La negociación del presupuesto estatal busca acelerar las obras con mayor retraso en Aragón

Las autovías y los ejes ferroviarios en marcha centrarán en 2024 el grueso de la inversión en la Comunidad

Obras en el tramo de la A-22 entre Huesca y Siétamo, que acumula varios años de retrasos.
Obras en el tramo de la A-22 entre Huesca y Siétamo, que acumula varios años de retrasos.
J. Navarro

Con más retraso de lo habitual a causa de las elecciones, pero con el objetivo de llevarlos al Congreso en el primer trimestre del año, el Gobierno central ha iniciado la tramitación de unos Presupuestos Generales del Estado que serán determinantes para Aragón. Una vez establecido el techo de gasto y el objetivo de déficit, los diferentes ministerios negocian ya el destino inversor de las cuentas, que en la Comunidad se centrarán en acelerar las autovías pendientes, en especial las de Huesca y la A-68, así como las mejoras en la línea de tren Zaragoza-Sagunto y las autopistas ferroviarias a Algeciras y Tarragona.

Fuentes de la Moncloa aseguran que el diálogo con las comunidades y con los socios de gobierno se encuentra todavía en un estado inicial, pero confirman que en Aragón se centrará el esfuerzo en acelerar obras pendientes que acumulan años de retraso. Así ocurrirá con las autovías oscenses que avanzan a paso dispar para conectar la capital de la provincia con Pamplona y Lérida. Se espera que este año se inicien los trabajos en el tramo Lanave-Sabiñánigo de la A-23 y que se avance en la construcción de la variante de esta última localidad.

El Ministerio de Transportes también prevé desatascar la variante de Jaca, tras años de litigios y después de dejar sin efecto los 2,5 millones presupuestados para este 2023. En dichas cuentas, el plurianual contemplaba una inversión de otros 10 millones de euros.

Menos avances anticipan en el tramo Fago-Puente la Reina, de la A-21. En esa misma vía, también necesita un impulso el trazado entre Sigüés y Tiermas, mientras que el pendiente entre Huesca y Siétamo (A-22) aún afronta dos años más de obras tras varios retrasos. En cuanto al Pirineo oriental, la mayor parte de los fondos irán destinados a culminar la mejora del congosto de Ventamillo hacia el valle de Benasque (N-260).

En cuanto a la A-68, el otro gran eje viario aragonés en fase de desdoblamiento, el Gobierno central debe preparar la inversión para actuar entre Fuentes y Quinto, aunque las obras no comenzarán, como pronto, hasta 2025. Mientras, avanzan los trabajos en el trazado entre El Burgo y Fuentes, pero en la mayoría de los tramos pendientes, el Ministerio no ha utilizado las partidas previstas para desarrollar los respectivos proyectos. Tampoco se espera un impulso a otras autovías muy demandadas en la provincia de Teruel, como la A-25 hasta Monreal del Campo o la A-40 entre Cuenca y Teruel, que siguen en los cajones a la espera de que el Estado muestre una voluntad política real.

Canfranc y cercanías

El otro gran foco de inversión, también a través de Transportes, serán los corredores ferroviarios. Así, se continuará licitando y ejecutando la electrificación y mejora de la línea Zaragoza-Teruel-Sagunto, donde este año se han movilizado más de 100 millones de euros. Pero también habrá partidas para las dos autopistas ferroviarias con paso por Aragón: la de Algeciras y la de Tarragona.

Sin salir del apartado ferroviario, el Gobierno central prevé mantener la apuesta por la reapertura de la línea internacional del Canfranc. Cuenta para ello con el aval del Congreso de los Diputados, que este mes aprobó una proposición no de ley con el único voto en contra de Junts para instar al Ejecutivo a invertir en el proyecto y negociar con Francia avances en el paso transfronterizo.

La iniciativa la planteó el diputado aragonés de Sumar Jorge Pueyo, que será el interlocutor de la coalición con el Gobierno para las negociaciones presupuestarias de la Comunidad. En este sentido, el representante de CHA quiere presionar al PSOE con un proyecto ya conocido pero en el que también ha faltado voluntad política: la línea de cercanías entre Zaragoza y Huesca.

En el presupuesto de este 2023, el Gobierno central destinó 547 millones para inversiones en Aragón, 25 más que en el ejercicio anterior. Las cuentas de 2024 también serán expansivas y se verán todavía beneficiadas por los fondos europeos, pero deberán hacer frente a un nuevo escenario, con la recuperación de las reglas de gasto y una incierta tendencia económica.

En cualquier caso, Aragón confía en poder impulsar algún proyecto nuevo, más allá de las obras en marcha. También en continuar con las inversiones en regadíos e infraestructuras hidráulicas, así como con la construcción de la nueva Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza o con el proyecto de reforma del cuartel de Mayandía de la Policía Nacional.

Por otro lado, Teruel mantiene la esperanza de que el Gobierno central amplíe el alcance de las ayudas al coste de funcionamiento de las empresas de la provincia, después de que su puesta en marcha dejara un sabor agridulce en el sector. Aragón pide llevarlas hasta el 20%que permite la UE, frente al 1% actual. La Moncloa no descarta una mejora progresiva a lo largo de la legislatura.

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