Juzgan a un joven por una supuesta violación a una chica de 16 años en Zaragoza

El acusado afirma que fueron relaciones consentidas y la menor, que estaba en un centro
de protección, lo niega.

El acusado, este jueves, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, este jueves, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Heraldo

El tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia tiene la difícil tarea de aclarar si un joven de 18 años que mantuvo relaciones, según él consentidas, con una adolescente de 16, cometió un delito de violación. La chica estaba entonces acogida en un centro de protección y se escapó una noche para acompañar a una amiga que había quedado con un chico que le gustaba. Este joven acudió con    otro colega, Juan Manuel R., que a la postre fue el que presuntamente violó a la menor.

En el juicio explicaron que la cita fue de madrugada, en torno a las 2.00, en el parque de la Aljafería. La pareja que ya se conocía se apartó del banco donde la menor y el acusado se quedaron hablando. Este dijo que se besaron y luego decidieron tener relaciones tras unos arbustos. Admitió que le propuso que le hiciera una felación, pero que ella se negó. Sin embargo, según él, no se opuso al resto. 

Ella negó esta versión. Explicó que se levantaron del banco para dar un paseo, pero Juan Manuel R. la empujó hacia un lugar apartado, le ordenó que se echara, le quitó los pantalones y la penetró vaginalmente. Añadió que "no quería" que todo esto sucediera, pero se quedó "bloqueada". Contó que le hizo daño y le pidió que parara, pero no lo hizo. "Luego me dijo, vístete", declaró. 

Todo esto duró unos 15 minutos y luego se juntaron con la otra pareja, que preguntó si estaban bien y dijeron que sí. Pero, según su amiga, a ella la vio "muy seria", aunque, según el amigo del chico, estaban "sonriendo". De una forma o de otra, la joven no dijo nada en ese momento y los cuatro aún estuvieron en un banco del parque durante un tiempo, en el que los dos no se dirigieron la palabra. Luego se fue cada uno a su casa y las chicas regresaron a la residencia sobre las 5.00,

No fue hasta la mañana siguiente cuando la menor contó a su compañera de habitación y a la tutora que había sido forzada. Ambas le dijeron que tenía que denunciar los hechos, aunque ella no quería porque, textualmente les dijo que no quería "joderle" la vida. No obstante, al final la convencieron. "Le dijimos que esto era algo muy serio y no podía dejar pasarlo", manifestó la trabajadora del centro. 

Mientras, la tutora declaró que le transmitió quiba a denunciar los hechos ante la Policía, "con o sin ella". "Le dije que yo era la responsable de que no le hicieran daño, de que no sufriera", afirmó. La tutora la puse en contacto con el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM), donde se inició el protocolo previsto para estos casos. 

La responsable contó al tribunal que la menor estaba en protección desde hacía años y había sufrido mucho a lo largo de su corta vida. "Tiene una autoestima muy baja. Para ella es muy importante significar algo para alguien y es muy, muy influenciable. Que alguien le haga caso para ella es lo máximo", explicó a los magistrados.  

Tras la denuncia, la muchacha fue examinada en el hospital por un médico forense. Este indicó este jueves que presentaba una escoriación en la vulva, aunque no podía asegurar si eran producto de una relación consentida o forzada.

Tanto la fiscal como la abogada de la acusación, Marta Aparicio Artigas, piden 8 años de cárcel para Juan Manuel R. y el pago de 8.000 euros de indemnización ya que mantienen que forzó a la menor. Destacaron el carácter retraído de la joven y su vulnerabilidad. Mientras, la letrada de la defensa, María Jesús Casanova, solicitó la absolución alegando que la adolescente admitió al principio que había sido una relación consentida.   

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