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Andalucía y Murcia reclaman también al Gobierno trasvases frente a la sequía

La ministra Ribera asegura que no ha recibido ninguna petición formal pero ofrece a los territorios afectados «solidaridad» para garantizar el abastecimiento.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el presidente de Murcia, Fernando López Miras, en el Mar Menor.
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el presidente de Murcia, Fernando López Miras, en el Mar Menor.
EFE

La amenaza de la sequía se extiende por el país y, con ella, las reivindicaciones trasvasistas de los territorios más afectados. A la propuesta de una conexión de agua entre el río Ebro y el Priorato (Tarragona) planteada por Cataluña, se unieron este jueves los gobiernos autonómicos del PP en Murcia y Andalucía. Ambos reclamaron al Gobierno central trasvases entre provincias, comunidades e incluso países para hacer frente a la escasez de recursos hídricos. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo no haber recibido ninguna petición formal, pero ofreció «solidaridad» y «mano tendida» para garantizar el abastecimiento de boca.

El Gobierno andaluz aprobó ayer un nuevo decreto para hacer frente a la sequía, dotado con 200 millones de euros, y en el que se alerta de restricciones importantes en buena parte de la comunidad si no llegan las lluvias pronto y con intensidad. Su presidente, Juanma Moreno, reclamó a la Moncloa «abrir la mano también a los trasvases y transferencias de agua de cuencas entre provincias, comunidades, e incluso países», en referencia a Portugal. Reconoció que estas obras son «complicadas» porque requieren del «consenso» con el Ministerio, pero pidió actuar cuanto antes dada la gravedad de la situación.

En la misma línea, el portavoz del Gobierno murciano, Marcos Ortuño, también reivindicó una política trasvasista. «Si Cataluña necesita la solidaridad del resto de España la debe tener, y si la Comunidad Valenciana o la Región de Murcia necesita la solidaridad del resto de España, también la tenemos que recibir», subrayó. Un día antes, el presidente de la región, Fernando López Miras, defendía que «hay que evitar el enfrentamiento entre los territorios, porque el agua es un recurso natural, que pertenece a todos los españoles por igual». «Por lo tanto –añadía–, no pueden decidir unos territorios frente a otros. No se puede desechar ningún recurso, y uno de los más importantes son los trasvases».

Desde Cataluña, fue el exministro del PP e ingeniero agrónomo Manuel Pimentel quien ayer defendió el trasvase del Ebro para paliar la sequía que actualmente está afectando a la comunidad vecina. «Soy partidario de una política racional del uso del agua y eso conlleva trasvases respetando caudales. El trasvase del Ebro no solo beneficia a Cataluña, también a la zona de Levante», declaró a Europa Press tras intervenir en el Foro Agua, Alimentos y Sostenibilidad.

«Mano tendida»

Mientras, la ministra Ribera ofreció «mano tendida» a las comunidades afectadas, pero advirtió de que no ha recibido ninguna petición formal de trasvase. En declaraciones a La Sexta, la responsable de la gestión hídrica del Estado remarcó que la intención del Ejecutivo es «poder asegurar la disponibilidad de agua» en todos los territorios, a los que ofreció «solidaridad». «Nadie en este país que está dispuesto a decir ‘le corto el grifo’ y asumo que los vecinos de Barcelona, de Sevilla o de Málaga se fastidien», remarcó.

En cualquier caso, y en referencia al proyecto de captación de aguas para Tarragona, desde el Ejecutivo central se remiten a la postura de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que esta semana descartó la obra por no estar contemplada en el plan de cuenca 2022-2027.

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