"El capitán de las maniobras en el Pirineo evitó una posible tragedia como la de Cerro Muriano"

La asociación que denunció las congelaciones sufridas por varios militares en unas prácticas de montaña invernal alaba la decisión del cambio de ubicación del vivac en medio del temporal.   

Soldados de las tropas de montaña de Jaca
Soldados de las tropas de montaña de Jaca en un ejercicio invernal
Tropas de Montaña 'Aragón' 

Las maniobras que acabaron con varios militares atendidos por congelaciones e hipotermia podrían  haber tenido consecuencias más trágicas de no ser por la pericia de un mando, que decidió cambiar la ubicación del vivac en medio de un temporal de nieve. "El capitán evitó una posible tragedia como la vivida en Cerro Muriano", ha afirmado Marco Antonio Gómez Martín, presidente de la Asociación de Tropa y Marinería (ATME), en alusión al suceso que le costó la vida a un soldado y un cabo, ahogados durante unos ejercicios el pasado mes de diciembre en esa base militar de Córdoba. 

Fue esta asociación la que el lunes dio a conocer los hechos ocurridos a principios de marzo y que terminaron con dos ingresados en el Hospital de la Defensa de Zaragoza y otros atendidos en el Hospital San Jorge por congelaciones e hipotermia. Sucedió el 7 y 8 de marzo en el valle de Benasque. 

Los militares pertenecían a la 1º compañía del Batallón Montejurra I/66 de Pamplona, encuadrado en las Tropas de Montaña junto al Galicia 64 de Jaca, y estaban de maniobras en distintos lugares del Pirineo. Los hechos ocurrieron los días 7 y 8 de marzo, en medio del último temporal de nieve, con una meteorología muy adversa. El capitán, según  la ATME, solicitó al jefe del batallón el cambio de la zona de vivac y la suspensión de la instrucción nocturna. Se decidió ubicarlo en otro lugar y, en opinión de Marco Antonio Gómez, eso evitó males mayores. 

Aún así, dos militares sufrieron congelaciones en los pies que los mantuvieron ingresados cinco y siete días en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza y otros fueron atendidos por hipotermia. "Era personal de nueva incorporación y con poca experiencia. Eso quizá propició que se complicara la situación", indica el presidente de ATME. "Cuando las cosas se hacen bien hay que decirlo", apostilla. 

Según la información transmitida a la asociación por algunos de los participantes en esos ejercicios, el vivac se había planteado a mayor altitud y el capitán dijo que la zona no era la adecuada en esas condiciones meteorológicas y decidió ir a un sitio más idóneo y más seguro. 

"Las congelaciones no son una tontería, pero quizá se evitó un Cerro Muriano II", insiste el presidente de ATME, que ha realizado diversas preguntas al Ministerio de Defensa para aclarar lo ocurrido. "Somos militares y sabemos cuál es nuestro oficio. Tiene que haber condiciones duras en el adiestramiento, pero eso no está reñido con la seguridad y se deben disponer los medios para minimizar los riesgos. Si no es por el capitán estaríamos hablando de males mayores", concluye Marco Antonio Gómez. 

Fuentes del Ejército de Tierra han señalado esta mañana a HERALDO que el batallón de Pamplona es una unidad de montaña y sus adiestramientos se adaptan a esta condición. Por su parte, el Ministerio de Defensa ha explicado que ocurrió durante el desarrollo de "unas prácticas de vida y movimiento invernal" y que se "siguieron todos los protocolos establecidos para este tipo de actividades". Reconocen la intervención del servicio médico de la unidad "ante un posible caso de hipotermia de alguno de los participantes". Pero además hubo dos ingresos hospitalarios por congelaciones, tal y como confirmó la consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón, primero atendidos en San Jorge y luego trasladados al hospital militar. 

Sobre el tratamiento y el alcance de las lesiones, Defensa se ha limitado a comentar que el servicio médico "valoró los casos individualmente y adoptó las medidas oportunas" y que los militares trasladados al hospital "ya están de alta". 

Coincidencia con el alud mortal de Tuca de Paderna

Justo un día después de esas maniobras, el 9 de marzo, y también en el valle de Benasque, se conmemoró el aniversario del trágico alud de la Tuca de Paderna que en 1991 costó la vida a nueve militares durante un curso de montaña. Precisamente debido al temporal, los participantes en el homenaje que cada año se rinde a las víctimas trasladaron la ubicación. En lugar de acudir al memorial erigido en honor de las víctimas en el lugar del accidente, lo celebraron en los alrededores del refugio militar. 

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