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El CPI La Jota de Zaragoza pide un elevador: "Tenemos un niño en silla de ruedas y a 20 alumnos en un aula de diversificación"

La Asociación de Familias de Escolares reclama una solución para no depender de la buena voluntad del centro, obligado a poner "parches" ante cualquier accidente o imprevisto.

La directora del CPI La Jota entra a un alumno en silla de ruedas al colegio.
La directora del CPI La Jota entra a un alumno en silla de ruedas al colegio.
Oliver Duch

Mario, alumno de 5º de Primaria del CPI La Jota de Zaragoza, tuvo un accidente en diciembre y va en silla de ruedas desde entonces, ya que no puede moverse de la misma salvo para acostarse. "Cuando le dieron el alta, recibió atención domiciliaria, y luego le dijeron que podía volver al aula", señalan desde el colegio público en el que estudia, ubicado en un edificio de más de 50 años, sin ascensor, en el que hay matriculados cerca de 700 alumnos en el barrio de La Jota.

Para que Mario pueda volver con sus compañeros han tenido que cambiar de aula a 20 alumnos de 5º de Primaria que hasta ahora daban clase en la tercera planta, y este lunes se examinaban en un aula pequeña de la planta baja, en la que antes del percance estudiaba un grupo de 10 alumnos de diversificación. 

"Tenemos 700 alumnos en el colegio. Puede pasar que otro niño se rompa la rodilla y, ¿entonces qué?", se pregunta el claustro de profesores, que en línea con las familias, lleva años pidiendo a Educación mejoras y una solución a largo plazo para este problema de accesibilidad. "No se trata de pedir una solución para un caso temporal, que hasta ahora se ha parcheado con buena voluntad del centro y de los padres. En 50 años, la de gente que habrá venido aquí con muletas... -cavila una madre-. Pero ya a estas alturas de siglo, es una inversión a futuro porque nos movemos con cifras altas de alumnado. Hay que poner un ascensor, un montacargas o elevador, algo que nos ayude a superar el obstáculo de las escaleras cada vez que pasa algo", revindican desde la Asociación de Familias de Escolares del Centro Público Integrado de La Jota.

Desde el centro, y ante la falta de respuesta por parte de Educación, reiteran que se ha buscado la solución que ven más apropiada para que este alumno pudiera retomar las clases con el resto de compañeros. "En casa le daban atención domiciliaria solo una hora a la semana. ¿Cómo íbamos a hacer eso con el niño? Pudiendo venir al aula, y mantener así las relaciones personales, si puede venir es lo mejor", afirma la directora de este colegio público de la margen izquierda.

Esta -subrayan- no es la primera vez que un alumno del centro sufre un percance que acaba afectando al resto de compañeros o a la organización interna por un problema de accesibilidad. Lola, otra alumna del CPI La Jota, estuvo yendo con muletas tres meses y tenía que subir dos tramos de escaleras hasta que cambió el curso pasado de aula. "Un compañero le subía la mochila mientras otro le ayudaba con las muletas y otro le acompañaba para que no se cayera. Ha habido también padres que los subían en brazos todos los días, ¿pero y si uno se tiene que ir a trabajar?", se preguntan los docentes. "A mí en otro cole me ha tocado subir a pulso a algún alumno lesionado, pero es que estos son chicos de 10 y 11 años, que ya pesan lo suyo", comenta otro profesor. 

Alternativas

Antes de cambiar de aula a los alumnos de diversificación y 5º de Primaria, desde el centro valoraron otras opciones que ahora ven posible que Educación les dé como válidas. Una de ellas sería utilizar el salón de actos, ubicado en la planta baja, para que Mario y el resto de sus compañeros den ahí las clases hasta final de curso. ¿El problema? Que este espacio se utiliza para dar clases de Educación Física a los más pequeños. "No pueden estar unos dando las fracciones y otros corriendo. Pero desde luego, si pasa en dos clases y son dos niños en silla de ruedas, nos dirán que hagamos eso", dicen desde el claustro.  

Los profesores advierten de que no es extraño que se den este tipo de accidentes que, ante la falta de una rampa o un elevador, obligan al claustro y a las familias a tener un plan B. "Aquí al lado hay un polideportivo donde entrenan a balonmano. Muchos niños -y es normal- se lesionan con el deporte, y hay alumnos que se pegan seis meses con muletas. Si es un profesor le van a dar la baja y ya está, pero si le pasa a un alumno, lo obligas a quedarse en casa", lamentan. 

Otra alternativa en estos casos sería cambiar a la clase en cuestión a la biblioteca del centro, ubicada también en la planta baja del edificio, pero de esta manera -puntualizan los docentes- "condenamos a que todo el centro se quede sin ella de 9.00 a 14.00, y en los recreos de 1º y 2º de ESO y Primaria, la biblioteca está abierta y hay niños que prefieren jugar y otros coger libros". 

"¡Con lo ilusionados que están los de 5 años con llevar allí sus libros! El mío vino el otro día emocionado con que les han hecho carné", comenta otra mamá.

El equipo directivo del CPI La Jota recuerda que esta mejora que hoy piden a raíz de la situación personal de un alumno, que ha obligado a cambiar de aula a 20 niños, es una reivindicación ya histórica. "Yo llevo 16 años en el centro, y en el Documento de Organización del Centro (DOC), que se entrega a la inspección educativa, se lleva pidiendo mucho tiempo. Cuando hubo hace ocho años esa conversión a Centro Público Integrado (CPI), que supuso la integración de las etapas educativas de Infantil, Primaria y Educación Secundaria, se estuvo mirando. Esa conversión vino bien para aligerar a otros institutos de la zona, pero inversión aquí cero. Se ahorraron un IES y un equipo directivo, pero no hicieron ninguna inversión, solo parches. Con lo que supone ese ahorro, se podía haber hecho eso y mucho más: un laboratorio en condiciones, un aula de tecnología, un aula de plástica que tampoco hay... Pero como siempre, la buena voluntad de los profesores para que funcione lo mejor posible, y así nos quedamos", se quejan los docentes y las familias. Recientemente, el papá de una alumna del aula afectada de 5º de Primaria publicó en HERALDO una 'Carta al director' denunciando esta situación en el CPI La Jota. "Las familias de los chicos que están en ese aula han hecho escritos y otro papá ha enviado una queja formal al Servicio Provincial de Educación pidiendo una solución, no solo pensando en este momento puntual que atravesamos. Tenemos 700 alumnos y puede pasar que otro niño se rompa la rodilla y, ¿entonces qué? No podemos estar sin biblioteca, sin salón de actos y sin aula de diversificación", reiteran los docentes. 

"En el Pilar Lorengar, cuando salí del instituto en el año 98, ya había ascensor. Pero ahora centros antiguos que lo tengan solo son de alumnado motórico", cuenta la madre de otra alumna, que estudió también de niña en el centro. 

Desde Educación aseguran que hasta este lunes a última hora, cuando llegaron varios correos y la queja de alguna familia, no tuvieron constancia de la situación puntual que se da en este centro ni de que hubiera petición alguna por parte del CPI La Jota de poner un elevador.

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