una prueba evidentemente al entrar, la superan y nunca más vuelven a hacerla. Nosotros, sin embargo, tenemos que realizar anualmente este tipo de pruebas, y estamos ahora mismo con que todos los años se pierden bomberos forestales porque no las superan y se quedan con una mano delante y otra detrás", denuncia este bombero forestal. 

A su juicio, esta prueba, que consiste en emular la mochila extintora que llevan habitualmente con 20 kilos -17 de agua y 3 de espesores- y recorrer con ella 4 kilómetros y 800 metros, no es para nada "igualitaria". Y depende, como apunta otro bombero de Soria, de la embergadura y del físico de cada persona. "Alguien de 60 kilos lleva un tercio de su peso encima, mientras que a uno que pese 90 le supondrá mucho menos esfuerzo", apunta este forestal.  

Para corregir esta anomalía y mostrar su desacuerdo, dado que además son el único servicio de Emergencias obligado a pasar anualmente esta prueba, han emprendido una recogida de firmas en la base de Daroca. "Pedimos que dejen de ser excluyentes. Que si yo tengo un problema médico, se me evalúe como una baja laboral, y si es un problema físico, que no llego, que no suponga un despido o una excedencia forzosa. Porque, ¡ojo! Que el trabajo siempre ha salido en una BRIF, siempre hemos dado el 'do' de pecho, y no es gracias a estas pruebas", subraya Jorge Farled, quien al igual que sus compañeros se enfrenta de año en año al mismo test para seguir en el cuerpo.

Rubén García y Jorge Farled, bomberos forestales portavoces sindicales de CGT.
Rubén García y Jorge Farled, bomberos forestales portavoces sindicales de CGT.
HA

"Actualmente -añade- con la calidad humana que hay, que tengamos que demostrar esto, es absurdo. Tenemos un preparador físico con el que hacemos deporte todas las semanas. En verano, entrenamos salvo que tengamos que salir a incendios. No tenemos que demostrar a la empresa ni a nadie que estamos preparados, es que lo estamos. Somos una cuadrilla siempre disponible para salir a incendios y por pasar la prueba de la mochila no vamos a estar mejor, al contrario, te produce un problema, ya que anualmente tienes que esperar a que te den el reconocimiento médico o no. Hablamos de que incluso si tuvieras la tensión alta puede llegar un despido", denuncia este bombero, que pide a los políticos hacerse eco de su situación. 

"Aquí todos los veranos vienen a hacerse la foto. Me gustaría que se la hicieran ahora, durante estas pruebas. Todos los años hay bomberos forestales que no superan el test, que te deja dos días con dolores de piernas, pero no te evalúan realmente, porque el trabajo sale", asegura este trabajador de la BRIF de Daroca.

Jesús Lucía, bombero forestal en Soria, intervino con su brigada en un incendio en noviembre, pero esta semana, tras suspender la denominada "prueba de la mochila", que mide anualmente la valía de todos ellos, se enfrenta a la amenaza de perder su empleo

Prueba de la mochila o 'pack test' en la base de Soria.
Prueba de la mochila o 'pack test' en la base de Soria.
H. A.

"A mí me repiten la prueba en 15 días y, si no la paso, me voy a una excedencia forzosa, y si en 'x' meses me vuelve a pasar igual, directamente a la calle. Tengo 54 años y llevo 12 o 14 años en el cuerpo. No es justo que pase esto con gente que lleva años dando el 'do' de pecho, y siendo que el físico no está igual. Es un desprecio al colectivo", asegura este bombero forestal, que insiste en la "injusticia" en el trato que llevan asumiendo durante años. 

Por otro lado, asegura que todos ellos cuentan con un preparador físico que les evalúa continuamente. "Nos hacen cuatro pruebas, entre ellas el test de Cooper, que en función de tu edad y de la distancia te da tu forma física. Creemos que con esas pruebas ya estaría más que reflejada nuestra forma física, pero que además te hagan hacer una prueba que si no la pasas tengas posibilidad de quedarte en la calle, no nos parece ni justa ni medio normal para un colectivo tan antiguo como este, en el que no estás fijo realmente, pero si pones en duda mi forma física año tras año, al final muchos se van. Yo acabo de hacer un incendio en noviembre y en enero tengo que hacer esto y ya no vales. De verdad, no puede ser. Lo que pedimos no es que no se evalúe nuestra forma física, sino que no sea una espada de Damocles sobre el trabajador y que evidentemente, si por lo que sea no puedes pasar alguna de las pruebas que se hacen, para eso hay una Mutua y un preparador físico que te evalúa, que te pongan de baja", reclama este bombero, molesto por un proceso que les parece "totalmente injusto" en relación a otros cuerpos.

"Dentro de lo que es el Estado, de los equipos de Emergencias, somos los únicos. A ninguno se les hace una prueba de manera anual que les pueda dejar fuera. Además, si uno viene de una baja de más de tres meses también la tiene que repetir. Puede pasar que alguien la tenga que hacer más de una vez al año. Es una locura para los trabajadores y me parece humillante", confiesa. 

Bombera forestal en Brea de Aragón

La misma opinión comparte Cristina Pérez Yus, bombera forestal en el operativo helitransportado de Brea de Aragón. Como parte del operativo de extinción de incendios de la provincia de Zaragoza, denuncia la carga psicológica que supone para todos ellos estas pruebas.

"Son pruebas que, emocionalmente, a mí me cuesta mucho llegar y hacerla bien porque te juegas todo en un día"
Cristina Cristina Pérez Yus trabaja en el operativo helitransportado de Brea de Aragón.
Cristina Cristina Pérez Yus trabaja en el operativo helitransportado de Brea de Aragón.
H. A.

