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Las acusaciones creen que la madre de Laia asesinó "por acción u omisión" a la niña

El veredicto por la trágica muerte de la niña de 2 años en Zaragoza se conocerá la próxima semana, una vez concluido este jueves el juicio. La Fiscalía mantiene la petición de prisión permanente.

Juicio por la muerte de la pequeña Laia
Juicio por la muerte de la pequeña Laia
Oliver Duch

Por acción u omisión, Vanesa Muñoz y Cristian Lastanao son culpables del asesinato de la pequeña Laia, fallecida el 21 de enero de 2021 en Zaragoza a los dos años como consecuencia de un fortísimo golpe en el abdomen que le seccionó el duodeno y le provocó una peritonitis que la hizo agonizar durante sus 48 últimas horas de vida. A esta conclusión han llegado la Fiscalía y las acusaciones particulares, que en la última sesión del juicio, celebrada este jueves en la Audiencia Provincial, han mantenido la petición de prisión permanente revisable tanto para la madre de la niña como su expareja.

El fiscal Javier Checa ha reconocido que las pruebas impiden acreditar quién fue el autor del golpe que seccionó el duodeno a la menor. Pero tiene claro que ambos procesados la maltrataron: la “molieron a palos”, aseguraron los forenses tras practicar una autopsia en la que hallaron más de un centenar de lesiones. Para la acusación pública, lo que también resulta evidente es que ni la madre ni su entonces compañero sentimental hicieron tampoco nada por acabar con el martirio de Laia, puesto que la dejaron retorcerse de dolor y solo llamaron a urgencias cuando ya no había remedio.

El abogado Manuel Hatero, que ejerce la acusación en nombre del padre de la fallecida y de la abuela de esta, ha sido especialmente contundente en su informe. Hasta el punto de afirmar que el objetivo último de los acusados era acabar con la vida de Laia. Según el letrado, Cristian Lastanao buscaba su particular ‘vendetta’ con el padre de la pequeña, ya que Vanesa no dejaba de decirle que nunca lo querría tanto como a él. “Y la niña le recordaba físicamente al padre”, ha apostillado Hatero. Respecto a la madre, considera que literalmente “odiaba” a su exmarido y quería causarle daño. Tanto a él, como a su exsuegra, “a la que se refería siempre como la puta vieja”.

La Generalitat de Cataluña ha intervenido también en el juicio como acusación particular en defensa de los intereses de la hermana mayor de Laia, ahora bajo la tutela de la administración. Para la abogada Pilar Camps, “cada golpe que recibió la niña era intencionado; había una intención clara de herir y denigrar”. Para esta parte, solo cabe la condena por asesinato de los encausados, dado el desvalimiento de una menor “de 15 kilos de peso, a la que tenían drogada y aislada del mundo”.

Piden la absolución

Los acusados se responsabilizan el uno al otro tanto de los malos tratos que sufría Laia como del fatal desenlace. Pero sus respectivas defensas han planteado al jurado una serie de dudas que consideran solo pueden conducir a una sentencia absolutoria. De forma alternativa, ambos letrados han propuesto una condena por homicidio imprudente.

Para la abogada Teresa Font, que defiende de oficio a Vanesa Muñoz, “ella podía imaginar que Cristian golpeaba alguna vez a los niños, pero no se atrevía a cortar la relación porque hacer pública la situación de su casa le suponía perder a sus hijos”. Y en cuanto al día que se produjo la muerte de la niña, la letrada está convencida de que la madre de Laia no fue consciente del grave estado en el que se encontraba. “Y cuando la vio realmente mal, pidió ayuda a los vecinos y llamó al 112”, ha dicho.

El abogado José Antonio Alonso, que también defiende por el turno de oficio a Cristian Lastanao, se ha esforzado por evidenciar al tribunal popular que la intención de los acusados no pudo ser nunca de matar a la menor. “Perdonen que lo diga así, pero ¿de verdad creen que hace falta todo esto para acabar con la vida de una niña de dos años? Hay otras formas más sencillas, créanme”, ha señalado. El letrado no niega los malos tratos, pero insiste, como su cliente, en que la responsable de los mismos era la madre de los niños. Reconoce que su cliente también golpeó en alguna ocasión a Laia, “pero lo hacía para evitar un mal mayor”.

La madre de la víctima no ha querido hacer uso de su derecho a la última palabra, pero su excompañero se ha puesto en pie para dirigirse al jurado: “En ningún momento sabía que iba a pasar esto, si lo llego a saber ni me hubiera molestado en luchar tanto por los niños”.

Concluido el juicio, el magistrado-presidente del jurado entregará el próximo lunes el objeto del veredicto a sus miembros para que se pronuncien.

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