Mateo Valero: "Sin centros de computación como el que dirijo, la IA no hubiera salido del armario"

El director del Barcelona Supercomputing Center defiende que la inteligencia artificial es una herramienta ue hace cosa buenas, pero también cosas malísimas. 

Suplemento especial 23 Abril. Hotel Alfonso. Mateo Valero para la entrevista del suplemento de Inteligencia Artificial / 15-04-2024 / FOTO GUILLERMO MESTRE [[[FOTOGRAFOS]]] [Original: 15042024-_H9A8060-2.jpg] //ZAR// Autor: MESTRE, GUILLERMO Fecha: 15/04/2024 Propietario: Heraldo de Aragón Id: 2024-1439095 [[[HA ARCHIVO]]]
Mateo Valero, director del Barceloa Supercomputing Center, el lunes de la semana pasada en Zaragoza 
Guillermo Mestre

¿La inteligencia artificial nos va a solucionar o complicar la vida?

Es muy sencillo. ¿La energía nuclear le ha complicado o le ha resuelto la vida?

Tendrá cosas buenas y malas.

Ha matado a miles de personas. La inteligencia artificial es una tecnología de doble uso, entonces usada de una manera le podrá resolver la vida. Un ejemplo claro es el tema de la estructura de proteínas. A partir de la secuencia de los 32 aminoácidos, con cualquier secuencia que le des se puede predecir cuál va a ser la forma en 3D de la proteína. Eso lo saca la empresa Deep Mind, y resulta que hay 50.000 investigadores de todo el mundo intentando hacer los mejores fármacos. Luego está la IA que se utiliza para métodos de guerra en Gaza. Con la IA en la guerra se puede hacer mucho daño. Le he puesto dos ejemplos extremos de un lado y de otro.

¿Qué es lo más beneficioso que se puede hacer con inteligencia artificial?

Muchas cosas. Por ejemplo, el gemelo digital del cuerpo humano. Sin los centros de computación como el que yo dirijo la IA no hubiera salido del armario, porque necesitaba datos y cálculo. Y ahora al revés. Sin la IA nosotros seguiríamos haciendo cosas, pero ahora las haremos mucho mejor, porque esa voz la utilizamos en cada simulación de cualquier tipo. Va a ser como un acelerador de la investigación, como el tema de las proteínas que comentaba. Todo el tema de ‘smart cities’, la medición de la calidad del aire, la movilidad, los nuevos materiales, el cambio climático, la medicina... La simulación es fundamental para actuar después. Hoy la sociedad puede cambiar más que nunca con los datos, el cálculo y la inteligencia artificial.

¿Cuánto aporta un supercomputador como el del centro que dirige a la IA?

En 1947 se inventa el transistor y empieza la carrera frenética de hacer chips. En 1953, surge la doble hélice y en el 56 ya hay ensayos nucleares. Entonces se juntan cachondos como yo que piensan que los computadores podrán simular el comportamiento de algunas partes del cerebro. Treinta y nueve años después llega una máquina que gana a Kasparov en ajedrez. Antes, en 1995, yo organicé una partida con el computador Deep Blue en Barcelona (que compitió con el entonces campeón español Miguel Illescas). Con datos de miles de partidas el computador trabajaba a gran velocidad. Luego ha habido más avances, hasta que el mayor impulso a nivel social se da con el Chat GPT. Sin los datos y sin los computadores la IA estaría muerta. Hoy, grandes empresas como Meta, Google y Amazon tienen los computadores más rápidos del mundo y ahí estará la IA.

¿Cuánto ayudará a controlar las acciones en IA la nueva legislación europea?

He estado en una reunión en Bruselas para hablar de un proyecto con grandes inversiones para que Europa salga del letargo, porque vamos muy atrasados. Yo dije ahí que Europa no puede ser el árbitro de partidos en los que no tenemos jugadores. No puede ser como el VAR de los partidos de fútbol. Está muy bien que Europa ponga cotos en la IA porque hay que regularla, en especial para temas de privacidad, pero vamos a tener muchos problemas porque el ordenamiento ético es muy diferente en Europa respecto a América o China y además no podemos implementarlo en los chips y en los programas que no hacemos. Esto no es como los laboratorios farmacéuticos, que no sacan un fármaco sin haberlo probado años y años. La inteligencia artificial es una herramienta que hace cosas buenas, pero también cosas malísimas.

No podemos hablar de soberanía europea.

Qué va, en soberanía estamos muy retrasados en Europa. Tú no puedes hacer casas sin tener cemento, tienes que comprarlo. Puedes tener la idea de hacer una casa, pero si no tienes los materiales vas a depender de quien los tenga. Yo soy arquitecto de computadores y llevo 16 años intentando que Europa construya chips de altas prestaciones. Europa está retrasada en hardware, ni diseñamos ni fabricamos chips de altas velocidades y estamos también retrasados en inteligencia artificial, en hacer software.

Dependemos de Estados Unidos y China.

Exactamente.

Si en esos países se saltan la legislación europea dará igual.

Se la pueden saltar y no puedes hacer nada. Imagínese que en tiempo de los romanos viene un país con tanques y drones, fíjese la que arma. Hay que rendirse a la primera. Aquí el problema es de dinero, fragmentación. Dicho eso, nosotros como centro de investigamos estamos intentando que ese ‘gap’ tecnológico sea menor, pero se necesita mucho dinero. Solamente el dinero que Google invierte en investigar es 100 veces más grande que el de toda Europa, eso les de una ventaja tremenda. Podemos llegar a donde podemos llegar, no somos Superman.

¿Ve posible que cada persona tenga su gemelo digital?

¿Gemelo digital para qué?

Como personas, cada uno de nosotros.

Usted sabe que el gemelo digital es una representación virtual de algo que quieres representar. Hay gemelos digitales de los aviones, de los cohetes o de los coches. El reto principal mayor que hay ahora en la ciencia, para mi, es hacer un gemelo digital del cuerpo humano. Nosotros trabajamos mucho en ver la influencia de los genes en el cáncer, en eso nos han ayudado mucho dos ‘cracks’ aragoneses como son Carlos López Otín y Elías Campo, uno está en Oviedo y el otro en Barcelona. Pero un gemelo digital del cuerpo humano tardará años en hacerse. Tenemos gemelos digitales de órganos como el corazón o los riñones, etc. Pero volviendo a su pregunta inicial, sin supercomputación, sin datos, la inteligencia artificial sería imposible.

Le está tocando vivir este momento apasionante

Hace 50 años acabé ingeniería de telecomunicaciones en Madrid con 21 años. Con 71 años veo que el tiempo se me ha pasado volando. Qué lástima. Me gustaría tener 30 como mucho.

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