Perfil de Jesús Royo, nuevo presidente de la Cámara de Cuentas de Aragón
Funcionario con experiencia en el sector local, llega al organismo fiscalizador con el propósito de acercarlo a los pequeños ayuntamientos.
Si algo define al nuevo presidente de la Cámara de Cuentas, Jesús Royo Crespo, es una doble pasión: por el municipalismo y por la función pública. Alto funcionario de la Diputación Provincial de Zaragoza toma por tanto posesión del cargo con el propósito de acercar la institución a los pequeños ayuntamientos.
Royo nació en capital aragonesa en 1973 y toda su carrera profesional ha estado vinculada a la administración local. Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, de la promoción del 96, optó por la vía de las oposiciones para dirigir su futuro profesional.
Antes de sacar la plaza, primero como Técnico de Administración General (TAG) en la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y después como letrado asesor de la citada institución, cursó dos postgrados, uno en Derecho Local de Aragón y otro en Auditoria de Administraciones Públicas.
Conoce bien la situación de los ayuntamientos no solo por su papel en la Diputación, sino porque fue secretario interventor en Sabiñán y en Caspe. En 2020, fue elegido presidente del Tribunal Económico Administrativo del Ayuntamiento de Zaragoza, cargo para el que fue elegido con el apoyo de todos los partidos y que ha desempeñado hasta la actualidad.
Desde el año 2016 es además presidente de la Asociación de Letrados de Entidades Locales de España y ha ejercido la docencia y llevado a cabo diferentes publicaciones relacionadas con las entidades locales.
Los que le conocen subrayan que es un funcionario “meticuloso”, que se rige siempre por el principio de legalidad y que sobresale por su perfil técnico e independiente. Por su trayectoria municipalista, fuentes consultadas dicen que puede ejercer no solo un papel como fiscalizador, sino funciones de asesoramiento para los municipios y comarcas.
Es precisamente este uno de sus objetivos: acercar la Cámara de Cuentas a los ayuntamientos, especialmente a los más pequeños, que son los que tienen más dificultades para desarrollar las labores de secretaría e intervención por la falta de medios.