"Nosotros las hicimos a lo largo del mes de noviembre. Las helitransportadas del operativo tenemos la del 'pack test' con 20 kilos y aparte de esa, tenemos otra más todos los años: la coursse navette, que es una prueba de esfuerzo de aceleraciones y tenemos que llegar hasta el período 8 para poder trabajar. Estas últimas las pasé. Pero esta es mi campaña número 20, voy cumpliendo años y físicamente estoy bien, pero son pruebas que emocionalmente a mí me cuesta mucho llegar y hacerla bien porque te juegas todo en un día. Y todos los años lo mismo. Tengas buen cuerpo o mal cuerpo, que las mujeres, ya sabes... Igual ese día estás con catarro o siempre pendiente de no lesionarte. Son pruebas que la mayoría de personas que pertenecemos al operativo las pasamos tranquilamente y el trabajo es algo que te ayuda a mantenerte en forma, pero el hecho de que sean excluyentes añade un peso bastante incómodo y difícil de llevar, y cada año más", confiesa esta profesional, de 48 años.

Cristina Pérez Yus trabajando en el monte con una desbrozadora.
Cristina Pérez Yus trabajando en el monte con una desbrozadora.
H. A.

El trabajo de todos ellos -reiteran- les obliga a mantenerse en forma, pero al mismo tiempo supone un desgaste mayor que en otras profesiones.

"Tengo 49 años, me encuentro bien y me gusta el deporte, pero estar trabajando en esto durante 20 años no es lo mismo a los 50 que a los 30", asegura Cristina, que al igual que sus compañeros pide una serie de mejoras para el colectivo. "Lo que se está reclamando y se quiere es que no sean excluyentes y que haya durante todo el año un seguimiento de la salud y una preparación física adecuada, porque luego también el trabajo es duro. Estamos todo el año en incendios, los 12 meses. Desde el 15 de mayo o 1 de junio, dependiendo de cómo vaya el año, hasta el 30 de septiembre, estamos en la base con el helicóptero a la espera de que nos llamen para un incendio y tener una respuesta rapidísima, como Urgencias en el hospital. El resto del año lo pasamos en el monte, haciendo fajas auxiliares, prevención, trabajando en el terreno para que, si se produce un incendio, que este no sea potencialmente peligroso, que no llegue a subir a copas, ese es el trabajo que hacemos. Durante toda la jornada llevamos el típico EPI, desbrozadora, que son diez kilos, todo el día apoyados en la cadera, triturando en el monte y con pendiente", explica esta bombera. 

Por eso, además de pedir que no sean excluyentes estas pruebas, querrían que se pusiera en marcha una 'ley de bomberos y bomberas forestales', que se vino abajo -dicen- con la repetición electoral del pasado mes de julio, y que contemplaba ciertos coefientes reductores para el operativo. "Sin ellos, no tenemos futuro tampoco. Nuestra edad de jubilación es a los 67, pero a dónde vas con 65 subiéndote a un helicóptero; o a mantener nuestro cuerpo más allá de esa edad, después de 20 o 30 años trabajando en incendios forestales. Determinados incendios se pueden hacer muy duros, y llevar al cuerpo al extremo. ¿A dónde va un técnico o un capataz con tres personas de 65 años, que te va a exigir algo muy alto? Para empezar, de media, llevamos 13 kilos encima por el equipo de protección individual. Con la mochila extintora, llevaríamos 33 kilos, más luego trabajar frente a las llamas, el estrés hídrico que conlleva. Hay estudios que nos comparaban con ciclistas de una etapa de la Vuelta, del esfuerzo que realizamos. No tenemos esos coeficientes reductores y nos lleva a un problema muy grande: no sé si puedo llegar a viejo en mi trabajo, y parece que está hecho para que abandonemos y nos vayamos. Nadie se pone encima de la mesa para solucionar esto", lamenta Jorge Farled, de la BRIF de Daroca.

Por su parte, Tragsa, la empresa que se encarga de la realización de estas pruebas y de la gestión del cuerpo de bomberos forestales, asegura que estas pruebas físicas no son "excluyentes" para el personal que ya forma parte del dispositivo BRIF, y recuerdan que en estos momentos "la práctica totalidad del personal BRIF tiene la condición de personal fijo". 

Asimismo, reconocen que anualmente, antes de activar cualquier dispositivo de extinción de incendios forestales, realizan al personal implicado un reconocimiento médico general y una prueba de esfuerzo o 'pack test'. En el caso del primero, aseguran que si dicho reconocimiento no se supera -por déficit de audición, de vista, de movilidad...- y la persona forma parte del dispositivo, pasa a ocupar la posición de auxiliar de apoyo logístico de la BRIF, con tareas asignadas que no implican la extinción de incendios forestales. "Por tanto, el no pasar la prueba médica no supone para el personal del dispositivo BRIF una amenaza de despido o excedencia forzosa". 

En relación a la prueba de esfuerzo, la empresa informa de que si la persona no supera el test, este se repite a los 15 días, y si tras dicho periodo se vuelve a suspender, pasa a una excedencia temporal transitoria por enfermedad sobrevenida, conservando su plaza en el dispositivo durante dos años, periodo tras el cual, se vuelve a citar a dicha persona para hacer la prueba otras dos veces. "En caso de no pasar la prueba una quinta vez al tercer año, se despide a la persona con su correspondiente indemnización", señalan.

Por otra parte, desde Tragsa añaden que estas pruebas son superadas con carácter general por la inmensa mayoría de los profesionales. "Así, y referido exclusivamente al personal de las BRIF, en el periodo 2017-2021 solo el 0,4% de los trabajadores no superó la prueba física. En el 2022 y 2023 un 2,2% y un 1,45% respectivamente no lo superaron", concluyen.

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