ecología

La sequía y el calor favorecen la proliferación de 'algas' (macrófitos) en el Ebro a su paso por Zaragoza

Desde hace 15 años, estas plantas acuáticas flotan a sus anchas por el cauce del río, aunque su papel en el ecosistema es necesario. Pero, ¿por qué se ven más de estas plantas acuáticas que de costumbre? 

Navegando entre macrófitos, más conocidos como algas, por el río Ebro a su paso por Zaragoza este lunes pasado.
Navegando entre macrófitos, más conocidos como algas, por el río Ebro a su paso por Zaragoza este lunes pasado.
Camino Ivars

Como ya se ha vuelto habitual para quienes pasan diariamente por la ribera del Ebro a su paso por el centro de Zaragoza, los macrófitos, conocidos popularmente como algas, ya han vuelto a ocupar gran parte del caudal del río. Sin embargo, llama la atención la gran cantidad de esta planta acuática que prolifera con respecto a años anteriores, algo que provoca que muchas personas se paren a tomar fotografías. Así, a la plaga de mosquitos y de mosca negra que provocan la sequía y el calor inusual registrado en abril y en lo que va de mayo, se suma la proliferación de macrófitos en el Ebro. 

“Hemos tenido que pedir permiso a la Confederación Hidrográfica del Ebro para retirar las algas, ahora mismo se nos quedan enganchadas al pasar”, relata preocupado José Manuel Larroy, presidente del Club Naútico de Zaragoza. Asegura que, de no corregirse la situación, son varios cursos los que peligran, como los de iniciación al piragüismo o el yoga acuático, que se realizan en las escaleras que, ahora mismo, están ocupadas por estas plantas acuáticas. “Es el lugar en el que embarcamos y desembarcamos. Está habiendo muchos problemas de mosquitos, pero también de basura que lleva el río y se queda atascada”, lamenta notablemente preocupado.

“Hemos tenido que pedir permiso a la CHE para retirar las algas porque se nos quedan enganchadas al pasar”

Se trata de un problema que afecta, sobre todo, a aquellos lugares en los que hay poca profundidad. Es ahí donde los rayos del sol inciden sobre el fondo del río, factor necesario para que se desarrollen estas plantas. “También hemos encontrado zonas a la altura de la Expo. El problema es que este año han llegado un par de meses antes de lo que estamos acostumbrados”, explica.

Otro factor fundamental es que “el río está bajo mínimos”. De hecho, actualmente pasan apenas 30 metros cúbicos de agua. “Lo normal por estas fechas suele ser entre 50 y 60”, destaca Larroy. Y no es la única novedad. Las ‘algas’ no solo se han adelantado sino que ocupan mucha más extensión que en años anteriores. La sequía, una primavera más cálida de lo habitual y sin apenas lluvias, y la escasa presencia de crecidas han formado el caldo de cultivo idóneo para estos macrófitos que, ojo, no son malos.

Así lo explica Luis Tirado Blázquez, delegado de SEO/BirdLife en Aragón. “Está claro que el hecho de que pase menos agua por el río es un aliciente para la aparición de estas plantas acuáticas de agua dulce”, especifica. Y no solo eso, sino que la ausencia de crecidas tiene mucho que ver: “Cuando éstas se producen, el movimiento de cantos rodados propicia un fenómeno de arrastre que acaba con algunas de ellas. Este año eso no ha pasado”.

Su aparición surge a raíz de la construcción del azud, en 2008, con la llegada de la Expo. “Eso también limitó las corrientes, y facilitó su expansión”, añade el experto. Sin embargo, asegura que, a pesar de que visualmente no resulten atractivas, su papel en el ecosistema es absolutamente necesario: “Las plantas acuáticas son consideradas depuradores naturales y en ellas habita una gran cantidad de fauna, aunque es cierto que favorece la aparición de mosquitos y mosca negra”.

Plantas acuáticas de agua dulce mal llamadas algas

Aunque es la denominación habitual que realizamos a este tapiz vegetal que año tras año luce el Ebro, Tirado recuerda que llamar algas a estas plantas acuáticas de agua dulce no es lo correcto: “Aunque es la más extendida, este nombre hace referencia a la planta marítima. En este caso el término correcto es el de macrófitos”.

En cuanto a trucos para hacer frente a los problemas que produce su presencia -aparte de los tratamientos municipales habituales-, el experto propone colocar casetas de murciélagos y nidos de insectívoros por la zona, también en terrazas, parques y piscinas particulares. “Si estos animales, como los vencejos o las golondrinas, que son auténticos devoradores de mosquitos y mosca negra, tuvieran comida cerca de casa; no se irían muy lejos”, explica.

Fotos de algas (macrófitos) en el Ebro a su paso por Zaragoza
Fotos de algas (macrófitos) en el Ebro a su paso por Zaragoza
Camino Ivars

Un problema de transparencia

Otro gran conocedor del río, Néstor J. Torrecilla, geólogo, barquero y divulgador en ebroNAUTAS, señala a la transparencia del río como el verdadero factor fundamental de este problema, que surge a raíz de la proliferación de las almejas de agua dulce, cuya presencia se extiende en el cauce a raíz de la instalación de las primeras depuradoras. Ello influye directamente en la disminución de la turbidez del agua, otro factor fundamental. “La reducción de los niveles de toxicidad del agua propició la expansión de estos organismos filtradores y, esto a su vez, se tradujo en una mayor transparencia. Sin embargo, este año está siendo inusitado y la profusión de macrófitos es ciertamente notable. Para nosotros como navegantes no suponen un gran problema porque nos dejan navegar por la parte más profunda del río, pero como ribereño, la mosca negra sí supone un inconveniente”, señala.

“La reducción de los niveles de toxicidad del agua propició la expansión de las almejas, organismos filtradores. Ello, a su vez, se tradujo en una mayor transparencia"
Fotos de algas (macrófitos) en el Ebro a su paso por Zaragoza
Fotos de algas (macrófitos) en el Ebro a su paso por Zaragoza
Camino Ivars

¿Su propuesta? Aplicar oscilaciones en el nivel del río para corregir la profusión de macrófitos. “Tendría que dejarse el caudal por debajo del caudal preventivo, es decir, 30m3/s, -lo que baja ahora- y acercarlo al ecológico -15m3/s en mayo en Zaragoza-, para luego subirlo a 40m3/s. Con la misma cantidad de agua en total, secaríamos a los macrófitos de las zonas más someras y pondríamos un poco más a oscuras a las berrazas de las zonas profundas”, asegura el experto. 

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