Zaragoza, la ciudad de los doce cementerios

Aunque el más conocido y empleado es el de Torrero, en la capital aragonesa hay otros once camposantos, algunos ya en desuso.

ZARAGOZA OCULTA. CEMENTERIO CARTUJA / 01-10-2013 / FOTO: GUILLERMO MESTRE
El cementerio de La Cartuja data de 1791 y es considerado el más antiguo de la ciudad.
Guillermo Mestre

El cementerio municipal de Torrero es el más conocido y empleado de Zaragoza pero no es, ni mucho menos, el único. En la ciudad hay una docena de camposantos, repartidos en los distintos barrios, aunque no todos se siguen empleando ni se han ampliado en las últimas décadas. Los gestionan las juntas vecinales, en colaboración con la Iglesia o cofradías, guardan la memoria de los fallecidos y tienen sus peculiaridades.

El 'boom' de la habilitación de cementerios en Zaragoza se dio a finales del siglo XVIII cuando, por motivos de insalubridad, se dejó de enterrar cadáveres dentro de las iglesias. Fue entonces cuando empezaron a surgir los distintos camposantos de la ciudad, la mayoría en barrios rurales. 

Después del de Torrero, que se abrió en 1834, el cementerio zaragozano más famoso es el de la Cartuja Baja. Y también el más antiguo. Se sitúa a las afueras de la ciudad, en un lateral de la carretera nacional 232, a unos cuatro kilómetros del barrio rural. Su origen data de, al menos, el año 1791, cuando empezó a funcionar como complejo funerario para el Hospital Provincial.

Todos los Santos en Zaragoza: el cementerio de Torrero de Zaragoza recibe a los visitantes
Todos los Santos en Zaragoza: el cementerio de Torrero de Zaragoza recibe a los visitantes
Guillermo Mestre

En un pequeño cerro junto a las ruinas del castillo se sitúa el cementerio de Alfocea. Entre sus particularidades, está catalogado como Bien de Interés Cultural y su ubicación es uno de los puntos más elevados de Zaragoza. Desde los años 70 del siglo pasado no sufre ampliaciones. El motivo es que este barrio rural zaragozano mantiene su población desde hace cuatro décadas. 

El caso de Casetas es diferente ya que, actualmente este barrio rural alberga a una población de unas 7.000 personas. El cementerio que ha llegado hasta la actualidad es fruto de varias remodelaciones y reformas, con origen en el año 1900. Fue diseñado por el famoso arquitecto Ricardo Magdalena y se creó por el deterioro del primero. 

El origen del actual cementerio de Juslibol data de 1880. Apenas dos años después los vecinos plantean al Ayuntamiento de Zaragoza unas instalaciones de mayor tamaño. Las primeras propuestas planteaban un camposanto de hasta cuatro veces más tamaño pero todo se quedó en nada. Alrededor de 425 personas viven actualmente en este barrio rural y el cementerio se sitúa a apenas cien metros de la casa más cercana.

Panteón de la familia Marín en el cementerio de Juslibol (1914).
Panteón de la familia Marín en el cementerio de Juslibol (1914).
Ayto. Zaragoza

En Montañana el cementerio actual tiene una historia detrás no exenta de polémica. Durante muchos años, los vecinos y las autoridades estuvieron reclamando la necesidad de un nuevo camposanto ya que el original estaba situado muy próximo a la escuela y a las tiendas de productos frescos. Esto no cumplía con las medidas de salubridad recomendadas e incluso algunos médicos lo atesoraron. Tras décadas de protestas, por fin, en torno a 1885 se habilitó el nuevo camposanto, evitando así que los censados en este barrio rural tuvieran que enterrar a sus familiares en el cementerio de Torrero o hacinados en un cementerio precario a unos metros de su casa. 

El cementerio de Torrecilla de Valmadrid destaca por ser el más alejado de Zaragoza, a 20 kilómetros, y también por estar en el barrio rural más pequeño y menos poblado ( apenas 30 habitantes). El de Garrapinillos está cerrado y tiene horario de visitas. Hay registros desde 1900 y lo gestiona la parroquia con la Junta de Distrito. 

Peñaflor también tiene su propio camposanto, como resultado del cementerio original, construido en 1883, más los terrenos adheridos para ampliar en tres tandas entre 1922 y 1960. En el caso de Movera, durante los siglos, ha habido hasta tres complejos funerarios. El primero estuvo en los terrenos donde hoy está el polígono Malpica y funcionó hasta principios del siglo XX cuando, por el crecimiento poblacional se necesitaba un cementerio más grande y que se ajustara a las normas higiénico-sanitarias. Por último, el actual camposanto, ubicado en un tercer lugar distintos a los anteriores, fue remodelado y ampliado en 1995. 

Antiguas sepulturas en el cementerio de Monzalbarba
Antiguas sepulturas en el cementerio de Monzalbarba
Ayuntamiento de Zaragoza

Del cementerio de San Juan de Mozarrifar destaca la escultura de una mujer arrodillada con una lámpara. Es obra de Regino Borobio y se encuentra en un complejo situado detrás de la Ciudad del Transporte. Sus raíces se remontan a 1728 aunque desde aquel primero se construyeron otros dos, por motivos de espacio e higiene. 

Por último, el duodécimo cementerio de Zaragoza está en Monzalbarba. En la reja que cierra el arco de medio punto de la puerta de entrada se puede leer una fecha, 1905, que recuerda el año en el que se hizo este camposanto.

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